Capítulo 60. Cosa de Costumbre.

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Cuenta regresiva para el final: 2

P.O.V Percy.

 - ¿Hefesto no era el dios al que echaron del Olimpo por feo?

Hubo un silencio contundente, esparciéndose por todo el montón de personas que se habían reunido para ver a Leo siendo reclamado por su padre divino. 

Wow, qué cool ha sonado eso. 

Juro que traté de aguantar la risa. Pero todas las demás personas portaban esa expresión en su rostro, como de terror. Supuse que decir algo así en un lugar lleno de hijos de dioses super poderosos, (aún me costaba incluirme en ese grupo) era considerado mortal o algo por el estilo.

La carcajada salió lentamente, como un risilla al principio. Volví a lanzar una mirada a las expresiones de los demás, paralizados ante la respuesta de Leo. Mi auto control se acabó y me encontré riendo como un loco, sin manera de controlarme.

Vi a Annabeth sonriendo suavemente, y pronto ella también estaba riendo. Leo nos miró y nos dedicó una sonrisa cómplice, y luego las carcajadas comenzaron, como en cadena.

Después de Leo siguió Jason, que acababa de reconocer entre la multitud. Luego escuché la risa de Hazel, seguida de la de Frank. Piper se le unió y luego la risa de Thalia se hizo presente. Se le unió incluso Nico. Éramos los únicos en hacer ruido, siendo acribillados por las miradas indignadas de los demás.

Sé perfectamente que su comentario no era precisamente la cosa más graciosa del mundo, pero no pude evitarlo. Y por un momento, volvimos a ser normales. Sólo éramos un montón de adolescentes riendo de un comentario estúpido. 

Y fue entonces cuando vino a mí: tal vez los sucesos recientes nos habían sacado de la lista de los niños comunes y corrientes, pero todo esto (esa parte que parecía sacada de una mala película de fantasía) no significaba el fin fe nuestras vidas. 

Lo teníamos más difícil que los demás, sí. Pero no era razón para rendirnos, para convertirnos en seres humanos amargados, maldiciendo a todo y a todos por su desgracia.

Mi vida nunca ha sido fácil, créeme. Pero, ¿algo que he aprendido? No puedes dejar que eso te defina. La vida no es lo que te sucede, sino lo que decides hacer con esos sucesos. 

Tal vez ahora sí tendría historias interesantes que contar en las reuniones de ex alumnos. 

Cuando nuestro ataque de risa culminó, nos fuimos antes de que los demás campistas comenzaran a lanzarnos hechizos griegos o algo por el estilo. 

La mano de Annabeth rodeaba la mía, sus dedos entrelazando los míos. Los demás caminaban a nuestro lado, aún soltando risitas de vez en cuando. 

Millones de flashbacks volvieron a mí, y era como si de nuevo nos encontráramos en la academia, caminando por los pasillos hacia clase, con las mochilas en nuestros hombros, riendo como focas retrasadas. Como pendejos. 

Nos encontramos con Calipso, quien, para suerte nuestra, llevaba una sonrisa en el rostro. 

 - Escuché lo que pasó - nos dijo - tienen muchísimo que aprender sino quieren que un puñado de campistas molestos los maten. 

 - ¡Pero dije la verdad! - protestó Leo - ¿no era así el mito?

Calipso lucía molesta pero a la vez divertida, como si se hubiera resignado a lidiar con la leocidad desde hace mucho tiempo. 

 - Técnicamente - respondió - solo... no lo repitas, ¿de acuerdo? - la sonrisa volvió a pintarse en su rostro, aunque estaba claro que había algo que la molestaba - ya es hora del almuerzo. El pabellón del comedor está por allí - señaló una estructura que, como todo en el campamento, tenía un aire griego - irán a la mesa de Hermes, excepto tú, Leo. Ya no eres indeterminado, así que te acompañaré a tu mesa, ¿si?

You and me (Percabeth)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora