A Emma se le había hecho tarde y cuando llegó a la oficina Martin le echó la bronca para después encerrarse en su despacho. Tras la reprimenda, Emma fue hasta su mesa y se concentró en revisar varios informes que tenía pendientes, aunque le costaba bastante enfocar sus pensamientos, pues irremediablemente volvían una y otra vez a James y su propuesta.
-¡Emma! -gritó de pronto Martin. Ella alzó la cabeza, sobresaltada.
-¿Qué pasa, Martin?
-¿No te había dicho que vinieras a verme a mi despacho?
Emma miró a uno y otro lado. Sus compañeros se habían quedado estáticos, mirándolos. Alineó las hojas que estaba ojeando y que había desperdigado por su mesa con el susto y se puso en pie.-Lo siento, Martin, no te oí.
Éste se giró hacia su despacho sin decir palabra y Emma lo siguió. Volvió a mirar a su alrededor y vio que todos la observaban con cara apenada. Tragó saliva y entró en el despacho de su jefe, cerrando la puerta tras de sí. Martin ya estaba sentado tras su escritorio.-Este informe que me pasaste no tiene ni pies ni cabeza, Emma.
La joven miró los documentos que había sobre la mesa de Martin y recordó entonces que sí que le había dicho que se pasara por su despacho, solo que se lo había dicho comiendo y no había especificado hora.-¿Qué le ocurre, Martin? -preguntó la joven, sentándose frente a él.
-Los datos, Emma. Están todos mal. ¿No revisas los datos? ¡Estamos trabajando con vidas, Emma!
-Yo... lo siento, Martin. Déjame el informe y lo corregiré por completo.
-No, se lo asignaré a otra persona. No creo que ahora mismo seas capaz de...
-Martin, por supuesto que soy capaz.
-No, no lo creo. En los últimos días tu trabajo está dejando mucho que desear, supongo que será por ese chico.
Emma lo miró con cara de pasmo. ¿Pero de qué hablaba aquel hombre? ¿Estaba insinuando que había estado haciendo un mal trabajo durante los últimos días? ¡Sí hombre! Como si ella no fuera meticulosa en todo lo que hacía. Podía haberse equivocado en algún dato del informe, pues errar era cosa de humanos, ¿pero que todo el informe estuviera mal? ¡Y encima le echaba la culpa a James!
-James no tiene nada que ver con...
-No me ha gustado cómo me ha mirado ese... ese...
Aquello era demasiado para Emma. Se cruzó de brazos, olvidándose del informe, que sabía no estaba tan mal como Martin decía, y miró a su jefe.
-¿Cómo te ha mirado? ¿Con los ojos?
-No te pases, Emma. Soy tu jefe. Y ese... James... mira con esa cara de superioridad con la que miran todos los tíos como él.
-¿Los tíos como él?-Sí, esos que se creen tan guapos, que se pasan horas y horas machacándose en el gimnasio. Que se creen superiores por tener una cara bonita y que se llevan a las mujeres como tú de calle.
Durante varios segundos, Emma lo miró sin decir palabra. Después, se puso en pie y se dirigió hacia la puerta.
-¿Dónde vas, Emma?-Con todos mis respetos, Martin, creo que será mejor hablar de esto cuando estés más calmado.
Él hizo un ademán despectivo con la mano, bajando la mirada hasta el informe y apartándolo a un lado de malos modos.-Esta tarde te quedarás después de tu hora. Revisaremos este desastre.
-De acuerdo, Martin.
La joven esperaba que en aquellas horas que les quedaban de trabajo su jefe se serenara y dejara de actuar como un hombre inseguro y que odiaba al resto de hombres que poblaban el mundo si eran más guapos que él. Por si acaso, y sabiendo que al quedar después del trabajo iban a estar solos, preparó su móvil para ponerlo en modo grabación en cuanto él se acercara a ella.Tenía muy presente que sus inseguridades como hombre no le impedían ser un cerdo con las mujeres. O quizá precisamente era por sus inseguridades por las que era un capullo acosador.
Su encuentro al terminar el horario de trabajo comenzó bien.Martin la hizo sentarse frente a él en su despacho, al otro lado de su escritorio y le tendió el informe. Comenzó a decirle los fallos que había encontrado, que no eran por un mal trabajo de Emma sino porque le había faltado información sobre los resultados de varios experimentos.
La joven se encontraba haciendo anotaciones al margen de la hoja para después volver a revisar el documento a ordenador cuando sintió que los dedos de Martin le acariciaban la mano. Levantó la mirada y apartó el brazo sin brusquedad, fingiendo que escribía algo en el pie de la hoja, fuera del alcance de su jefe.
-Disculpa por cómo me he puesto antes.
El tono de él no le gustó nada de nada.-No importa, Martin.
-Es solo que odio cuando un hombre mira a una mujer como si fuera un objeto más que una persona, y así es como te miraba tu... amigo.
Emma clavó sus ojos en él durante unos segundos. Recordaba que James había hecho un comentario sobre el modo en que Martin la miraba, y obviamente, creía más capaz a su jefe de mirarla como un objeto que a James, que siempre había sido todo un caballero con ella.
-Las mujeres sois... -alargó su mano de nuevo y acarició una vez más la mano de Emma- un regalo.
La joven se echó hacia atrás hasta que su espalda tocó el respaldo del asiento.-Martin, no creo que esto esté bien.
-¿Esto? ¿El qué?
-Con lo que pasó con Sophie...
-Sophie -repitió él con acritud el nombre de la chica que había sido trasladada después de que denunciara su acoso-. Esa estúpida dijo que yo la había tocado sin su consentimiento. Mentir no está bien, Emma, ¿a que no?
-No, no está bien -negó ella, aunque sabía que su antigua compañera no había estado mintiendo. Puesto que no le gustaba por donde estaban yendo las cosas, prefirió cortar con aquello-: Creo que ya tengo todas las correcciones que tengo que hacerle al informe, así que me voy a marchar ya. Mañana a primera hora tendrás las correcciones en tu mesa. Emma se puso en pie y Martin se apresuró a imitarla.
-¿Por qué no vamos a tomar algo juntos, Emma? Aún es temprano.
-Tengo... tengo cosas que hacer, lo siento.
-Tomémonos unas cervezas y te comentaré algunas cosas más que quiero que pongas en el informe, ¿de acuerdo?
«No, no, no, no y no» se decía la joven mentalmente. Se lo habría espetado a Martin con gusto, pero sabía que no podía. Tenía que intentar salir de aquello sin una carta de despido en la mano.-Tengo una cita, Martin. Y ya llego tarde -miró su reloj para darle mayor credibilidad a la mentira.
-¿Qué te parece entonces quedar mañana?
-Pero si tengo que entregarte el informe mañana...
-Podremos tratar otros temas, como tu futuro en la empresa, por ejemplo.
Emma tragó saliva para disolver el nudo que se le había hecho en la garganta. Aquello había sonado a amenaza. Dibujó una amplia sonrisa en su cara, más falsa que un unicornio, y dijo: -Claro, Martin. Mañana nos tomamos algo. Salió del despacho de su jefe con la decisión más importante de su vida ya tomada. Y es que ni muerta iba a tomarse unas cervezas con aquel troglodita. De hecho, no pensaba volver a verle en su vida.
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Luces, camara ¡corazon!!
Teen FictionJames Petersen, un personaje guapo, divertido, inteligente, carismático, y además actor de Hollywood. Emma Miller, una chica que aun está estudiando, muy inteligente y trabaja como doble de Sue Johnson una actriz y cantante bastante famosa que últi...