Capitulo 7 (parte 2)

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-Me dijiste el otro día que estás en una etapa de adicción a la cafeína. ¿Te apetece si te invito a un café?

-¿Tú no sabes que los vicios hay que ayudar a quitarlos, no animar a la gente a que los mantenga?.

-Pues un chocolate.

-De acuerdo.

Tras preguntarle a uno de los trabajadores de la productora que los había acompañado durante la charla si podían marcharse y recibir su permiso, salieron intentando llamar lo menos posible la atención, aunque Sue Johnson no pasaba fácilmente desapercibida y James, a su lado, era más fácilmente reconocible, así que tuvieron que detenerse con algunas fans.

Cuando al fin llegaron a la puerta, encontraron un taxi del que acababa de bajarse un hombre y se subieron en él antes de que cualquier otra persona pudiera reclamarlo. Para poder tomar algo tranquilos tenían que alejarse de la zona de la convención o les resultaría imposible que no les interrumpieran.

-¿Te importa? -le preguntó Emma de pronto, dándole la espalda y recogiéndose el pelo para dejar a la vista la cremallera.

-Si quieres que te desnude, dímelo, pero ten en cuenta que estamos en un sitio público.

Ante aquellas palabras, los ojos del taxista volaron hasta el retrovisor para ver si podía ver algo interesante

-¡Mire hacia la carretera! -le dijo Emma-. Y tú, Míster Testosterona, no sueñes con verme desnuda y bájame la cremallera.

Con una sonrisa, obedeció, pero para su desencanto, la joven llevaba una segunda capa debajo de su vestido y cuando se la quitó, se quedó vestida con un pantalón corto y una camiseta.

-Qué desilusión.

-Para ti y para el taxista -comentó la joven, que en aquel momento se retiraba la peluca y las horquillas.

Sin necesidad de un espejo, se trenzó el pelo, comenzando en la frente y bajando por uno de los laterales de la cabeza. Mechón a mechón, consiguió que todo su cabello quedara entrelazado en una bonita trenza que le caía por el hombro. Palpándose el pelo, se ajustó el peinado con las horquillas.

Sacó una bolsa de su pequeño bolso y guardó en ella el vestido y la peluca. Cuando hubo terminado, se acomodó en el asiento y miró a James.

-¿Qué? -preguntó, sorprendida por cómo él la miraba.

-Tú desde luego no necesitas ir al programa ese de «Cambio Radical», ¿eh?Ella sonrió y se encogió de hombros.

Enigmáticamente, dijo:

-He tenido que aprender a hacer esto en los lugares más insospechados.

-¿En serio? ¿Cómo cuáles?

-¿Cuartos de la limpieza? ¿Garajes? Y me guardo los más raros porque podrían resultar comprometidos.

-Suena como si llevaras mucho tiempo haciendo esto.

-Bastante, sí. Cinco años ya.

-¡Cinco años!

-Sí, cuando... -Miró por el rabillo del ojo al conductor, dudando, y después continuó-, cuando la señorita S comenzó a tener problemas.

James, sabiendo que los taxistas tenían la oreja siempre puesta en la conversación de sus viajeros porque tenían un trabajo bastante aburrido, prefirió no ahondar en aquello. Además, sabía perfectamente qué clase de «problemas» tenía Sue.

-¿Y por qué lo haces?

-Dinero, obviamente. Tengo un crédito universitario que pagar, ¿sabes? Cualquier dinero extra es bueno.

James, afortunadamente, había dejado de preocuparse por el dinero unos años atrás, cuando comenzó a encadenar varias apariciones en series y películas que aunque no le habían asegurado el futuro le habían permitido conseguir un interesante colchón. Y ahora, con la película que habían terminado de rodar y con los contratos que ya había firmado, podía respirar tranquilo. Aun así, recordaba perfectamente lo que era ser universitario y estar hasta el cuello.

-Hablando de universidad, ¿qué tal el examen del otro día?

Emma sonrió, contenta por el detalle de que él se acordara de aquello:

-Bueno... ya veremos.

-¡Uh! Eso suena a suspenso.

-No, hombre. Lo que pasa es que no sé si conseguiré matricula o se la pondrán a otro. He estado tan liada con todo lo de Sue...

-¿Has dicho...? ¿Has dicho que no sabes si conseguirás matrícula? ¿Y a eso lo llamas un «ya veremos»? Qué repelente.

-¿Ahora estamos de acuerdo en que soy la más lista de ambos lados del coche?

-La más empollona, diría yo.

-Perfeccionista más bien-corrigió ella.

El taxista anunció que ya habían llegado a destino y James, tras pagarle la carrera, se bajó, seguido por Emma. Juntos, se dirigieron hacia el Starbucks y pidieron, ella un helado de café mocha y él un café americano helado. A la pregunta de él de si quería algún dulce de acompañamiento, ella negó con la cabeza.

-¿No decías que no ibas a tomar café? -interrogó James cuando se sentaron en una mesa en la planta de arriba.

-Si no le meto cafeína a mi cuerpo, me quedaré durmiendo en media hora -respondió ella, dedicándole una sonrisa a James que le hizo sentir algo culpable.

-¿Has dormido algo esta noche?

-Algo -respondió encogiéndose de hombros.

-Bueno, nos tomaremos esto y nos marcharemos, ¿de acuerdo? Para que puedas descansar.

-No hay prisa -respondió ella, dándole un sorbo a su bebida-. Esto me mantendrá alerta durante un par de horas más y además ni mañana ni pasado tengo exámenes, así que puedo tomarme un respiro. Además, por raro que parezca, me gusta hablar contigo.

A James instintivamente le asomó una sonrisa a la boca. A él también le gustaba hablar con ella. No obstante, cuando habló, hizo que su boca fuera una línea dura.

-¿Cómo que por raro que parezca?

-Sí, bueno... mi primera impresión de ti fue de, ¡qué gilipollas!-. Él se rió ante aquello.

-Una vez más, siento todo lo que te dije esa noche en el restaurante.

-Durante toda nuestra conversación estuve pensado «¡qué gran hijo de su madre!, con lo majo que parece ante la prensa y los fans».

-¿Y ahora qué? ¿Te parezco majo?

-Digamos que vuelves a parecerme buena elección para O'Connor.

-No me digas que eres una fan de los libros.

-¡Me encantan! Soy la fan número 1 -dijo haciendo la «V» de victoria con los dedos y poniendo morritos.

- Estoy deseando que salga la última parte.

-¿Y qué te pareció la elección de Sue como protagonista?

-Pues... por un lado pensé «¡mierda!» y por otro «¡toma!». Sue no es una buena elección para hacer de Emily, pero que le dieran el papel a ella, significaba que yo podría tener algo que ver con la película. A ver, no voy a aparecer en ella, pero... no sé si me entiendes..

Luces, camara ¡corazon!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora