Alexander miraba el restaurante en el que estaban. Su familia estaba feliz por estar ahí. Él estaba callado. Miró a su alrededor con ganas de salir del lugar. Se sentía incómodo.
Salome charlaba animadamente con Andres. James miraba de reojo a una chica rubia que estaba sentada en la mesa de al lado y Thomas miraba la carta debatiéndose que ordenar.
―Psst... Hey, primor ―susurró Alison que estaba sentada junto a Alexander. Alex miró a su hermana.
―¿Qué sucede? ―preguntó bajito.
―¿Estás bien? Estas como ido.
―Estoy bien.
Alison miró fijamente a su hermano.
―Emmanuel me dijo que hay un chico en tu clase que te molesta ―Alexander se tensó.
―Emmanuel miente.
―¿Seguro?
―Sí.
―¿Seguro, seguro?
―Sí.
―Mmmh.
La comida llegó a la mesa servida por el mesero. Todos estaban felices, pero Alexander se sentía incómodo. Alguien lo estaba mirando. Miró disimuladamente a su alrededor. Hasta que lo vio. A él.
Palideció, sintió sus ojos arder.
―¿Alexander? ―preguntó salome notando la incomodidad de su hijo menor― ¿Qué sucede?
―Awww el putito va a llorar ―dijo James mirando con burla a su hermano.
―James, ¡basta! ―dijo en tono de advertencia Andres.
―No es nada, solo estoy feliz. Se cuanto a luchado papá para esto.
―¡Primor! ¡Eres una ternura! ―dijo Alison abrazando a su hermano.
Alexander sonrió débilmente, tallo sus ojos y dijo― ¿Cómo se siente ser el nuevo socio?
El resto de la velada pasó sin problemas para la familia de Alexander mientras que él sonreía falsamente más incómodo a cada segundo.
―Adelántense al auto, saludare a un amigo ―dijo Alexander. Su padre asintió y toda la familia lo siguió al estacionamiento.
Alexander vio cómo su familia salía del restaurante. Alexander sintió unos toques en su hombro. Llevó su mano derecha a su antebrazo izquierdo y apretó fuertemente sobre las heridas que tapaba su camisa negra. Se controló lo mejor que pudo por la desagradable sensación que le causó ser tocado. Giró y lo vio a él.
―Samuel ―susurró Alexander con la voz sin vida.
―Tú... ―dijo con una sonrisa el mencionado― ¿Cómo has estado?
―Bien.
―Me alegra.
Un silencio incomodo se instaló a su alrededor.
―Bueno, ya te salude ya me voy ―dijo como si nada Samuel.
―Si... adiós.
Alexander salió del establecimiento y la sonrisa falsa se instaló en su cara, ignoró las ganas que tenia de echarse a llorar.
Cuando llegaron a casa, Alexander subió a su cuarto busco su diario y volvió a escribir en la quinta página.
"Hoy aprendí dos cosas nuevas.
1. Mi familia no es capaz de ver las lágrimas que brotan dentro de mí.
Lo segundo lo aprendí, por qué lo volví a ver. A él. A Samuel.
2. El peor sentimiento no es estar solo, es ser olvidado por alguien que tú nunca vas a olvidar."
Alexander cerró el diario y lo guardó bajo su almohada. Tomó nuevamente su mochila y comenzó a buscar el cutter. No lo encontraba. Alexander recordó que Michelle lo había arrojado lejos de él y no lo había recuperado. Necesitaba cortarse. Necesitaba dejar salir su dolor. Comenzó a caminar por la habitación frenético. Llevo sus manos a sus cabellos y comenzó a tironear de él.
―¡Maldita sea! ―exclamó en un sollozo ahogado.
―Primor, ¿puedo pasar? ―se escuchó la voz de Alison desde el otro lado de la puerta.
Alexander miró desolado la puerta―. Alison ―dijo sollozando.
Alison al escuchar el sollozo de su hermano entró y cerró la puerta tras de sí con seguro. Alexander se arrojó a los brazos de su hermana mayor.
―Tranquilo... yo... te vi hablar con él.
―Me hablo como si... como si nosotros...
―Shhh. Ya primor.
N/A: hola, hola.. ¿Qué tal? ¿Qué les parece este cap? Personalmente amo a Alison.
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Diario de un Suicida
Short StoryAlexander cada día desahogaba sus penas escribiendo en su diario. Alexander cada día resistía para no deslizar el cutter sobre su piel. Alexander se sentía nervioso por la insistente mirada de uno de sus compañeros. Rodrigo sentía una curiosidad por...