La verdad de un Záitsev - I

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Aclaración de la lectura: entre paréntesis la traducción al español de los diálogos en ruso. Así será más fácil y menos molesta la lectura.

(Sebastián)

Sebastián estaba oficialmente, por decirlo de una forma, con Anthony. Pero había algo que molestaba al americano, recientemente Anthony comenzaba a recibir una serie de llamadas que inquietaban al chico. No solo porque Anthony las contestaba en su lengua natal, si no que el pelirrojo se ponía incomodo o reacio después de alguna llamada.

Ese día Sebastián había decidido seguir a su novio, pues el ruso ya no regresaba a casa con su primo Alexander si no que se desviaba y no dejaba a Sebastián acompañarlo y mucho menos aceptaba el ofrecimiento de su hermana Carol para llevarlo. Algo le decía a Sebastián que debía dejar todo por la paz pero su curiosidad era mucho más grande.

Ese día Sebastián se despidió de Anthony cuando llegaron al lugar en el que normalmente se separaban. Usualmente Sebastián terminaba en la casa de Alexander a esperar a que su hermana lo fuese a buscar pero ese día sería diferente. A los pocos minutos que Anthony se despidió Sebastián hizo lo mismo y sin darle explicación alguna a Alexander y a Rodrigo se fue tras Anthony. Sebastián seguía con sigilo al ruso. Poco a poco el pelirrojo se iba a cercando al centro de la ciudad. Sebastián repentinamente comenzó a sentirse nervioso, cada vez se adentraban a territorio peligroso. Sebastián se escondió tras un muro cuando notó que unos hombres de aspecto peligroso salían de la nada y le decían algo a Anthony. El pelirrojo siguió caminando pero esta vez acompañado de aquellos hombre. Llegaron a una serie de edificio abandonados y el grupo se adentró. Sebastián miró a los alrededores antes de entrar cuando sintió que alguien tapaba su boca y cubrían sus ojos. Al parecer Sebastián no se había dado cuenta que también lo seguían.

***

Anthony se sentía estresado desde que le había dicho a su padre que quería dejar oficialmente los negocios ilícitos de los Záitsev para quedarse en Charlotte por que se había enamorado. Su abuelo, Svyatoslav Sergéevich Záitsev, se había puesto pesado con él. Por suerte Dmitry intervino y pidió a su suegro que le diese alguna tarea para que luego pudiese retirarse tranquilamente y así su hijo mayor, Sergey Dmitrovich Záitsev, podía tomar el mando de la familia cuando le correspondiese.

G-n Zaytsev , blondinka rasstroit' printsessa nachinayet davat' (Señor Záitsev, el rubio que molesto a la princesa está comenzando a ceder) ―dijo un hombre robusto con una cicatriz que le atravesaba la cara.

YA rad, chto neudachno nachala ponimat', chto akt zhestko vam ne podkhodit, idiot uzhe izlomal osla upryam ​​. Nesmotrya na to, chto on zasluzhivayet (Me alegra que ese desgraciado comience a entender que hacerse el duro no le conviene, el muy idiota ya tiene el culo destrozado por terco. Aunque se lo merece) ―dijo con una sonrisa sínica Anthony.

Gospodi, amerikanets poyavilsya na zemle (Señor, un americano a aparecido en los terrenos) ―dijo un hombre que acababa de llegar―. Estamos tratando de sacarle información y ver de parte de quien viene. Según lo que ha dicho, lo conoce.

Anthony no mostró interés alguno en la nueva información pero algo le decía que debía saber el nombre del joven que tenía la desgracia de haber caído en las manos de los hombres de su padre.

Po krayney mere, oni poprosili yego imya (Al menos le han preguntado cómo se llama) ―dijo Anthony.

On govorit, chto yego zovut Sebast'yan (Dice que se llama Sebastián) ―contestó el hombre.

Anthony sintió como si su mundo repentinamente se detenía. Su corazón dejó de palpitar y comenzó a sudar frio.

―¿Vy skazali Sebast'yan? (¿Has dicho Sebastián?) ―preguntó en un grito alarmado Anthony tomando de las solapas al hombre frente a él.

―Yesli (Si) ―dijo el hombre horrorizado en pensar que había cometido un error al llevar al chico a interrogar.

Skazhi mne, gde ona yest', i luchshe eto khorosho. Ili menya pagaras (Dime donde está, y más vale que este bien. O me las pagaras) ―ladró el pelirrojo.

El hombre sin decir nada guio al más joven por los pasillos oscuros del edificio. Llegaron frente a una puerta y unos gritos repentinos salieron del interior. Anthony reconoció la voz de su novio.

Otkroyte chertu dver' (Abre de una maldita vez la puerta) ―rujió Anthony pateando al hombre que le temblaban las manos para abrir la puerta.

Anthony entró estrepitosamente a la habitación y quiso no haberlo hecho. Frente a él estaba Sebastián encadenado de manos, suspendido en el aire, sin camisa dejando ver algunas laceraciones en el torso. Sebastián hipaba, estaba completamente mojado y solo decía "Anthony es mi novio". Anthony corrió junto a Sebastián, delicadamente tomó el rostro de su novio y sintió como Sebastián comenzaba a temblar.

―Se... Sebastián ―llamó el pelirrojo.

Sebastián miró a Anthony y gruesas lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas.

―Ho...Hola ―dijo con una sonrisa rota Sebastián.

―¿Chto vy ozhidayete , chtoby osvobodit' yeyé? (¿Qué esperan para soltarlo?) ―gritó Anthony, el pelirrojo atajó a Sebastián y miró a los hombres que estaban en la habitación. Todos se estremecieron sus castigos no serían nada placenteros.

Anthony solo lamentaba no haberse dado cuenta que Sebastián lo seguía, ahora sí, definitivamente Sebastián lo odiaría al saber la verdad sobre él.

Diario de un SuicidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora