(Emily)
Emily estaba en su auto mirando fijamente la escuela de Rodrigo.
―El sospechoso sale a las 4 de la tarde de la escuela, hoy se encuentra de mal humor. Nota, averiguar por qué ―dijo Emily sosteniendo una grabadora.
Emily estudiaba para ser reportera, pero ser un detective privado era su pasión. Desde que estaba en la escuela investigaba para sus amigos. El típico "Me está engañando" o "me gusta esa chica" era lo que normalmente había investigado Emily en su época de escuela. En ocasiones investigaba para sí misma, ya sea alguna pareja gay o algún reportaje jugoso que podía vender a algún periodista mediocre.
―No puedo seguirlo en coche va a pie ―dijo Emily chasqueando la lengua.
Se giró levanto el asiento trasero que era un pequeño compartimiento secreto donde tenía varios cambios de ropa. Tomó una blusa de lana y un bolso. Guardó la grabadora en el bolso tomó una pequeña cámara con forma de broce la coloco en su pecho. "la cámara del broche no siempre toma buenas fotos" pensó con suspicacia. Tomó una cámara digital normal en caso de necesitar. Salió del auto, lo cerró y se apresuró a seguir a Rodrigo. Sacó su celular y mientras lo seguí disimulaba con el teléfono que hablaba por él.
Apresuró el paso y se quedó a un metro de distancia. Emily en el teléfono en la aplicación de notas escribió "El sospechoso va distraído, maldice una y otra vez a un tal Sebastián. Es la razón de su mal humor. Nota, averiguar quién es sebastian"
―¡No seas tan confiado! ―gritó a la nada Rodrigo.
Emily frunció el ceño no sabía si Rodrigo se refería a Sebastián o a otra persona con ese comentario. "Debo platicar con él para evaluarlo un poco" pensó Emily estudiando su entorno. Enfocó el parque y recordó que en ese parque llegaba una conexión Wifi gratis.
―Disculpa ―llamó la chica a Rodrigo.
Rodrigo se giró y enfoco a la rubia bajita.
―¿Sí?
―Me puedes decir en que parte del parque es que llega Wifi ―preguntó Emily con una sonrisa dulce.
―En el arenero ―dijo Rodrigo indicando el lugar.
―Gracias, me hace mucha falta. Por cierto ¿Cómo te llamas? ―preguntó Emily con una cara inocente.
―Rodrigo ¿Y tú? ―dijo con una sonrisa.
―Emily. Disculpa si parezco entrometida pero no pude evitar escuchar que estas molesto. Sabes, en ocasiones en preferible decirle las cosas a un extraño. Después de todo ese extraño no te mirará con reproche y mucho menos podrá juzgarte por qué... es un extraño.
Rodrigo miró a la chica y se encogió de hombros.
―Eso para mí funciona ―dijo Rodrigo indicándole a la chica que le siguiera al parque.
"Y te quejabas de no sé quién por ser confiado" pensó con burla Emily mientras tenía una cara de absoluta inocencia.
―Así que ¿Sebastián? ―dijo Emily como quien no quiere la cosa.
―Es un cretino odioso que siempre molesta a Alexander ―dijo Rodrigo mirando fijamente los columpios.
"Nota mental, buscar y asesinar a Sebastián". pensó Emily.
―¿Y cuál es el problema? En todas partes siempre hay un bravucón.
―Hay dos problemas, Alexander me gusta y detesto que lo molesten. Y el segundo problemas es que... Sebastián no refleja lo que dice sentir en su mirada. Chica, he visto como ese mequetrefe mira a Alexander. Detesto que lo mire tanto, lo mira con anhelo.
"soy un fuckin crack, ya está soltando la sopa" pensó con orgullo la rubia.
―Tal vez ese tal Sebastián tiene miedo de lo que piensen de él. Además, los celos no son buenos. No seas muy posesivo con tu novio ―dijo apropósito Emily.
―Por desgracias Alexander no es mi novio, quiero que lo sea. Pero, sé que ha pasado por cosas difíciles. Primero quiero ayudarlo a exorcizar sus demonios. Quiero que olvide sus miedos.
"Puntos a tu favor Rodrigo. Ya me caes bien" pensó la chica.
―Es una buena decisión, pero te daré un consejo de extraña a extraño. Tal vez necesita que exorcices esos demonios como algo más que un amigo. Una pareja puede tocar ciertos temas que un amigo jamás podrá.
Emily se alejó de Rodrigo después de sonreír y despedirse. Tomó su teléfono y llamó a James.
―Cuenta ―dijo al otro lado de la línea James.
―El chico me cae bien. Se ve que es bueno. Pero debo hondar más. Más tarde te enviare al correo un informe detallado.
―Lo esperare con ansias. Por cierto Thomas acaba de llegar de la universidad y no está estudiando.
―Okis, ya lo llamare para alegrarle el día ―canturreó la rubia.
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Diario de un Suicida
Krótkie OpowiadaniaAlexander cada día desahogaba sus penas escribiendo en su diario. Alexander cada día resistía para no deslizar el cutter sobre su piel. Alexander se sentía nervioso por la insistente mirada de uno de sus compañeros. Rodrigo sentía una curiosidad por...