Son o no son

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Rodrigo llegó a su casa después de acompaña a Alexander a la propia. Con una enorme sonrisa Rodrigo subió a su cuarto, donde su hermanita lo esperaba.

―¿Y? ―exclamó la pequeña Eileen.

Rodrigo sonrió y se lanzó en su cama. Eileen se acosó con su hermano apoyando su cabeza en el brazo del mayor.

―¿Alguna vez te he dicho que ere una bruja macabra? ―dijo con burla Rodrigo.

―Quieres cortar el royo y hablar de una puta vez que pasó con Alexander ―gruñó la niña.

―Vocabulario ―dijo con el ceño fruncido el mayor.

―No empieces, cuéntame de una vez ―dijo la niña perdiendo la poca paciencia que la caracterizaba.

Rodrigo sonrió y prosiguió a contarle a su hermanita lo que había sucedido aquella tarde cuando la menor había abandonado la habitación dejando a un confundido Alexander y a un nervioso Rodrigo.

»Le tendí la mano a Rodrigo con un solo pensamiento. Si me tomaba la mano tenía una oportunidad si no me la daba nunca antes había tenido alguna oportunidad con él.

Alexander me miraba con incredulidad. Sus ojos estaban llorosos.

­―¿Qué fue lo que dijiste? ―preguntó Alexander mirándome con algo de nerviosismo.

―dije que eres la persona que amo ­―respondí.

―No puede ser ―dijo Alexander mirando inseguro la mano de Rodrigo.

―Así es, te amo ―dije con una sonrisa insegura.

―Soy un desastre emocional ―dijo Alexander.

―No me molesta.

―Tengo el corazón roto ―volvió a decir el con la mirada baja.

―Juntare cada una de las piezas.

―Fui criado para ser un chico feliz, pero no educado para saber cómo.

―Juntos descubriremos cómo.

―Estoy lleno de cicatrices emocionales y físicas.

­―Con mis labios recorreré cada una de ellas. Con mis labios alejare el dolor que pueda causar sus recuerdos.

―Tengo miedo de salir lastimado ­―dijo esta vez Alexander mirándome fijamente.

Me acerque aun con mi mano extendida. No lo toqué solo me acerqué para detallar mejor su rostro.

―Lucharé para no lastimarte. Y si llego a fallar me alejare de ti para no volverlo a hacer.

―Tengo muchas cosas que superar. Mi pasado es horrible.

―Es algo que ya pasó, si quieres puedes compartirlo conmigo. Solo puedo escucharte abrazarte, brindarte un presente feliz y un futuro mejor.

Alexander lentamente me dio su mano. Con una sonrisa la llevé hasta mis labios y besé cada uno de sus dedos. Sentí como Alexander tembló ante mi toque. Me asusté un poco pensé que lo había asustado pero tenía una expresión de calma.

―¿Me trataras cómo un libro qué una vez leído no volverás a tocar? ―preguntó Alexander con los ojos lloroso.

―Te atesorare todo lo que me permitas ―dije antes de abrazarlo...«

―¿Pero se hicieron novios? ―preguntó Eileen interrumpiendo a su hermano.

Rodrigo fulminó con la mirada a su hermana.

―¿Sabes que es de mala educación interrumpir a alguien cuando habla?

―¿Son o no son? ―dijo con el ceño fruncido Eileen.

―Sí, lo somos ―dijo con una sonrisa enorme Rodrigo.

Eileen pegó un brinco y gritó agudamente.

―¡Es la mejor noticia que he recibido! ¡Tendré un súper tierno cuñado! ―dijo Eileen con una sonrisa.

Rodrigo sonrió la forma en que se confesó no fue la más romántica, fue espontanea, imprevista y ordinaria pero sus sentimientos fueron recibidos. Esperaba con ansias por der hacer feliz a Alexander y ayudarlo a superar sus demonios.

Eileen en multimedia. 

Diario de un SuicidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora