Andrés sintió como su corazón se detenía cada vez que Salome le decía más y más. Su esposa lo había llamado al trabajo, eso no era extraño. Pero el tono con el que le había contado todo era de angustia, preocupación y enojo. No era para menos, Alexander se había enterado de lo que estaba sucediendo con Samuel y había ido a rescatarlo. No quería arriesgarse a perder a su hijo. Pocos Záitsev conocían realmente a su hijo. Esperaba que nada malo le sucediese. Con sus manos temblando el hombre tomó su teléfono para llamar a su hermano.
―¿Qué sucede hermano? ―preguntó el hombre al contestar del otro lado.
―Mi hijo ha ido a buscar a Samuel, se ha enterado. No quiero que le pase nada.
Hubo un pequeño silencio al otro lado de la línea.
―Y no le pasará, te lo aseguro ―dijo Dmitry con un tono diferente, señal de que estaba preocupado.
Andrés colgó y suspiró profundo. Las alarmas se habían encendido solo faltaba que su hijo regresase sano y salvo.
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Diario de un Suicida
NouvellesAlexander cada día desahogaba sus penas escribiendo en su diario. Alexander cada día resistía para no deslizar el cutter sobre su piel. Alexander se sentía nervioso por la insistente mirada de uno de sus compañeros. Rodrigo sentía una curiosidad por...