Cuando todo comenzó
Alexander seguía sentado en una banca en el parque, seguía mirando el arenero. No pudo evitar pensar en cuando comenzó a enamorarse de Samuel. No pudo evitar pensar en cuando había comenzado su tortura.
Llevaban días viéndose. Alexander no entendía porque siempre se encontraba con aquel hombre de mirada indescifrable. No entendía por que le gustaba estar cerca de Samuel.
―Llegas tarde ―dijo Samuel del mal humor.
―Lo siento, mi hermana estaba de pesada ―respondió con una sonrisa sincera.
―Te perdono por esta vez ―dijo con una débil sonrisa Samuel.
―¿Qué haremos hoy? ―preguntó Alexander entusiasmado.
―¿Quieres ver una película? ―preguntó el mayor. Alexander asintió entusiasmado.
Luego de comprar las entradas y las palomitas fueron a la sala de cine donde por los pelos Alexander pudo entrar.
―¡Deja de reírte! ―dijo indignado Alexander sonrojado.
―Es que es muy gracioso, ese tipo no te quiso dejar entrar porque creía que eras menor de 14 años ―dijo con burla Samuel.
―No es mi culpa parecer menor ―dijo con un puchero Alexander. Samuel se silenció de pronto―. ¿Qué te pasa?
―Eres muy lindo ―soltó el mayor.
Alexander se sonrojó y sintió como su corazón comenzaba a palpitar salvajemente. Desvió la mirada y sonrió levemente.
La película estuvo bien. Pero Alexander no pudo concentrarse mucho en la película, Samuel se la paso tocando cada tanto a Alexander "accidentalmente".
Cuando iban de regreso a la casa de Alexander, Samuel arrinconó a Alexander contra una valla y lo besó.
Alexander no sabía qué hacer, nunca antes había besado a alguien.
―¿Te disgusta que haga esto? ―preguntó Samuel con una sonrisa seductora.
Alexander negó―. Soy gay.
―Así que gay... eso es bueno ―dijo antes de volver a besar a Alexander. Esta vez el menor enrolló sus brazos alrededor del cuello de Samuel.
Alexander abrazaba sus piernas en ese momento. Todo parecía tan bien, todo se sentía tan correcto en ese momento.
Esa vez pensó que agregaría algo más a esa página cuando regresara a casa.
"Perdí la cuenta de las veces que prometía nunca más volver a recordarte".
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Diario de un Suicida
Short StoryAlexander cada día desahogaba sus penas escribiendo en su diario. Alexander cada día resistía para no deslizar el cutter sobre su piel. Alexander se sentía nervioso por la insistente mirada de uno de sus compañeros. Rodrigo sentía una curiosidad por...