Secretos Ocultos

Capítulo 1

Secretos Ocultos

Capítulo 1

Entre los nervios y la hiperactividad que corría por mi cuerpo no pude dormir ni un solo segundo en toda la maldita noche, simplemente unos pocos minutos, o al menos eso creo. No tengo ni la más mínima idea de que hora es, pero estoy casi segura de que faltan pocas horas para que el sol aparezca.

He tenido aproximadamente veinte sueños lucidos durante la noche (o al menos en el momento en que pude dormir un poco), se trata de esos sueños en los cuales tienes noción de lo que está ocurriendo pero simplemente no puedes despertar. 

Todos se basaban de lo mismo, todos eran exactamente iguales.

¿Cómo es posible sentir que llevas despierta toda la noche, pero también no estar segura sin en algún momento has dormido algo? Por la saliva seca alrededor de mi boca puedo confirmar que si he cerrado los ojos en algún momento.

Enciendo la pequeña lámpara que se encuentra en la pequeña mesa junto a la cama, presiento que de alguna forma me encontraré más segura teniendo algo de luz. Con un poco de lentitud en mi movimiento, me levanto y echo una mirada veloz a todo mi alrededor.

Algo anda mal por aquí.

La ventana que se encuentra frente a mi cama está abierta, me sorprendo al notar que su abertura es hasta la parte superior de la misma. Un escalofrío recorre todo mi cuerpo acariciando toda mi espina dorsal, la brisa que ingresa por la ventana es fuerte, fresca y silenciosa, al igual que la noche que me rodea.

No me gusta dudar de mis acciones, pero estoy demasiado segura de que la he cerrado antes de irme a dormir. O tal vez eso imaginé. Me acerco a la ventana lentamente e intento cerrarla, mis dedos están haciendo la mayor presión posible, pero no hay una manera de que esta estúpida ventana color blanca se cierre.

Está trabada.

Suspiro con cansancio y derrota.

Mis pies se arrastran hacia la cama de casi dos plazas y me echo en ella. Aun la suave brisa sigue entrando por allí. Por instinto propio, tomo la sabana y me cubro por completo con ella, cerrando mis ojos en el mismo momento en que hago dicha acción. La luz de la pequeña lampara deja de iluminar en cuanto mi dedo presiona aquel botón.

Aún hay algo que no me deja dormir.

Una luz proveniente de afuera es lo que está impidiendo que pueda recomponer fuerzas y disfrutar del sueño.

La curiosidad mató al gato, ¿verdad?

Me paro rápidamente con algo de molestia y asomo la cabeza por la ventana atorada. Así es, está tan abierta que todo mi cuerpo puede asomarse por ella.

Una luz cercana en el vecindario es lo que está iluminando tanto, en la casa de enfrente, hay aproximadamente unos veinte autos en la puerta de ese hogar, y bastantes personas salen corriendo de aquella casa tomando rumbo hacia cualquier otra parte.

Seguramente es una fiesta.

Vuelvo a mi cama y los brazos de Morfeo me toman rápidamente.

***

El sonido molesto e intenso de la alarma suena una vez, no basta en que suene más veces, ya que si continúa haciendo ese ruido mis manos no dudarán en estamparla en el suelo.

Así es, hoy es mi primer día de instituto. Mátenme.

Tomo de mi nuevo ropero una de mis usuales prendas, una remera rayada junto a un jean azul oscuro.

Ingreso a la ducha tan rápido como salgo. Una vez que ya me encuentro limpia y cambiada, cepillo mis dientes como también mi cabello. Mi mirada se desvía hacia el reflejo que el espejo brinda de mí y se me hace imposible no pegar un grito al notar que unas enormes bolsas negras se posicionan bajo mis ojos.