Capítulo 3

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Secretos Ocultos

Capítulo 3

—¿Así que simplemente te echó de su clase? —la voz dulce de Sean se hace presente. No voltea a verme, ya que se encuentra con las manos clavadas en el volante y la mirada fija en la carretera.

—Sip —desbloquo mi móvil y respondo un par de mensajes de papá.

Esto de tener un chófer propio me gusta, hasta creo que podría acostumbrarme a ello.

—Sigo sin comprender por qué diablos has dejado que te echara. Podrías haberlo convencido con algunas suplicas y algunas lágrimas falsas —habla Holly desde el asiento copiloto—. Es fácil hacerlo.

—Que sea nueva no significa que también sea multifunción, ademas sabes que soy pésima haciendo berrinches—bloqueo mi móvil y lo guardo en mi mochila —En fin, no veo la hora de llegar y dormir como nunca antes alguien ha dormido en su vida.

—¿Tan agotador ha sido tu primer día? Oh pobrecita la pequeña Brooke.

Sean ríe ante el tono de voz provocador de Holly.

—¡Oye! Para tu información no es fácil ser nueva en un pueblo, y más si es uno como este —ambos giran sus cabezas a la parte trasera del auto, simplemente me observan con cara de "¿En serio? " y luego se echan a reír un poco mas fuerte—. No entiendo por qué se ríen, es cierto lo que digo. Además, mientras menos sea reconocida y nombrada por las personas mejor para mi, odio todo eso.

Sean ríe por lo bajo.

—Pues lamento decirte que más de uno de mis compañeros de fútbol americano te ha notado.

—Ignóralo, a veces se deja influenciar por los idiotas de sus amigos —Holly lo fulmina con una mirada que no llego a comprender, seguramente es algo íntimo de ellos, así que no me molesto en preguntar—. En fin, prima mía, ¿cómo te ha ido en la clase de fotografía? ¿Has visto lo bueno que esta el profeso... ¡Auch!

Sean le da un suave empujón sin despegar la mirada de la vacía carretera. Ahora soy yo la que ríe ante la situación, pero esta se esfuma de inmediato al recordar las cosas que han pasado hoy. Mi rostro se transforma por completo al volver a repasar lo ocurrido hace poco tiempo atrás.

—Bueno, veamos, ¿por donde empezar? Ah si, en primer lugar el profesor me ha regañado por llegar tarde. En segundo lugar, todos los idiotas que tengo como compañeros me han apartado de la mesa como si tuviera alguna enfermedad venérea. Y como tercera cosa, el mismo profesor que me regaño ya nos ha asignado un maldito proyecto para entregar —suspiro soltando todo el aire acumulado, estoy hablando de forma muy apresurada—. Y lo peor de todo es que mi pareja asignada es un holgazán que ni siquiera me dirige la palabra ¿Pueden creerlo? Porque yo no.

—A todo el mundo le pasan esas cosas —dice Holly restandole importancia. Abro mis brazos en señal de protesta.

—No, yo creo que no. ¡Simplemente me dijo dos palabras! Créeme, mi pez me trasmite mas emoción y comunicación que ese chico.

—Tu no tienes pez desde los siete años —ríe—. Y estamos hablando de ti, seguramente estás exagerando.

—¿Disculpa? Te recuerdo que la reina del drama en la familia eres tú, nadie se atrevería a robar tu puesto.

—Tonterías —sacude su mano en el aire—. Tú eres igual de dramática que yo, así que no me hagas quedar mal frente a mi novio.

Bufo y clavo mi mirada en el moreno de espalda ancha.

—Sean, ¿tienes algo que decir al respecto? ¿Tu crees que yo soy capaz de superar a mi prima cuando hablamos de personas exageradas?

—Eh... bueno, es difícil responder eso.

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