Secretos Ocultos

Capítulo 15

Secretos Ocultos

Capítulo 15

He besado a pocos chicos durante mi corta e insignificante vida. Hubo pocos hombres rondando en mi mente en aquel pasado no tan lejano, hubo pocos que me dieron la posibilidad de experimentar nuevas cosas, como por ejemplo, tener un primer amor, un primer amor platónico, un primer beso, mis primeros roces, muchas primeras veces.

Hank, Thomas y Richard fueron los únicos con los que experimenté mi habilidad de besuqueos.

No son muchos, lo sé. Tampoco es que haya sido popular como mi prima, simplemente me gustaría haberme titulado como alguien con perfil bajo y vida decente. Hank fue un tierno chico con el cual experimenté mi incomodo y patético primer beso, luego a eso, él se mudó a Canadá, nunca más supe de él.

Con Thomas fue diferente, el simplemente me había ayudado a perfeccionar un poco la técnica, un poco de lengua por aquí, menos saliva por allá, más movimientos, lo admito; era bueno en lo que hacía.

Y Richard, bueno, el simplemente era un gran amigo que gracias a un choque nuestros labios se juntaron sin querer, ¿eso cuenta como un beso verdad? No importa, lo he agregado a mi lista de todas maneras.

Pero esas estupideces y recuerdos no van al caso, aunque ahora que lo pienso mejor un poco de coherencia tiene volver a rememorar aquello. Sirve y mucho para compararlo con el ahora, el presente, el momento en que un par de labios desesperados y húmedos se mueven ligeramente sobre los míos.

Mierda. Reacciona. Haz algo. Aunque sea respira.

Desconozco el momento exacto en que sus manos acariciaron mi espalda y bajaron lentamente hasta posicionarse en mis caderas. Sus labios húmedos y suaves presionan los míos con cierta desesperación, al mismo momento en que su agarre en mi cintura se afianza de una manera increíble.

Estoy perdida, realmente lo estoy.

Tardo un par de segundos en reaccionar y volver a la realidad: Todos están presenciando dicho show.

Smith quiere que lo sigas, él té está haciendo protagonista de esta escena.

Un estúpido beso no le hace mal a nadie, ¿verdad?

Posiciono ambas manos en su cuello, acariciando suavemente aquel sector. Reacciono al instante y mis labios no se quedan atrás, comienzan a seguir aquel ritmo veloz y desesperado, comienzo a besar al mismísimo Wesley Smith y sobre todas las cosas comienzo a perder el control.

Sus labios se separan de los míos por un segundo para volver a atacar mi labio inferior con desesperación, sus movimientos son coordinados y sus labios son algo digno de probar. Su lengua se desliza por mi húmedo e hinchado labio inferior, no es difícil captar su solicitud de ingreso así que inmediatamente mis labios se abren y su lengua ansiosa comienza a curiosear dentro de mi boca.

Nuestras lenguas rozan y se mueven ansiosas, estoy entrando en calor y eso es algo evidente. Sigo el ritmo de sus labios intentando no perder ningún movimiento. Toma mi labio superior y lo succiona como si fuese algo sumamente delicioso, y luego, se separa lentamente de mi clavando aquella mirada repleta de poder sobre mí.

Evito sonrojarme, pero es imposible al notar que sus labios se encuentran hinchados y rojos. Smith me mira con aquel brillo característico de sus ojos, pero en este momento, noto que brillan aún más de lo usual. Una pequeña e inusual sonrisa se escapa de sus labios en mi dirección, no deja de mirarme y eso hace que mi sonrojo aumente.

Maldita sea, ¿por qué no puedo besarme con un chico caliente sin que mis mejillas se pongan como Ed Sheeran?

—Besas bien, Miller —susurra con la voz aún más ronca de lo usual, sé que solo yo puedo oírlo, él también lo sabe.