Secretos Ocultos

Capítulo 7

Secretos Ocultos

Capítulo 7

Cuando era pequeña mi padre solía llevarnos todo el tiempo al parque a mi hermano Bradley y a mi. Francamente era lo mas asombroso y esperado de todo el día. Solo era cuestión de despertarnos por la mañana, esperar ansiosos todo el largo día hasta que la aguja mas pequeña del reloj marcase las dieciocho horas, y ahí si, ir en busca de aventuras hacía el gran terreno repleto de cosas verdes. Una vez que llegábamos allí, papá tomaba asiento en uno de esos bancos anchos y marrones, y relajadamente se ponía a leer la sección de deportes en el diario, haciendo pausas para ver que Bradley y yo no nos metiéramos en problemas. 

Mi hermano mayor por lo general (y cundo digo general me refiero a siempre) era el que hacia grupos de amigos donde quiera que esté. El ya tenia su grupo establecido, así que se iban a jugar al fútbol todos juntos todas las tardes. ¿Y que había de mi? Pues, yo simplemente me despejaba de todo ser humano y comenzaba a sentirme libre y relajada. Suena loco, lo sé, pero realmente me sentía de esa forma. Era algo tan tranquilo poder centrarme en mis propios pensamientos y en mi propio mundo.

En este mismo momento me estoy sintiendo en mi propio mundo.

Tomo la botella de vodka —que ya casi se encuentra por la mitad— y le doy un gran sorbo, siento como todo el alcohol quema mi garganta por completo, y a su vez una gran mueca de disgusto se pinta en mi rostro.

Da igual. 

Todo da igual.

La gente sigue empujándome como si no existiera. Y ni hablar de las personas sacudiendo su cuerpo al ritmo de la música, me hacen parecer una pequeña pelota de tenis yendo de aquí para allá. Hasta un chico casi prende fuego mi cabello con su estúpido cigarrillo.

Doy tres pasos más y logro llegar a lo que se considera "la barra de tragos". Y cuando digo "barra de tragos" me refiero a una gran mesa con dos chicos detrás de ella preparando bebidas coloridas a cambio de dinero. Estoy segura que ellos no pasan los dieciséis años. Aun así, logro relajar un poco mi cuerpo y acomodar mi cabello, que seguramente se encuentra hecho un desastre. 

Bien. Ahora si, ¿qué diablos debo hacer? 

Ah, si claro. Brandon. Brandon Hills. 

¿Pero cómo diablos encontraré a un ser humano específico? Si aquí dentro hay tantas personas que parece un jodido hormiguero. 

Giro mi cabeza tan rápido que esta duele, pero aun así, logro escanear todo el lugar. ¿Dónde estas Brandon? ¡Acaso nadie en esta fiesta ha visto a uno de los jugadores de fútbol americano! Si se supone que esta fiesta es en honor a ellos. Las personas ya no tienen respeto ni consideración por nada. ¿Por qué el mundo es tan cruel?. 

A ver, pensemos. 

Si yo fuese una famosa estrella de cine, ¿dónde diablos me metería? 

Pero Brandon no es una estrella de cine, estúpida. 

¡De acuerdo! Si yo fuese una aburrida jugadora de fútbol americano, ¿dónde me metería?

¡Pues obviamente que no lo sabes porque no lo eres!

Suspiro para mis adentros y me volteo hacía el chico encargado de preparar los tragos. 

—Holas —suelto sin importar que él no pueda oírme ante la música que suena en el ambiente. 

—¡Hola! ¿Cómo estas? ¿Te preparo algo linda? 

Simplemente escaneo la cantidad de variedad de botellas que hay sobre la mesa y nigo lentamente con mi cabeza.