Capítulo 6

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Secretos Ocultos

Capítulo 6

Estoy llegando a la gran conclusión de que jamás en mi corta e insignificante vida he permanecido durante tanto tiempo dentro de la ducha. Admito no estar arrepintiéndome de derrochar mas agua de lo normal, el agua caliente es mi debilidad y los niños de África deberán perdonarme por ello. Sinceramente reconozco que es un sitio perfecto para pensar de forma tranquila. Y eso mismo era lo que necesitaba en este preciso momento: Pensar.

Debía asistir a una maldita fiesta.

¿A quién diablos se le ocurría hacer una fiesta luego de un gran partido? ¡Deberían estar todos exhaustos! No tiene sentido ni lógica realizar una fiesta después de un evento que termina tan tarde.

Brooke anciana Miller.

—¡¿Se puede saber por qué te demoras tanto dentro del baño?! -la voz de mi prima retumba en toda la casa-. Mis nalgas van a acalambrarse de tanto esperarte, así que apúrate que nos vamos.

Cubro mi cuerpo desnudo con una toalla color blanca, como también enrollo una en mi cabello. Salgo del baño y sin tardar me adentro rápidamente en mi habitación.

-¿Qué tienen que ver tus nalgas en todo esto?

-Mis nalgas siempre tienen que ver en todo -una silueta alta y esbelta ingresa a la habitación-. No quiero llegar tarde, te recuerdo que soy animadora del equipo y es obligatorio asistir a la fiesta. Como también, llegar temprano y a horario.

Bufo de mala gana.

—Falta una hora para que comience la fiesta, ¿por qué deben llegar tan temprano? ¿deben construir la casa?

La rubia —ya maquillada y casi lista— se acerca hacía mí, toma mi brazo y me obliga a sentarme en la orilla de mi cama. Y así sin más, prepara todos los elementos para comenzar a maquillarme. No me quejo, no quiero tener que soportar el mal humor de otra persona, bastante tengo conmigo misma.

—Ya sé que falta casi una hora, pero realmente necesito estar ahí temprano junto a las demás porristas. Ya sabes, el ambiente ha quedado bastante tenso desde la muerte de —noto como las palabras salen de forma lenta y hasta cuestan ser pronunciadas- Rosie.

—Lo siento, Holly.

—Está bien. De todas formas, todo el grupo ha pensado que esta fiesta ayudaría a relajarnos un poco, y por eso mismo estamos todos como locos por tratar de que todo salga a la perfección.

—Sinceramente me parece algo razonable —y típico de niños ricos quiero añadir, pero me contengo—. Deben distraerse y avanzar con sus vidas. No dejar que esto sea un freno por mas crudo que suene.

—Si, es algo razonable. No es que queramos utilizar la fiesta para opacar el hecho de que Rosie ya no se encuentra más aquí —sus ojos se despegan de los míos y comienzan a moverse incómodos por toda la habitación—. Es que todo este asunto ha revolucionado mucho en casi todos nosotros. Ella era una chica muy querida, ¿sabes? Además, esta semana será el velorio y casi todo el instituto asistirá.

Una pequeña y fina lágrima realiza el trayecto de ir de su ojo izquierdo hacía sus labios. Sigo la diminuta gota de agua con mi mirada.

—Es bueno saber que era alguien que todos apreciaban, como también, que era alguien reconocida en el pueblo -comento a la vez que quito la toalla de mi cabello y comienzo a peinarme lentamente.

—Si que lo era, ella era genial. No era como esas típicas chicas con espíritu malvado y con ganas de hacer sentir mal a los demás, era todo lo contrario. ¡Todos la amaban! —su voz se quebró al final de la oración—. Estaba en demasiados grupos extracurriculares, era parte de las porristas, todos los profesores la querían debido a su buena conducta y sus excelentes notas. ¿Quién diablos tiene semejante maldad para quitarle la vida a un ser como ese? Todos los días me pregunto lo mismo, Brooke. Todos los malditos días.

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