Capitulo cuatro: "Intruso"

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–Es que los chicos se quedarán hasta que ellos vuelvan ­–Le explicó Julia.

Y un « ¡¿QUÉ?!» estalló en su mente como una gran bomba nuclear. Pero conociendo a Julia, Andrea debió haber imaginado que algo fuera de la rutina pasaría.

«Solo iban a ayudarnos a limpiar, no a usurpar mi pequeñísima familia» pensó con desagrado.

– ¿No lo sabías? si te molesta podemos irnos –Dijo Denise muy amablemente, a Andrea le causaba ternura escucharla.

Está bien, ella puede quedarse.

–No, está bien, pueden quedarse, es solo que me tomó por sorpresa, Julia no lo había mencionado –Le respondió Andrea mirando a su tía, pero ella no lo notó.

– ¿Segura? –Ahora le hablaba Scott.

Bueno, bueno, el igual.

–Completamente –Sonrió lo mejor que pudo.

No quería que se quedaran, es decir, ella miró a Agustín « ¡tú NO puedes quedarte!» pero no iba a decírselo, sería de mal gusto y no era así como le habían enseñado sus tíos.

Viviana y Roberto se despidieron repartiendo abrazos a todo el mundo, sobretodo Viviana, quién apretujó a Andrea unas diez veces antes de irse.

Una rápida plática se inició al salir por la puerta. Andrea no le dio importancia.

–Los contactaremos en cuanto aterricemos –Dijo Roberto mientras agitaba la mano desde adentro del taxi despidiéndose.

Todos volvieron a entrar.

–Andrea podrías enseñarles a los chicos sus cuartos –Le sugirió su tía mientras cerraba la puerta.

–Claro –Le respondió ella de mala gana, pero no lo notaron–. Por aquí –Dirigió a sus primos a las habitaciones del segundo piso y agarró sus maletas, Scott le ayudó.

– ¿Qué habitación es para cada cual? –Al fin volvía a hablar el rubio, a Andrea le inquietaba su silencio.

–Eh... ustedes elijan –Dijo dejando las maletas en el suelo.

–En ese caso, yo quiero aquella –Agustín señaló la habitación de Andrea.

–Bueno, veras, esa es mi habitación y...

–Dijiste que podíamos elegir –La interrumpió.

–Me refería a las que no están ocupadas...

La miró con cara de pocos amigos, entró en el cuarto de al lado de su habitación con su maleta y cerró la puerta, « ¿Pero qué le pasa? I-DIO-TA»

–Discúlpalo por favor –Le rogó Denise.

– ¿Qué le sucede? ­–Preguntó confundida y un tanto molesta.

¿Dije algo en voz alta? ¡Oh Dios! Dime que no dije algo de lo que pensé en voz alta.

­–Está enfadado, no quería quedarse aquí­ –Le explicó Scott levantando los hombros despreocupado.

–Descuiden, no hay problema –Les mintió.

Estaba enfadada, Agustín no debió comportarse así, a ella no le importaba si no estaba a gusto, pero no debía olvidar que es su casa, además, a ella tampoco le gustaba la idea, «pero ¿dije algo? no, cerré la boca, bueno, eso creo.»

Scott y Denise eligieron sus cuartos y bajaron solo ellos tres, ya que Agustín no salió de la habitación, «así es mejor para mi, que no salga jamás» pensó Andrea.

Los chicos insistieron en que no estaban cansados.

Andrea había olvidado que antes ya habían ordenado y desempacado la mayoría de las cosas, así que no había mucho más que limpiar, entonces Julia dijo que ordenaran ambos patios mientras ella limpiaba el lavadero y aspiraba las alfombras.

Fueron a ordenar primero el patio trasero.

–Qué curioso que es ese cobertizo ­–Dijo Denise parándose en frente de éste.

–Yo pensé lo mismo cuando lo vi ayer –Le dijo Andrea, no creyó que ella igual lo pensara.

– ¿Qué tiene dentro? –preguntó Scott.

–Pues, la verdad es que no lo sé –Ella le respondió. No se lo había preguntado a su tía.

– ¡Hay que ver! –Denise la tomó del brazo y tiró de él unos pasos hasta el cobertizo.

A Andrea le sorprendió la facilidad con la que ella tomó su brazo y la arrastro sin ningún esfuerzo.

–Con llave –Dijeron los tres a coro, rieron.

La puertita del cobertizo estaba con un cerrojo oxidado, se veía bastante antiguo. No lo podrían abrir sin su llave, así que comenzaron a limpiar. Luego hicieron lo mismo con el amplio patio delantero.

Hacía calor.

Julia terminó de limpiar y los llamó a almorzar desde el comedor. Eran la una, y como era domingo, no les importó almorzar tarde.

– ¿Dónde está Agustín? –Preguntó Julia al no ver al ojos-azul-como-el-mar con los chicos.

–Está arriba –Dijo Scott y se sentó a la mesa.

Siempre con ese aire de despreocupación ¡Él me cae bien!

–Andrea, ve a buscarlo, que baje a almorzar con nosotros –Le mandó Julia.

¿Quééééé?

–Si quieres voy yo –Se ofreció Denise.

Aunque podría ir y molestarlo aún más, eso sería divertido.

–No importa, voy yo, tu siéntate y come, ya vengo –Le dijo y subió las escaleras.

Andrea notó que la habitación que había elegido Agustín tenía la puerta abierta así que entró, «Después de todo, es mi casa, además eso va a enfadarlo», pero él no estaba ahí, fue al baño -del piso en el que estaba- y tampoco estaba ahí, entonces escuchó un ruido en su habitación, fue a ver y la puerta estaba entreabierta, ella recordaba muy bien que al salir cerró la puerta.

« ¿Por qué ahora está abierta?» se preguntó con preocupación «no, él no puede haber...»

Entró.

– ¿QUÉ RAYOS CREES QUE HACES? –le gritó furiosa a Agustín al ver que estaba revisando sus cosas.

Agustín giró bruscamente.

Lo había pillado, Andrea lo encontró.

–Yo... yo quería... eh... un bolígrafo –tomó uno de la mesita de luz y lo alzó para que Andrea lo viera.

– ¡Si querías uno solo tenías que pedirlo! No debes revisar MIS cosas ­–le dijo furiosa remarcando la palabra mis, mientras se señalaba.

Ahora sí que quería golpearlo.

–ANDREA ¿QUÉ SUCEDE? –gritó su tía desde el comedor.

Agustín la miró como si le suplicara que no dijera nada, ella no pudo resistirse a esos ojos, pero no por eso dejaba de estar enojada.

–YA BAJAMOS –Le respondió lo bastante alto como para que Julia la oyera, miró a Agustín y se aguantó para no darle un puñetazo ahí mismo–. Mi tía no es muy paciente, hay que bajar ya –Dijo dificultosamente entre dientes debido a la rabia, lo fulminó con la mirada, salió de su habitación y bajó las escaleras, él venía bajando detrás de ella.

Andrea estaba furiosísima.

Estúpido. Entrometido. Asquerosa rata.

– ¿Qué eran esos gritos Andrea? –le cuestionó su tía apenas se sentó a la mesa.


AndreaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora