Capitulo dieciocho: "Sin salida"

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Andrea:

Mi cuerpo no dejaba de temblar y mi corazón seguía azotando mi pecho desde adentro. Me dije a mi misma que tenía que ser valiente, tenía que enfrentarme a mi final, pero nada parecía funcionarme.

Aferré mis manos a la pared apegando más aún mi espalda a ese camino sin salida, esperando, como mi última esperanza, que se abriera y me tragara.

Mis ojos comenzaron a humedecerse, mi vista comenzó a nublarse y una lágrima recorrió mi mejilla, y al llegar al final de mi cara cayó hasta encontrarse con el suelo y desapareció.

Uno de los tipos -el de la cara familiar- paró en seco, sus pupilas se dilataron al igual que su nariz -como si estuviera olfateando algo-.

De alguna manera ese casi-nulo movimiento hiso que me diera cuenta que había estado conteniendo la respiración desde que entré en el callejón.

¿Cómo es que sigo viva si no he respirado?

Sin embargo, no era tiempo de hacerme preguntas que sabía, no podría responder jamás, porque no estaba segura si saldría viva de este oscuro lugar.

Estaba esperando que el de piel oscura me atacara, pero inesperadamente, el rubio corrió peligrosamente hacia mí.

– ¡No! –gritó el otro.

E inmediatamente, sentí un fuerte dolor en mi cuello.

Pegué un grito ahogado.

Lo único que podía sentir era dolor, no miedo, no nostalgia porque no vería de vuelta a nadie más, solo dolor, odioso y extremadamente agonizante dolor. Entonces, gracias a eso, recordé: James, el tipo que me causaba un gran dolor al beber mi sangre se llamaba James.

El dolor era insoportable, la vista se me comenzó a nublar. Imágenes de cuando era niña comenzaron a pasar por mi mente, y James estaba allí, él era el chico que me hizo la vida imposible desde segundo año, a él me recordaba Agustín.

Sentía frio, estaba débil, y James seguía lastimando mi cuello.

Entonces vi un ángel caer del cielo.

**

Agustín:

*minutos antes*

El sonido de la puerta de la entrada de la casa cerrándose hizo que me despertara. Abrí los ojos lentamente porque aún tenía sueño, los refregué y me quedé unos segundos así, luego reaccioné sentándome en la cama « ¿Quién salió a esta hora?» me pregunté al mirar el reloj y ver que eran las ocho y veinte de la mañana. Me pareció extraño, ya que tía Julia suele despertarse un poco más tarde.

Quise saber quien había despertado a esa hora y comencé a averiguarlo.

Mi primera opción fue Julia, pero escuché la voz de su mente mientras soñaba -eso significaba que aún seguía en la casa-, luego opté por Denise, pero también escuchaba sus pensamientos, intenté con Scott, pero él también estaba en la casa, lo que significaba que, fue Andrea la que había salido.

Para confirmar mí sospecha intenté escuchar la mente de Andrea, me concentré lo más que pude -ya que, por momentos, me dificultaba escuchar la voz de su cabeza- pero no obtuve respuesta, no escuché absolutamente nada, sentía, de alguna manera, su ausencia en la casa.

Me paré de golpe y fui hacia su cuarto.

La puerta se encontraba abierta, la empujé hasta atrás, y vi su cama: estaba vacía.

– ¿Dónde estás Andrea? ¿A dónde te fuiste? –pregunté para mi mismo algo inquieto.

Entonces un mal presentimiento como una corriente eléctrica recorrió todo mi cuerpo, apoderándose de este y haciendo que me estremeciera.

AndreaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora