Capitulo veintiséis: "Insomnio"

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Agustín:

Sus mudos pensamientos me decían lo contrario.

Dude por un segundo, pero inmediatamente tuve la certeza, ella no podía estar consciente, yo lo sentía; no me pregunten cómo, porque no sabría responder, es que... Solo lo sé.

Su piel, su cuerpo, reaccionaba de una extraña, pero adorable manera, cuando yo me aproximaba. Eso me hacía sentir bien, porque me ocurría lo mismo.

Sin saber por qué, mi vista se desvío hacia la ventana izquierda.

Gastón hablaba dormido. Palabras, sin importancia alguna para mi, salían de su boca como un molesto balbuceo.

Sentía un gran e inexplicable odio hacia él. Más allá de que lo veía como un rival (por Andrea), él tenía un algo que me hacia odiarlo, algo que estaba por encima de una simple rivalidad, algo, que a pesar que no tenía claro de que se trataba, estaba seguro de que él también lo sentía, raro ¿no?

Volví mi vista haca ella que seguía inconsciente.

Besé su frente y me retiré del dormitorio cerrando la puerta a mis espaldas.

Debo admitir que no estaba listo para alejarme de ella, pero si seguía observándola de esa manera, afuera, la noche llegaría a su fin, dándole lugar al sol, y yo estaría aun a su lado.

Tenía que darle privacidad, espacio.

Entré a mi cuarto, y sin cerrar la puerta caí rendido sobre la cama.

Dándole la espalda al techo, intenté ahogar mis pensamientos sumergiendo mi cara en la almohada de plumas. Diez. Quince. Veinte minutos pasaron. No tuve éxito; sin embargo, mantuve mi posición hasta que la falta de oxigeno comenzó a notarse.

A pesar de que estuve veinte minutos en esa incómoda postura, mi cuerpo reaccionó ágil cuando giré bruscamente para ocupar un lugar más cómodo sobre mi cama; una persona normal hubiera tardado, mínimo, medio minuto en encontrar la mejor posición, cosa que a mí me costó tres segundos.

Mirando el techo, mirando hacia la nada, rememoraba la escena del beso una, y otra, y otra vez. Cada una de las veces que la escena del beso pasó por mi mente, pude volver a sentir aquel fuego, ese maldito deseo de volverla a besar, de tenerla entre mis brazos.

La preocupación se presentó como nauseas en mi cuerpo ¿Ella recordaría algo de esto mañana? Lo más probable es que sí, pero ¿entonces qué pasaría?

Eso realmente me ponía nervioso, porque ¿Qué pasará si a ella le molestó el beso? ¿Me volverá a dirigir la palabra?

De pronto sentí un vacío, como un enorme abismo en mí.

No puedo y no quiero vivir sin ella.

No puedo.

No quiero.

Jamás podré.

Nunca en la vida querré.

No. No. No.

Negué un centenar de veces, por más que sabía que eso no dependía solo de mí.

La sola idea de no estar a su alrededor me ponía de los nervios.

Si ella se negaba a estar a mi lado ¿Qué haría?

Ahora estaba deseando ser el aire a su alrededor. No importaría si ella no me notara, la idea de que Andrea dependiera de mí de alguna forma ¡Dios! me ponía eufórico.

Si su respuesta es no ¿insistiré?

Podría seguirla, obligarla a estar conmigo.

« ¿Qué diablos estas pensando?» Al fin hablaba la razón.

¡Soy un maldito egoísta!

«Si ella no está dispuesta a estar conmigo, la dejaré ir...» o al menos intentaría hacerlo.

**

¿Cuántas horas habían pasado?

Al mirar por la ventana me sorprendí. Ya había amanecido, y yo todavía no era capaz de pegar un ojo.

¿Las seis? O ¿las siete?

Es fácil perder la noción del tiempo cuando se piensa en Andrea.

Con toda mi fuerza de voluntad, obligue a mi cuerpo a relajarse.

Cerré los ojos, sumergiéndome en un profundo sueño.

**

Andrea:

Me sentía maravillosamente feliz, como nunca antes, Agustín me tenía envuelta en sus brazos, en sus fuertes y suaves brazos.

–Agustín... –lo llame para que no desapareciera en la oscuridad de mis pesados parpados cerrándose.

Inevitablemente, eso no funcionó, él no escuchó mi llamar, desapareció en la negrura.

Lo último que vi fueron sus ojos, sus hermosos ojos azules, que en ese momento, al mirarlos de cerca y con más atención, pude notar que no eran solo azules, un color similar al beige se extendía alrededor del iris separando ese azul suave del oscuro punto negro.

**

Sentí una comodidad extraña... se sentía... se sentía como estar acostada.

Estaba acostada.

Me levante de golpe.

¡Estaba en mi cama!

Todo había sido un sueño. ¡Un maldito sueño!

Pero el beso se había sentido tan real...

Con mi mano sentí mis labios, estaban cálidos, deliciosamente tibios.

Un extraño cosquilleo se extendió por todo mi cuerpo al recordar el beso.

Pero inmediatamente me sentí estúpida. No podía esperar que fuera real. No podía esperar esa actitud de su parte.

A pesar de que todo a mí alrededor, y la lógica misma, me decía que había sido un sueño, aun dudaba.

Sus brazos envolviéndome, transmitiéndome, nuevamente, esa seguridad absoluta. La calidez de su aliento en mí cara, la dulzura de su aroma en aquel soplo de vida tibio. El tierno beso lleno de pasión, de amor, de deseo. Todo eso me hacía pensar que no había sido un sueño. Pero en tal caso ¿Cómo había llegado hasta aquí?

Llena de frustración volví a recostarme.

Mis manos cubrieron mi cara. Pero inmediatamente un golpeteo en la puerta hizo que estas volvieran a su lugar anterior.

Estaba demasiado frustrada, así que ignoré ese molesto ruido y cerré los ojos con fuerza, quería volver a dormir, volver a soñar, volver a sentir sus labios contra los míos.

Nuevamente, el sonido de alguien llamando a mi puerta retumbo en el silencio de mi habitación.

–Andrea, se que estas despierta. –Esa era la inconfundible y chillona voz de mi tía. Sin ganas de nada, me incorporé y abrí la puerta–. Tengo que ir de compras, Denise y Scott vienen conmigo ¿Quieres ir?

–No –Dije negando con la cabeza. Quería aclararle el porqué de mi cara, la cual no era muy amigable que digamos, pero las cosas que causaban ese mal humor (la verdad revelada; el beso, sueño versus realidad), no podían ser usadas como ejemplos–, Hoy no es mi día –Dije simplemente, porque en parte esto era verdad.

Nota

Hola de nuevoooo!! Espero que este capitulo les haya gustado!!

Que creen que pasara de aquí en adelante? ¿Ustedes que piensan que hará Agustín? ¿Y Andrea?

Respondan respondan, si vos, una de esas dos o tres personitas que van siguiendo la historia hasta el ultimo capitulo! :) 

¡Hasta el Domingo! XOXOXO

AndreaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora