Capitulo trece: "Subestimar es de tontos"

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Agustín:

– ¿Qué? –le pregunté a Andrea, yo iba detrás suyo.

– ¡Esa voz y esa canción, las conozco! –me gritó para que la oyera, porque todos le gritaban y aplaudían al imbécil de la guitarra.

Pero yo seguía empujándola para que avanzara, no quería que él se diera cuenta que Andrea estaba aquí en la tribuna.

– ¡Para ya! ¡Deja de empujarme! –se dio vuelta y me gritó furiosa en la cara. Ahora estaba muy cerca de ella, pero retrocedió un paso.

– ¡Hay que irnos, ya es tarde! –le grité. « ¡Oh no!» pensé « ¡Le grite! Ahora va a enfadarse mucho con migo» me tranquilicé, y esta vez le hablé mucho mejor–. Tía Julia va a estar...

– ¡Preocupada! Ya lo sé –Me interrumpió–. Solo quiero quedarme a escuchar el resto de la canción –me dijo acercándose a mi oído para que la escuchara con claridad. Mi cuerpo se estremeció ante su cercanía, pero gracias a Dios ella no lo notó. La miré a los ojos y me relajé, ella no me estaba mintiendo, dijo la verdad–. Si quieres ve, yo los alcanzo luego –me sugirió.

– ¡No pienso dejarte sola! –grité de la nada.

Tengo que controlar mejor mis impulsos.

Me miró extrañada.

¡Diablos! Tengo que arreglar esto.

–Si tía Julia se entera de que te dejamos sola no nos dejará salir otra vez –seguí tratando de modificar mi grito impulsivo, pero me escuché nervioso.

–Tienes razón –admitió, se lo había creído. Comenzó a mirar hacia todos lados mientras decía–, hay que decirle a Denise y a Scott que todavía... ¿Dónde se metieron? –preguntó al no ver a los chicos.

Scott y Denise habían avanzado tanto que los habíamos perdido entre la multitud (que ahora estaba de pie ovacionando a nuestro fisgón vecino de al lado).

–No te preocupes, los encontraremos –le susurré al oído para tranquilizarla, porque había comenzado a impacientarse. Me miró por unos segundos, yo le sonreí inconscientemente.

–Está bien –me devolvió la sonrisa.

La observé mientras le aplaudía al moreno del escenario. Por momentos cantaba, y lo hacía muy bien, cantaba hermoso.

Le envié un texto a Denise:

"¿donde están? Andrea aun no quiere irse, termina de cantar este chico y nos vamos".

A lo que Denise respondió:

"está bien, de todas maneras Scott quiere ver si puede hacer algún truco de esos que hacen los bikers, te avisaremos cuando él termine".

–Deberías subir a cantar –le sugerí a Andrea al oído. Ella me miró sorprendida y dejó de cantar–. No, por favor, no pares de cantar, lo haces estupendamente. –se sonrojó, pero no me dijo nada, ni siquiera siguió cantando, volvió a mirar al escenario, se puso nerviosa.

Miré al escenario, el chico dio una mirada fugaz al público, y paró justo en Andrea, « ¡rayos!» pensé, «ya la vio, la encontró, sabe que está aquí en la tribuna.» Andrea notó que el fisgón la miraba y se sonrojó. Tenía que actuar ahora.

–La canción ya termina, ¿nos vamos? –le pregunté amablemente.

–Solo un momento más, termina y nos vamos –me respondió sin mirarme, lo miraba a él, al curioso.

–Denise y Scott nos están esperando –insistí.

–Bueno, vámonos –accedió de mala gana.

El moreno seguía con la mirada a Andrea, yo hice que ella se apresurara en caminar.

Para mi suerte cuando él terminó de cantar, ya nos habíamos alejado varios metros del escenario. Aunque él tenía la idea de buscarla.

Mientras nos alejábamos más le envié un mensaje a Denise:

"ya nos vamos, apresúrense, Andrea quiere irse. Estamos detrás de la tribuna"

–Esperemos a los chicos detrás de la tribuna –le indiqué a Andrea. Ella me miró sospechando.

–Un momento... creí que los chicos ya nos estaban esperando, eso fue lo que tú me dijiste –me acusó alzando la voz.

–Tranquila, es que Scott se entretuvo un poco con los bickers, pero ya vienen.

–Si claro... –me dijo sarcásticamente.

–Te digo que Scott se entretuvo y por eso...

–De todas maneras le preguntaré a Denise, ella me dirá la verdad –me interrumpió como si no me hubiera escuchado.

¿Cómo es que sabe que Denise le diría la verdad?

– ¿Cómo estás tan segura de que ella no te mentirá? –le pregunté.

Andrea me miró, ella estaba nerviosa, y entonces lo supe, ahora sabía que ella estaba enterada. Denise tenía razón, yo subestimaba a Andrea.

–Estoy segura de que ella no me mentiría, ella me dirá la verdad porque... es que ella es muy buena persona... y jamás me mentiría, porque yo no le miento... sí, eso –pero esa no era la verdadera razón ¡ella me mintió!

– ¡entonces pregúntale! ¡Consulta a Denise si digo la verdad! –Le grité molesto, ella me mintió y luego me trataba de engañador.

– ¡Claro que lo haré! –me gritó competitiva y alterada.

Se dio vuelta dándome la espalda.

¿Cómo pudimos haber pasado por alto eso? ¡Andrea nos había escuchado cuando estábamos hablando la otra noche! Es por eso que se comportaba tan extraña en el desayuno.

Tenía que contárselo a los chicos, creo que va siendo hora de que hablemos con Andrea antes de que pueda enterarse más cosas y haga una locura. Porque después de todo tenía algo bien claro, subestimar es de tontos.

Cuando los chicos llegaron, Andrea llamó a Denise y caminaron unos pasos alejadas de nosotros.

– ¿Qué pasó? –me preguntó Scott.

–Pasó que Andrea sabe que Denise no puede mentir –le respondí.

–Pero ¿cómo? –Se sorprendió él– tú no le habrás dicho ¿verdad?

–Claro que no se lo dije –le respondí algo molesto.

¿Cómo era posible que desconfiara de mí? Ya sé que no estaba de acuerdo con todo esto y que ahora yo... bueno, eso no importa, pero ¿traicionarlos?, ¡¿Yo?! ¿A mis hermanos? ¡Nunca!

–Y entonces ¿cómo es que sabe? –me cuestionó, pero justo aparecieron las chicas.

– ¿vamos? –preguntó Denise, se veía tranquila, así que seguramente Andrea no había hecho preguntas comprometedoras.

–Claro, vamos –dije.

Mientras Andrea llamaba a un taxi Scott me susurró.

–Ahora dime ¿cómo es que sabe?

A lo que le respondí en voz muy baja para que Andrea no nos escuchara.

–Luego les explico, a ti y a Denise.

–Ya está, hay que esperar el taxi por allí –dijo Andrea indicándonos la esquina del parque más cercana a nosotros.

Caminamos hasta la esquina.

Denise y Andrea hablaban de lo bien que algunas personas habían cantado, por un momento Denise habló de Gastón, ¿Por qué rayos tenía que mencionarlo?

Mientras esperábamos llegó el taxi. Estábamos subiendo a él, pero entonces se escucho un grito.


AndreaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora