CAPITULO 24

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Anastasia

-¡¡ANA¡¡.-me sobresalto, tengo miedo de ser encontrada, me pongo en pie, estiro un poco la cama pero aunque no conteste, Gail, no deja de tocar ni mucho menos deja de llamarme, de seguro ya todos se habrán dado cuenta que no me encuentro en casa. me escondo debajo de la cama y siento que la cadera no me duele como antes, me sirvió mucho descansar.

Siento que la puerta se abre y entra y yo solo ruego que se retire inmediatamente al no verme, y así lo hace, como puedo salgo, subo y reviso la casa no hay nadie, pero al llegar al salón veo rastros de sangre los sigo y estos me llevan a la habitación de Christian allí me encuentro con vidrios rotos en el suelo y sangre, una lagrima corre por mi mejilla, y siento que esto es culpa mía Christian se hizo daño, no soporta estar con una mujer con un pasado lleno de mierda y lo comprendo no lo culpo- una lagrima solitaria recorre mi mejilla , lo mejor es que me marche de aquí el no merece estar con una mujer como yo, con mucho cuidado voy a mi habitación y recojo en un moral un poco de ropa, no me puedo ir en estas fachas, bajo las y salgo por el ascensor, no me se los numero, pero si aprendí el orden en que los marcaron cuando entre por primera ver aquí, salgo de este edificio, y ya ha oscurecido y le doy gracias a Dios que nadie me detuvo, no quisiera marcharme pero la vida es así, no la he inventado yo, y tengo que sufrir con el hecho de que soy una basura.

Camino por las calles solitarias y oscura , siento mucho frió necesito un lugar o un rincón donde quedarme, necesito ayuda, pero quien me ayudaría a mi en estas condiciones, ya que la gente al verme se espantara; me siento cansada de tanto caminar, tengo sueño, hambre, mi mejor opción es dormir ya que así se me pasara el hambre- no se quien te mando a irte de la casa de Christian allí lo tenia todo solo era quedarte y disfrutar de lo que el te ofrecía, pero tu y tu orgullo no se a donde te llevaran ahora dormiremos hambrientas, no quería volver a lo mismo- al fin apareció mi subconsciente para estar en mi contra, la ignoro aunque se que tiene razón.

Camino no importa el dolor de mis pies, y de repente me encuentro con un lugar muy pero muy familiar para mi. EL BAR. me doy cuenta que los guardias me reconocen, y corren hacia a mi, no se como pero empiezo a correr, aguantando el dolor que hay en mis pies y mi cadera que empieza a dolor ya no como antes pero duele, me tropiezo y caigo. ¡¡MALDICIÓN¡¡. siento como me levantan, yo forcejeo con ellos , cuando uno me suelta, me safo del otro y empiezo a correr y a gritar ayuda ojala alguien me escuche.

Hoy no es mi día, corro a mas no poder, hasta que ya no los veo detrás de mi, quiero volver pero como no lo se porque me fui, se que ellos le habisaran a el gordo asqueroso y me buscaran tengo miedo, temo por mi vida, aunque preferiría morir que estar de nuevo en lugar que abusen de mi constantemente como lo hacían allí hasta que llego el, un dolor se instala en mi pecho, y un gran arrepentimiento del porque me fui.

Veo un callejón donde hay personas de la calle, al igual que yo, ya no tengo vida así que mas da si me quedo aquí, serán mi familia, rió para mis adentros irónicamente, "familia". a medida que voy entrando me van mirando como bicho raro, yo me siento en un rincón.

Nadie se me acerca y siento alivio, los parpados me pesan , me acomodo en el suelo y me quedo inmediatamente dormida.

Siento que unas manos tocan mi cara, me levanto aturdida, y distingo que una mujer anciana, me pregunta que hago allí siendo tan bella, yo no le respondo, ella me dice que no es un lugar para mi que mi familia debe estar preocupada, yo le digo que no tengo nada de eso ella se ve un poco asombrada y me dice que no soy la única que ella hace años se encuentra en la misma situación, siento que puedo confiar en ella, no se ve que es mala persona, ella me cuenta sobre su vida de como sus hijo la echaron a la calle ya que era un estorbo para ellos, se ve dolor en su mirada, yo le cuento mi historia y terminamos llorando, ella me da un abrazo maternal, cálido el que nunca había tenia en mi vida y por un momento me siento querida, suena ridículo, ya que la acabo de conocer pero es así, y nada puedo hacer, ella me da un trozo de pan ya que eso es lo único que pudo conseguir y lo comparte conmigo, yo se lo agradezco tenia hambre, aunque no la sacia pero si la calma, ella me dice que podemos vender lo que esta en el bolsa, ya que se ve que es de marca y me darían buen dinero antes que los malosos de aquí me roben así tendré dinero para comer unos días.

Y así es con la ayuda de la señora Elizabeth, logre vender las cosas, mantenerme en pie, durante algunos días, no ha pasado un día en el que no piense en él, siempre llevare conmigo los momentos especiales que estuvimos juntos, llevare eso conmigo. Estamos comiendo nuestra ultima comida, no la desampare ya que ella fue quien me ayudo y así mismo lo haré yo, no le he querido decir nada del porque no me he levantado del suelo el día de ayer y hoy no le quiero decir que muero de dolor, aunque ella ya lo sospecha, de repente veo como esos hombres del bar entran y nos atacan de una manera devastadora nos dan golpes en todo el cuerpo yo solo grito de dolor y la señora Elizabeth también no se como la golpean a ella, como puedo me arrastro donde ella y la protejo recibiendo así los golpes, nos arrastran a un lado y nos tapan, yo me quejo de dolor mientras ella esta inconsciente, porque nos hicieron esto.

Tiempo después siento los pasos de alguien acercarse y aroma inconfundible, es el ¡¡OH DIOS MIO ES ÉL¡¡

Me toma en sus brazos, no logro ver bien, tiene una cortada en su cara, pero es el, lo se .

¿Ana?... ¿Ana, eres tú? - me pregunta y no logro articular ninguna palabra

Sera ¿Que stoy alucinando?

-¿Anastasia?

Retira por completo el cabello de su cara

-¡¡¡ SI ES ELLA !!!-Oh Ana, Ana, mi niña eres tu

Logro abrir mis ojos, me encuentro aturdida y el lo nota

-Ana, tranquila pequeña, no te haré daño, tranquila, estas a salvo, estás conmigo tranquila, que te paso que estas así de esa manera- se ve triste, enojado y confundido.

Mi respiración se agita cada vez más estira su mano para acariciar mi rostro me pongo rígida y el se detiene.

-Anastasia soy yo, Christian, tranquila Ana, no te pasara nada, tranquila- intento hablar pero no puedo, porque no puedo, quiero decirle que a mi lado hay alguien ya Elizabeth aun sigue cubierta.

-Ana, no intentes nada pequeña, estoy contigo, jamás estarás sola de nuevo, aguarda un poco, ya vienen por nosotros, oh Ana, estoy tan feliz de verte, no cierres los ojos Ana, quédate despierta, ya casi llegan por favor, no vuelvas a dejarme por favor, voy a cuidar de ti, lo prometo, ¿quieres que lo haga?

-S. ssi, Sse se ñor

-Tranquila ana no te esfuerces.

-A. yuu, da la ella tambien necesita ayuda- como puedo la descubro.

El se sorprende y no llevan a las dos.


Anastasia Mi Mejor ElecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora