Los corredores del paraíso (Maze Runner fanfic)

Ipsilons

Días después, por fin estaban llegando al pueblo de las montañas. Los tres no dejaban de darle vueltas a lo que habían vivido que, cambiaba rotundamente todo su modo de vivir la vida.

Por lo pronto, ya no estaban solos y segundo, habían descubierto que había puertas para comunicarse con el mundo. Podrían saber dónde se encuentran, traer más generadores, medicina, mas inmunes... pero claro, estaba el problema del virus mutante. No sabían cómo se propagaba.

—Este asunto va a trastornar a Tom—dijo Brenda, preocupada.

Minho asintió en silencio, aunque parecía menos preocupado que su compañera. Conocía a Tom desde hace mucho y habían pasado juntos mil cosas, tenía experiencia con ello.

—Hay infectados sueltos—dijo Tegan, sorteando una roca—.Pueden atacar el pueblo.

De repente, a Brenda se le encendió una bombillita en la cabeza.

—Tal vez ya lo han hecho—dijo—.Pensadlo, aquel maestro que apareció muerto podría haberlo matado uno de ellos.

Minho y Tegan se miraron.

—¡La Doctora Shannon y varios médicos tocaron el cuerpo! —gritó Tegan.

Volvieron a correr ahora que tenían algo por lo que hacerlo. Corrieron rápidamente hasta que llegaron al pueblo mientras gritaban:

—¡Que nadie se mueva!

—¡Ni un movimiento! —ordenó Tegan.

Corrieron al hospital en busca de la Doctora y Minho entró con mucha fuerza. Ella estaba tratando una herida y se sobresaltó ante la avalancha de corredores.

—¡Doctora Shannon no se mueva!—gritó Minho.

Ella pestañeó un par de veces.

—Pero ¿Qué hablas niño? —preguntó extrañada.

Llegaron las dos corredoras que faltaban.

—Doctora cálmese... pero creemos que puede estar infectada respondió—Tegan—.Usted y todos los Doctores.

                                                                                          ***

Pusieron en una cámara de aislamiento a todos los doctores que tocaron el cuerpo, pero la Administradora Shannon estaba bastante cabreada.

—No hay hechos que corroboren vuestra teoría—dijo la mujer, de brazos cruzados—.Y no presentamos síntomas del Destello.

Pietro se llevó las manos a la cabeza. Llevaba con esa conversación desde que los encerraron.

—Tenemos que asegurarnos. Nuestros mejores científicos están trabajando en ello—respondió.

—¡Todos los científicos están aquí encerrados! ¡Demonios Pietro! —gritó Shannon.

—Bastantes artesanos eran científicos en su anterior vida. Limpiaremos nuestro laboratorio y harán las pruebas pertinentes. Lo único malo, es que hay que examinar el cadáver, y no estoy seguro si a la familia le hará mucha gracia.

                                                                                      ***

—¡No! ¡De ninguna manera! —dijo la esposa del maestro asesinado—¡Mi esposo no será desenterrado!

Tegan intentó hacer entender a la mujer.

—Señora Assad, tenemos serias sospechas de que su esposo pudo ser asesinado por un infectado con el Destello, el virus ha mutado, como bien sabes y puede que estemos todo en peligro—intentó hacerla entender.