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Cuando volvieron a Ipsilon, lo encontraron muy revolucionado. Al parecer, todos se hallaban muy excitados ante la nueva mente más prometedora del pueblo. En cuanto llegaron, escucharon hablar a unos cuantos chicos y chicas, entre ellos, Nicolas.

—A mí siempre me cayó bien—dijo una de las chicas.

—Yo en realidad la veía muy guapa. Tal vez debería pedirle una cita—dijo otro de los chicos.

Todos se rieron.

—Si claro ¡como si una chica como ella quisiera salir contigo!—dijo otra voz.

Curiosa, Tegan se acercó a ellos. Nunca había hablado con ninguno de ellos, excepto con algunos chicos para pelearse antes de ser una corredora.

—¿De quién habláis?—preguntó seria.

Todos en cuanto la vieron se pusieron más rectos. Tegan no se lo creía, ¿le tenían respeto? Nunca había impartido respeto, y al parecer, le gustaba esa sensación. Tal vez fuese porque ahora se codeaba con un par de administradores y ella era una corredora y alguien importante en esa mini sociedad.

—Hablas como si no lo supieras,—dijo uno de los chicos—cuando eres la que más lo sabe.

Tegan se cruzó de brazos.

—¿De qué hablas?—preguntó un poco más cabreada; no le gustaba que la tomasen por tonta.

—De Valentina por supuesto—dijo una de las chicas—.Está casi a punto de terminar su experimento y pronto podremos ver donde nos encontramos

Tegan no tenía ni idea de que estaban hablando, pero tampoco quería quedar de tonta delante de ellos.

—Gracias—tras decir esto, se marchó.

Corrió hacia el ayuntamiento y allí encontró a su amiga con un equipo entero de mecánica.

—¿Qué está pasando aquí?

Valentina la miró sorprendida y corrió hacia ella.

—¡Tegan!—gritó—Tenía tantas ganas de volver a verte... ¡muchísimas!

—¿Qué es esto?—preguntó cada vez menos segura, mirando el aparato.

—Es en lo que he estado trabajando tanto tiempo—cogió uno de los comunicadores—.Es una larga historia, ya te la contaré, lo único importante es que ¡casi tengo un radar de transplanos!

Tegan escuchó atentamente la historia de Valentina y sonrió mientras lo hacía, cuando en realidad, no se sentía así. Ella era su mejor amiga y la había engañado durante toda su amistad, ¿Cómo podría confiar ahora en ella? Además, viendo lo bien que se le daba mentir y hacerse la tonta, ¿Qué más secretos guardaría?

—Bueno, tengo que irme y... poner en orden... las cosas de corredores, ya sabes, las... cosas.

Y tras decir esto, Tegan se marchó de allí. Durante el resto de la tarde estuvo enfadada con Valentina y ella misma, ¿Por qué le había mentido? ¿Por qué ahora todo el mundo parecía lamerle el culo? No odiaba a su amiga, pero si como la gente la trataba. Se fue con Makotey y le pidió un tatuaje de henna en las manos y después con una artesana y que le tiñese el pelo azul cielo. En tres horas parecía una chica totalmente nueva ¡quería sentirse nueva! Pero al parecer, poca gente se daba cuenta y los que lo hacían, la miraban mal.

Cuando fue a sentarse en la cena, lo intentó lo más lejos posible de Valentina, pero al parecer sus amigos la invitaron a sentarse.

—¡Aquí, Tegan!—gritó Valentina—¡Te he reservado un sitio!

Los corredores del paraíso (Maze Runner fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora