Silny

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Bien, este es el capitulo final. Lo he reescrito muchas veces y lo he escrito lo mejor que he podido. Espero que os guste mucho jiji.

 Está escrito en primera persona, desde el punto de vista de Tegan.





Todo era oscuridad, cuando de repente, empecé a escuchar unos ruidos. Eran voces. Espera, ¿Cómo había llegado allí? ¿Quién era yo exactamente? Mi nombre es... no puedo acordarme. Quiero saber mi nombre. Sé que tengo uno. Soy mujer, sé eso. Pero, ¿Cómo sé el concepto de mujer y de hombre? ¿Qué idioma es este en el que pienso? ¿Hola? ¿Hay alguien ahí?

No hago más que preguntarme estás cosas cuando de repente, abro los ojos. La luz me ciega por un momento, y cuando me acostumbro, veo el mar. Es de un azul intenso. No hace frio, pero una manta o algo de ropa con manga larga no me vendrían del todo mal.

Allí hay unas cuantas personas: un chico con los ojos rasgados y sonriente, una mujer pelirroja y occidental y un hombre con un tatuaje en la cara. Parecía ser indio. No indio de la india, sino del continente americano, ¡cuántas cosas sé, y eso que solo recuerdo unos segundos de vida! Tengo que ser un genio. Me miro a mi misma, al parecer tengo dos buenas tetas. Bien por mí. Llevo puesto una camiseta de tirantes blanca. Entonces decido hablar, porque parece que todos esperan que lo haga.

—¿Qué...?—pregunto con voz roca.

¿Es esa mi voz? ¡Parezco un camionero! ¿Seguro que no soy un hombre? Vuelvo a tocarme las tetas y suspiro tranquila, sin lugar a duda soy mujer.

—Tranquila—me dijo la mujer—.Llevas semanas sin hablar, es normal que estés ronca.

Suspiré aliviada.

—No sé qué está pasando. No... tengo recuerdos—dije confusa.

Todos suspiraron aliviados. Tal vez eran mis secuestradores.

—¿Cómo te sientes?—preguntó el de los ojos rasgados. Era un chico joven y tenía la cara graciosa, pero era guapetón.

—Intranquila. No recuerdo nada y estoy nerviosa—dije con la voz mejorando, cada vez más femenina. Menos mal.

—Tu nombre es Silny—dijo el indio—, tienes veintiún años y acabas de sobrevivir a una enfermedad mortal.

Silny. Me sonaba ese nombre, tal vez fuera el mío.

—Eso significa fortaleza en ruso—dije casi sin pensar—.Yo... ¿soy rusa? ¿Por eso se hablar ruso?

Todos empezaron a reírse.

—Lo eres. Acabas de superar una enfermedad mortal cuya única cura es el borrado total de tus recuerdos. Al menos parcial—dijo el chico—.Somos tus amigos.

El joven me cogió la mano y yo me sentí muy bien. De hecho más que bien. Sonreí sonrojada.

—¿Somos novios?—pregunté esperando oír un sí.

El chico bajó la mirada y los otros dos empezaron a reírse.

—¡Callaos!—gritó el joven avergonzado—Yo me llamo Minho, ella es Shannon y el Makotay.

Me saludaron familiarmente, como si me conociesen de toda la vida. Ellos no eran mis padres, estaba claro, aunque tampoco me había mirado al espejo y algo en mi interior me decía que era guapa. Para empezar, ¿tenía yo padres? ¿O algún familiar? Se lo pregunté todo a mis amigos y ellos contestaron que no, apenados, que todos habían muerto a causa de la enfermedad, llamada el Destello  . No me sentía del todo triste, pero seguramente era porque no los recordaba. Ellos me dijeron que allí tenía una gran familia de amigos y familiares, que no me sentiría sola. Después de ver mis tatuajes (debía de ser toda una rebelde en mi antigua vida, aunque me explicaron que el de la frase bonita del brazo era en honor a mi madre) y de que me explicaran algunas cosas sobre la situación del mundo, me dejaron a solas con Minho.

Los corredores del paraíso (Maze Runner fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora