El ultimo día en la vida de Tegan

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Se hizo un silencio espectral.

—Valentina ¿Cómo es eso posible?—preguntó Tegan, sin poder moverse—Conozco a tu familia.

La rubia se rio amargamente.

—No son mi familia de verdad, estúpida. CRUEL les implantó recuerdos falsos—dijo con asco y odio en la voz, mientras miraba a su ex amiga—.Mientras trabajo para salvar a la humanidad, voy a poder vengarme de Thomas.

Minho tragó saliva.

—El ya no es Tom, tiene una lobotomía, Valentina, he de decirte que estas un poco loca. Eres una psicópata—dijo apuntándola a la cabeza.

—Que tacto tienes—refunfuñó Tegan.

—¿Qué vas a hacer ahora, Minho?—dijo Pietro, con Tegan aun en brazos—¿Vas a disparar?

El chico miró a Tegan, que también le miraba. Tal vez esa fuese la última vez que podrían mirarse a los ojos.

Entonces, Minho levantó la pistola y disparó a Pietro en la pierna. El hombre no lo vio venir y se arrodilló, mientras hacía eso a Tegan le dio tiempo de coger la pistola del italiano y dispararle en la cabeza.

Pietro cayó muerto y con la mirada vacía.

—¡No!—gritó Valentina mientras cogía un trozo de cristal roto y corría hacia su ex amiga.

Ella disparó a Valentina, pero ninguna bala le dio. La rubia cambió de objetivo y su turbulenta mente pensó que si iba a morir, al menos su hermano estaría en paz. Dio unos pasos a la derecha y hundió su cuchillo en el cuello del joven Thomas.

—¡No!—gritó Minho al tiempo que disparaba.

Sus disparos si fueron certeros y se incrustaron en el pecho de Valentina que cayó de rodillas. Tegan corrió hasta su amiga casi sin respirar y Minho hasta su amigo.

Valentina se desangraba en el suelo.

—Todo tu plan ahora es ceniza, Valentina—dijo Tegan, arrodillándose junto a ella. No sabía que sentir en ese momento.

Valentina sonrió mientras salía sangre de su boca.

—Al menos he podido vengarme—dijo intentando mirar al fallecido Thomas a su lado.

Tega apretó lo labios. Tenía que preguntarlo ahora o ya jamás tendría otra ocasión.

—Solo dime... ¿alguna vez sentiste simpatía por mí? ¿O solo era un juguete en tus manos?

La rubia sonrió de nuevo.

—Te gustaría saberlo ¿verdad?—dijo con voz seca.

Entonces dejó de respirar. Jamas lo sabría. Tegan apretó los labios. No sabía cómo sentirse. Estaba vacía, muerta por dentro. No sentía nada.

Minho sin embargo no pudo despedirse de su amigo, porque se desangró lentamente con los ojos vacíos. 

Durante un tiempo que se les hizo una eternidad, ambos se quedaron en silencio hasta que Makotey se acercó.

—Debemos volver con Shannon y Newt. Si Tegan tiene el destello será mejor que nos demos prisa antes de que ella también enloquezca.

***

Cogieron el 4x4 rapidamente y se dispusieron a regresar al pueblo de los locos. Todo lo que acababa de pasar parecía una locura. Tegan no sentía nada. O tal vez lo sentía todo. Todo el dolor que había estado reprimiendo durante años la embargaba ahora. Las palizas de su padre, la muerte de su madre, la traición de Valentina, la muerte de sus amigos... de repente empezó a llorar desconsoladamente. Todos y cada uno de los que había conocido a lo largo de su vida habían muerto, a causa del virus o de otras personas. La dulce Harriet, la luchadora Brenda, el concienzudo Thomas, su amiga del alma Valentina, su familia, y toda la gente del pueblo Ipsilon. Su madre. Su padre. No tenía más ganas de seguir viviendo.

Los corredores del paraíso (Maze Runner fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora