Ramera

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He escuchado que cuando estás contenta por algo te levantas con ánimo y ves un cielo hermoso, un sol resplandeciente, escuchas el cantar de los pájaros, lo que sea, todo es lindo.

Pues, yo estoy contenta pero sigo odiando levantarme temprano, a la mierda el cielo, el sol, y lo demás, tengo sueño y pereza de ir a clases, los lunes son un martirio, quisiera que fuera festivo, pero no, así que voy a la ducha con mal genio.

Me visto rápido porque estoy algo atrasada, no me da tiempo de aplicarme maquillaje, en el fin de semana no revisé mis libros y están igual que la semana pasada, cualquier tarea, Isaac me la pasará, agarro el bolso y voy por la moto cuando veo a Leo con un café en la mano al lado de su coche.

Estoy dormida o este es el mejor desayuno y no hablo del café.

-Hola, guapa -saluda llegando hasta a mí y me da un casto beso en los labios- apurate que vamos algo tarde, creo que se te pegaron las sábanas.

-Hola, guapo -imito su saludo- y sí el despertador no sonó -miento, lo pospuse como 4 veces.

Nos subimos al auto y aunque amo mi moto no me quejo del auto y del sexy conductor que trae café, lo bebo para animarme un poco y en verdad ayuda.

Al llegar a la universidad varios se nos quedaron viendo, ¿Me importa? Claro que no, Leo tiene un agarre en mi cintura, charla y ríe conmigo y al diablo con los demás.

Busco a Isaac con la mirada y no lo encuentro, así que voy con Leo a mi casillero para dejar algunas cosas y encuentro el grupito de Jack y sus idiotas más algunas chicas cerca, pero la verdad estoy tan contenta que no me importan sus estupideces, excepto cuando Jack empieza a molestarme mientras busco unos cuadernos.

-Oye, Lina, parece que le hiciste un buen favorcito al doctor, por qué no me lo haces a mí y seré tu perro faldero -dice con esa voz cínica y escucho a todos reírse.

-¿Qué te pasa con ella, imbécil? -Leo le planta cara a Jack y temo una pelea.

Me siento apenada porque Leo escucho eso también pero me invade la rabia, aparto a Leo porque esta no es su pelea, además Jack es un idiota, algunos libros caen al suelo cuando me acerco a Jack y estampo mi rodilla en su ingle, él hace una mueca de dolor.

-¿Te gustó el favorcito, Jack? -le pregunto con sarcasmo.

Me doy la vuelta para recoger mis cosas cuando veo a Leo observar la foto donde estoy con Nick, olvidé sacarla del bolso y ha estado ahí por días, desde que se la quité a mi madre.

-Jack es un idiota, no le prestes atención -le digo a Leo para llamar su atención.

Él no me mira, sigue viendo la foto.

-Oye, ¿Qué pasa? -le pregunto moviendo mi mano frente a sus ojos.

Por fin me mira, pero tiene el ceño fruncido, sus facciones están duras.

-¿Quién es él? -murmura entre dientes.

-¿Celoso? -río y trato de quitarle la foto pero él es más rápido.

-¿Quién es él, Alina? -grita en mi cara y veo que todos miran en esta dirección, ¿Qué le pasa?

-Tranquilo, Leo, él fue mi primer novio, no tienes porque ponerte así -le contesto con disimulo para no seguir llamando la atención.

Pero su cara está llena de ¿rabia? ¿Odio? Que alguien me explique lo que le ocurre a este hombre porque me estoy empezando a preocupar, quizás es un maniático obsesivo.

-¿Tu primer novio? -vuelve a gritar y definitivamente todos nos miran- ¿Cuál es su nombre?

-Eso no es de tu incumbencia, devuélveme mi foto y ve a joder a alguien más -le grito porque me ha colmado la paciencia, no es nadie para reprocharme algo y menos delante de toda la escuela.

-Dime su nombre, Alina -se exaspera y me toma de los hombros asiendome con fuerza.

-Nick, su nombre es Nick, ahora dame mi foto y dejame en paz -me zafo de su agarre y ahora si que me enojé al máximo.

-Eres una ramera, no puedo creer que haya estado contigo todo este tiempo -todos nos miran atónitos, hasta yo tengo esa mirada.

¿Qué rayos pasó? ¿Cómo es que esa foto lo puso así?

-Acabaste con su vida, la destruiste, ¿acaso pensabas destruirme también? -continúa gritando y puedo ver lágrimas contenidas en sus ojos, la rabia fluir fría, sin compasión.

-Pero ¿Qué mierda te sucede? ¿De qué hablas?

-No te hagas la boba, aunque eres buena en el papel, me lo creí todo, pero se acabó, no dejaré que nos dañes más -la furia me cala los huesos, confié en él, y odio que me juzguen, y más sin saber por qué razones.

-Mira, idiota... -empiezo a decir pero él me interrumpe:

-No, mira tú, eres la ramera, la zorra que dicen que eres, todos tienen razón, lo jodiste a él, y eso no te lo perdonaré nunca -señala a Nick y en serio que no sé nada de esto, se conocen, pero que rayos.

-Dime, desde cuando lo sabes, te burlaste de ambos, todo este tiempo, jugaste con los dos, pensabas llevarme a la mierda a mi también, pues te equivocaste conmigo, zorra.

Levanto el brazo con intención de abofetearlo pero tiene buenos reflejos y captura mi brazo en el aire torciendolo con fuerza, yo chillo de dolor.

-¡Aléjate de ella, gilipollas! -alguien se interpone entre Leo y yo, no me doy cuenta quien es porque mis ojos están empañados por las lágrimas, no sé en qué momento empecé a llorar.

-A mí no me toques, Jack -grita Leo agitando los brazos.

Jack está defendiendome, puedo ver como Jack le suelta un puño y su labio empieza a sangrar, Leo intenta devolverlo pero el resto de los chicos lo sujetan.

-No la toques, que te crees para tratarla así, pedazo de mierda -grita uno de los amigos de Jack, creo que su nombre es Robert.

-¡Sueltenme! La trato como lo que es -grita haciendo fuerza para soltarse- ustedes que tanto la juzgan ahora la defienden, ahora estoy más que convencido de lo que es.

-Cállate, Leo -ordena Jack- puede ser lo que sea, pero no puedes insultarle así.

Leo ríe sardonicamente y siento que todo se ha venido abajo, no aguanto más de esto.

-Basta, Leo -grito por encima de las voces- me importa lo que pienses de mí, vete a tomar por el culo, no permitiré que continues con esto sin saber por qué mierda lo haces...

-Me jodiste duro, Alina, eres una maestra en joder a los hombres -vuelve a interrumpirme y logra soltarse del agarre de los chicos.

Se acerca a mí arrinconandome entre el casillero y su cuerpo mientras susurra:

-Nunca te perdonaré lo que me estás haciendo, ni lo que le hiciste a mi hermano -y con eso se va.

Las lágrimas fluyen por mi rostro, todos me miran con pena ajena, no quiero estar aquí, dónde está Isaac cuando lo necesito.

Jack grita algo a todos pero no estoy escuchando, viene a mí y me aferra a su pecho.

-Quiero irme -le digo al oído.

Él me sostiene mientras se cuelga mi bolso al hombro y me lleva a la parte de atrás de la universidad, estoy sentada en su auto, una palabra de las que dijo retumba en mi cabeza y amenaza con quebrarme.

Mi hermano.
Mi hermano.
Mi hermano.
Su hermano.

¿Leo Toscana? ¿Nick Lanham?

No entiendo nada pero estoy segura que la que no perdonará esto seré yo, porque a la que jodieron fue a mí, ambos.

FUSIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora