Leo.
Mi turno estaba por acabar cuando la vi llegar, corrí a atenderla y estaba pálida, sudaba, pero aun así, estaba hermosa, el vestido le ajustaba en las caderas, la curva de sus senos contrastaba con su abdomen plano, por un momento olvidé lo que tenía que hacer.
Había un hombre con ella, sostenía su mano y se le veía preocupado.
La atendí de manera especial, verla encogida en la cama era difícil de ver, tuvimos que lavarle el estómago, además estaba muy deshidratada.
Estoy revisando su intravenosa antes de informar a su amigo cuando la siento tensarse, lágrimas escapan de sus ojos, empieza a patalear y no para de pronunciar: 'Para, Nick, me lastimas'
Mil preguntas rondan mi cabeza, trato de despertarla pero me golpea con sus piernas, hasta que por fin abre los ojos, tiene una mirada aterrorizada, se le ve asustada, cualquiera que haya sido su pesadilla la afectó mucho.
-Tranquila -le susurro mientras limpio una de sus lágrimas con mi pulgar.-¿Tú? -pregunta cuando me reconoce.
-Yo, mi nombre es Leo, soy tu médico -le contesto, ella estudia mi rostro, yo el de ella, puedo sentir su aliento rebotar con el mío, entonces baja la mirada a mis manos, no la he soltado, así que me alejo, recupero la compostura y le doy su diagnóstico.
-Te intoxicaste con alcohol, al parecer no habías comido, te hicimos un lavado de estómago, estarás bien, en la tarde te darán el alta -le digo, pero ella no me mira, tiene la vista fija en el techo- avisaré a tu novio que estás bien.
Doy media vuelta cuando su voz me interrumpe.
-¿Dije algo estando dormida? -pregunta, la miro por un momento y está enfocada en mis ojos esperando una respuesta.
Me encojo de hombros y ella parece entender.
-Decías el nombre de alguien y querías que par... -no termino de decirle cuando ella se acurruca en la cama y escucho los sollozos que escapan de su garganta, trata de ahogarlos en la almohada pero puedo oírlos.
No sé en que momento estoy junto a ella, me da la espalda, la cual se sacude con espasmos, pongo una mano en su cabello y lo peino suavemente, no sé qué hacer, sigue llorando.
-Todavía no le digas a Carl que puede verme, no quiero que me vea así -dice- por favor.
Imagino que Carl es el novio, el chico que la trajo.
-Te dejaré sola, vendré en unos minutos a ver si estás lista para verlo -le respondo y aprieto su hombro.
Ella gira sobre su espalda y me mira, sus ojos están rojos, sorbe por la nariz.
-Gracias -busca mi mano que todavía está en su brazo y la aprieta, en ningún momento dejamos de mirarnos y el simple gesto envía corrientes desde mi mano a todo mi cuerpo, me dedica una débil sonrisa.
Miro nuestras manos y la suelto, no me gusta lo que estoy sintiendo, salgo de la habitación y me recuesto contra su puerta pensando en lo que acaba de pasar.
No sé porqué quiero regresar y abrazarla, dejar que llore en mi hombro, soy un completo y redomado idiota.
Abro la puerta y golpea algo, no algo, a alguien y ese alguien es ella, espera, ella estaba sobre la puerta también, no puede haber tanta coincidencia, quizás vio mis pies bajo puerta, soy un tonto.
-Auch -dice acariciando su brazo, cuando me ve sus ojos se amplían- ¿por qué hiciste eso? Iba a... salir.
-¿A salir? -ella asiente- Lo siento pero no deberías estar fuera de la cama -ella tiene el carrito con la bolsa de suero en la mano- Déjame ayudarte.
Me acerco y rodeo su cintura con mi brazo, ella está de pie en el mismo lugar, inclino mi vista para verla, su mirada está fija en mis ojos, tiene unos ojos preciosos, ese azul es como el cielo, y entonces hago la peor cosa que podría haber hecho, miro su boca, sus labios entreabiertos me piden que la bese, y lo hago.
Choco mis labios con los suyos, están suaves y salados a causa de las lágrimas y encajan perfectos con los míos, responde al beso, ella tiene labios carnosos, chupo su labio inferior y ella gime en mi boca, mi mano aún está en su cintura y la acerco a mí, mi otra mano busca su mejilla, húmeda contra mis dedos, sus manos buscan mi cuello y lo rodean, el beso se mantiene suave intentando borrar su pesadilla, a ese tal Nick, su llanto, todo.
No entiendo como este beso hace que me estremezca, nuestras bocas fundidas son como agua para mi sed.Cuando nos separamos sus ojos permanecen cerrados, ¿Qué hice?
-Yo... voy a buscar a tu novio -es lo primero que se me ocurre decirle, no sé porqué mi voz sale nerviosa.
-Carl no es mi novio -replica- es mi amigo.
No es su novio, repito en mi cabeza, es su amigo, ¿por qué me alegra oír eso?
-Ah... ok, ve a la cama, y... ¿ya quieres que le avise a tu amigo? -le pregunto.
Ella curva la esquina de sus labios y me pregunto si he hecho el ridículo porque ella está a punto de reír.
-Iré a la cama, doctor, y sí, puede avisar a mi a-mi-go -dice con un tono irónico y ¿Por qué remarcó la palabra amigo?
Salgo antes de averiguarlo, inhalo y exhalo, ¿Por qué la besé? Camino a la cafetería y pido una botella de agua, me la acabo en dos tragos.
Voy a la sala de espera y encuentro a su a-mi-go Carl y al rubio que siempre está con ella en la universidad, este último está dormido y tiene una pelirroja en su regazo que babea sobre su hombro.
El tal Carl se levanta apenas me ve.
-Doctor, ¿Cómo está, Alina? -dice, así que su nombre es Alina, lindo.
-Está bien, ya despertó, puede verla, habitación 304, pasillo B a la derecha -le indico y él camina hacia allá.Si no es su novio, debe estar enamorado de ella, la preocupación en sus ojos lo dice todo.
-Doctor Toscana, su turno ya acabó, el doctor Andrade ya vino, así que puede irse -me dice Clara, la recepcionista.
-Ahm... me quedaré unas horas para ver como sigue la paciente de la 304 -le respondo, ella me da una mirada llena de curiosidad.
-Me dices su nombre completo, por favor -le pido a Clara.
-Déjame ver -ella teclea en el computador- Alina Tous Espina.
-Gracias.
-Con gusto, doctor.
Esto no está bien, no debería quedarme, tengo que irme, pero no quiero.
Joder.
¿Qué me está pasando?

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FUSIÓN
RomansaSu hogar fue un club nocturno, su familia strippers, su madre una de las prostitutas más conocidas de la ciudad, creció viendo sexo en lugar de caricaturas, es una completa virgen en un mundo lleno de vicios. Ella es la excepción. Él es el hijo del...