Leo.
Horas antes...
¡Estúpido profesor de mierda!
Era lo único que repetía desde que salí de la clase de Oncologia Avanzada, el estúpido profesor no paraba de hablar y ya la clase había terminado y cuando le dije que necesitaba irme, me insultó como a cualquier estudiante, ¡por favor!, me ganaba el triple de lo que él se gana cuando trabajaba en Londres.
Ya no estás en Londres, dijo una voz en mi cabeza.
¡Estúpido profesor de mierda!
Iba a llegar tarde a mi turno y justamente hoy el auto lo dejé lejos, ya que todos los lugares estaban ocupados en el estacionamiento.
Camino apresurado, más bien corriendo al auto mientras me pongo la bata y lucho con que el maletín no se caiga, debo verme como todo un tonto.
Cuando la pronunciación de un nombre me frena en seco:
-Es para Lina -escucho decir y me doy cuenta que es Isaac hablando por celular- su cumpleaños es mañana, claro, trae a tus amigas.
Ahora estoy de pie con la bata a medio poner espiando lo que dice, ¿Ali cumple mañana?
Me acerco un poco más a él para escuchar mejor.
-Será una sorpresa... ella cree que saldremos el sábado -parlotea moviendo su mano derecha.
Llegaré muy tarde al trabajo, pero valdrá la pena.
-Claro que sí, cuento contigo -es lo último que dice antes de colgar y guarda el celular en el bolsillo delantero.
Antes de pensar en lo que estoy haciendo, lo saludo:
-Isaac, ¿Cómo estás?
Él se voltea y me mira con sospecha.
-Hola, Leo, bien ¿y tú?
-Bien, bien, ¿Qué hacés, te diriges a casa? -le pregunto y siento que soy tan obvio.-Sí, voy a la parada de buses -dice señalando a la izquierda.
-Vamos, te doy el aventón -ofrezco y ruego que acepte.
-No tienes que decirlo dos veces, Leo.
Caminamos en silencio hasta mi auto y él se acomoda en el asiento del copiloto.
-Ve a la sexta con 43, Rox street, ahí te indicaré donde está mi casa.
Muerdo mi labio para evitar preguntarle de una, pero es obvio que no puedo:
-Así que, Ali cumple mañana -afirmo para que él caiga.
Lo miro de reojo esperando una respuesta pero él estalla en una carcajada
¡Joder!
Él y Ali son iguales.-Sabía que tanta amabilidad no podía ser cierta, eres un hijo de puta -dice riéndose y yo me siento como el peor tonto.
-Isaac, no seas malo, dime, sabes que esa tía me trae loco -me decanto por ser sincero.
Él continúa riéndose y empiezo a exasperarme.
-Ahora entiendo porque Ali te golpea a cada rato, quiero hacerlo en estos momentos -le digo mientras freno en un semáforo en rojo.
-Sí ya escuchaste para que me preguntas, imbécil -me dice con una sonrisa colgando en su boca.
-Escuché algo, no todo, le harás una sorpresa, quiero saber y obviamente ir -confieso mientras arranco el auto.
-No te lo diré, imbé... -no termina de decir cuando tiene mi puño en su antebrazo, fue un golpe suave.
-Ahora quién es el hijo de puta, imbécil -le digo.-Tranquilo, popeye -contesta acariciando la zona del golpe.
-Esta noche a las 11:30 en el Plis, llámame cuando estés ahí para abrir por atrás -dice cuando estamos llegando a su calle - la casa de la esquina, color blanco.
Aparco y él baja del auto, camina por la entrada cuando lo veo regresar corriendo hacia mí, cruza por el frente y se para del lado de mi ventana, su mano vuela a mi camisa arrugando el cuello en un puño.
-Hazle daño y te las verás conmigo -advierte con una mirada amenazadora- es mi hermana de otra madre, ahora puedo reír pero nunca me has visto enojado, preguntale lo que pasó con su anterior novio.
Ambos nos miramos con desafío, admiro su instinto protector, Alina sabe elegir a sus amigos.
-Hasta luego, Leo -se despide Isaac como si nada hubiese pasado.
Me quedo mirando hasta que el azote de la puerta me despierta.
Es un chico rarisimo, aunque muy agradable.
Sonrío ante todo lo que pasó esta tarde, busco el móvil y marco el número de mi compañero Polo.
-Hola, hombre -saluda.
-Qué hubo, necesito un favor tuyo, tengo que salir a las 10 del trabajo, cubreme, mañana hago tu turno -le pido.
-¿Quieres que te cubra por 4 horas y harás mi turno de 8? -ríe- dalo por hecho, hermano.Cuelgo y salgo derrapando de la calle.
◆◆◆
Estoy ansioso por verla aparecer por esa puerta, hay muchas personas aquí, aunque a ninguno lo veo como competencia, los hombres son mayores, Carl está aquí aunque con una morena hermosa, se ven muy acaramelados, hace un rato me la presentó, su nombre es Michelle y me agradó al instante, es una mujer encantadora, como pude pensar que él estaría enamorado de ella, simplemente también la quiere como una hermana.
Isaac se fue a buscarla hace como media hora y aún no aparecen.
Por fin escucho la puerta abrirse, todos se preparan para sorprenderla y yo estoy muy nervioso, no sabía que traerle de regalo, lo decidí a última hora, espero le guste.
Las luces se encienden, pero solo puedo ver sus hermosos ojos azules, brillan con emoción, cubre su boca con ambas manos y se le ve sorprendida pero contenta.
Está hermosa, con ese pantaloncito aunque sus piernas las cubrió con unas medias negras lo que me encanta más, ya que quiero descubrir lo que hay debajo, puedo ver el antojo en lo más bajo de la espalda y me muero por darle ese gusto.
Me está mirando, está curiosa por mi presencia.
Cuanto todos la han felicitado, me dirijo hasta ella, por un momento olvido el por qué estoy aquí, solo veo las curvas peligrosas de sus labios, estoy perdido en ellas.
La atraigo a mí, la familiar sensación de su pelvis me acoge, nuestros pechos chocando y es inevitable, la beso...
-¿Pero cómo supiste? -pregunta cuando nos separamos.
-No podía perdérmelo, estoy aquí, que es lo que importa -respondo besandola de nuevo.-Gracias, Leo.
Me acerco a su oreja y le susurro:
-Cuando la fiesta acabe, te vienes conmigo, tu regalo espera.
-Iré contigo a donde quieras -esta vez es ella quien me atrae a un beso.
-Lamento interrumpir -aclara la garganta la dueña del club.
-Mami, este es Leo, ah... un... ahm... -se enreda Ali al hablar.
-No tienes que explicarlo, cariño, sus besos me dijeron lo que necesitaba saber -dice con una sonrisa pícara.
-Un gusto conocerla, señora.
-Nada de señora, dime Hillary.
-Hillary, te luciste con la fiesta -halago todo el trabajo que hizo.-Todos ayudaron, y bueno, anden a bailar.
-Pues, bailemos -le pido a Hillary.-Ya me caíste bien -me guía a la pista de baile y le guiño un ojo a Ali y ella responde con un beso al aire.

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FUSIÓN
Roman d'amourSu hogar fue un club nocturno, su familia strippers, su madre una de las prostitutas más conocidas de la ciudad, creció viendo sexo en lugar de caricaturas, es una completa virgen en un mundo lleno de vicios. Ella es la excepción. Él es el hijo del...