Capítulo 20

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Al otro día estaba con el frío calado en los huesos. ¡Me dolía todo! Así que, recordar, no es una decisión muy inteligente acostarse sin cubrirse cuando la noche es muy fría. Me di un baño caliente que me ayudó un poco. Incluso decidí tomar un café caliente. Eso sí, tuve cuidado de soplar para no quemarme la lengua.

Con todo el tiempo que estuve ausente, hay muchas cosas que debo adelantarme de la universidad. Aunque tenga unos amigos geniales, no pueden hacerme todo.

Llegar de nuevo a ese edificio fue una gran sorpresa pues algo me hacía sentir que se había hecho más grande. Algunos de los compañeros me saludaron y felicitaron por mi recuperación. Otros solo me pasaron de largo. Pero sé que muy en el fondo guardan curiosidad del chisme. Seguro el tema circulaba bastante. Pues, si algunos ya saben que la culpable fue una fan de Hyun, deben estar también echándole el ojo.

Si lo ponemos de ese modo, ¿no estará él incómodo? Quizá esa no sea la palabra ideal para lo que quiera decir pero... algunos lo miraran extrañados o susurran cosas entre sí cuando lo ven pasar. Eso es molesto, ¿o no?

-¡____!

Me giré para ver a Min Ho corriendo hacía mí. No lo había visto últimamente pues tenía muchas actividades en su carrera. Me abrazó con fuerza y yo le correspondi igual.

-¡Qué bueno es verte!

-A ti también. Debiste estar muy ocupado.

-Nada fuera de lo normal -se separó y sonrió.

-¡¡____!!

Los demás se acercaron. Tae, Seung y Ji me saludaron cada uno por separado. Nos habíamos visto una que otra vez, sin embargo, decían que también tenían actividades con los demás miembros de su agrupación. Siwon, con un gesto elegante, me dio la bienvenida. Había estado rezando por mi salud y yo se lo agradecí. Dong Hae vino después. Su sonrisa radiante me hizo sentir realmente bien.

-Te ayudaremos a ponerte al día -aseguró Ji.

-Lo sé, gracias. Todavía hay mucho que hacer.

-No te preocupes -sonrió Dong Hae.

-Chicos, si siguen aquí, en unos minutos se les hará tarde.

Yong Hwa llegó sacudiendo su mano, feliz. Tenía un paso tranquilo y parecía incluso relajado. Miré el reloj y él tenía razón. Nuestra clase iba a iniciar. Todos nos fuimos a clase.

A mitad de la hora fue que me di cuenta que Min Ho estaba preocupado, y que la razón era que Hyun no había llegado.

-Pss -lo llame- ¿sabes dónde se metió?

-Ni idea -me respondió susurrando. Sabía a quién me refería.

-Ayer estaba en casa.

-¿No viste si estaba enfermo?

-No parecía -y si yo no cogí un resfriado por dormir sobre las mantas, él mucho menos debería.

Miré a los demás. No parecían preocupados. O no lo demostraban. El profesor daba su clase de forma normal. Al inicio de la clase estuvo al tanto de la ausencia de Hyun pero no dijo nada. ¿Hay algo que se me escapa? Las horas se me estaban pasando lento ahora por la angustia.

Apenas salí de clase y era recreo, llamé a su celular.

-Hyun -dije apenas contestó- ¿dónde estás metido?

-____, hola -tenía la voz cansada. Me imagino su aspecto: la piel blanca, ojeras, tal vez lagañas en sus pestañas. Tuve que sacudir la cabeza para quitarme la idea.

-¿Qué te pasa? ¿estas bien?

-Sí, si lo estoy.

-No suenas bien.

-¿Ah, sí?

-¿Algo malo pasó?

Guardó silencio.

-Veamonos después. A la hora de la salida, en la cafeteria de siempre.

Colgó.

Mire la pantalla con estupefacción. ¿Y este? En lugar de tranquilizarme, me angustie más.

-____ come algo -Yong llegó detrás mío, extendiendome un sándwich.

-Gracias -lo recibí y di un mordisco.

-¿Algo te preocupa?

-Digamos que sí.

-¿Es Hyun?

-Sí -asentí sin esforzarme en esconder cosas.

-Estará bien

-Se escuchaba cansado -dije recordando su voz.

-Tal vez cogio la gripe.

-¿De un día al otro? -levante la ceja, mirándolo como "¿en serio?".

-Okey, no... pero admite que es probable.

-Sí... -dije, pero eso tampoco me tranquilizó.

-Intenta relajarte. El estrés no te hace bien. Come el sándwich, tomate un jugo y sientate con tus amigos.

Me sonrió con la misma tranquilidad. En realidad, eso si me ayudó un poco. Le devolví el gesto y lo seguí. Todos estaban hablando animadamente. Las risas calentaban mi espíritu y los chistes me hacían reír a mí. El tema quedó casi olvidado el resto del día.

Por la tarde me adelante a la cafetería. Iba casi trotando. Entré en la cafetería con la respiración agitada. Después de que estuve corriendo y el aire me golpeaba la cara, llegaba a este sitio cálido. Me fui a sentar a una mesa doble al no verlo. Pedí un jugo y esperé. Fueron diez largos minutos. Llego cubierto por una chaqueta negra, unas gafas de sol y una gorra. No pude evitar pensar que ese tipo de vestimenta hacía más evidente su presencia. Apenas me vio caminó hacía mí y se sentó. Se quito la gorra, dejando su cabello alborotado. Las gafas también y vi sus ojeras. Era claro que no tenía maquillaje.

-Hola -saludé.

-Perdona llegar tarde.

-No hay problema, llegue hace poco.

-Ah -asintió y nos quedamos es silencio.

...

...

...

-¿Y bien? -pregunté.

-Iré directo al grano -trague saliva y asentí-. Mi manager me llamó anoche. Esta escandalizado por el alboroto que se puede formar si el ataque sigue esparciendose.  Me mandó a hablar con él.

Guardó silencio de nuevo y me quede callada. Di un sorbito a la pajilla. Pasó la mesera dejando la cuenta. La gente salía y entraba. El aire se acumulaba en mis pulmones.

-Me dijo que será mejor suspender mis estudios en la universidad.

¿Hermanos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora