Capítulo 1

16K 1K 1.2K
                                    

Siempre me había preguntado cómo se debe sentir estar una noche sin dormir por algo que te haya ocurrido ya que a mí jamás me había pasado algo tan importante hasta el punto de quitarme el sueño, hasta que ocurrió, claro. Eran las cuatro de la mañana y todavía me encontraba dando vueltas en la cama intentando conciliar el sueño de cualquier manera, pero por más que lo intentaba no podía. Y lo peor de todo era que cada vez que cerraba los ojos lo recordaba todo a la perfección...

La rivalidad que había entre las escuelas Nekoma y Fukurodani ocasionó que nuestros respectivos entrenadores utilizaran un nombre en concreto para referirse a nuestros partidos: "Batallas en la noche: búhos Vs. Gatos". Lo cierto era que a pesar de esa gran rivalidad había conocido a muy buenos amigos en la escuela de Nekoma, donde hoy precisamente disputábamos nuestro tercer partido de práctica en apenas dos meses.

Mientras practicábamos antes del partido no podía apartar mi mirada de Bokuto, que aunque me costara admitirlo, era mi mejor amigo. Él era un chico con mucha energía, quizás demasiada, y hoy le veía sumido en sus pensamientos, lo cual era extremadamente raro porque a veces daba la sensación de que solo tenía la cabeza de adorno.

–Bokuto, ¿te pasa algo? –el chico de cabello plateado me miró durante unos segundos y después desvió su vista a la par que negaba con la cabeza. Exhalé un suspiro–. Si no te pasara nada estarías ahora mismo siendo un dolor en el culo.

–He estado pensando en algo.

– ¿Tú? ¿Pensando? –no pude reprimir una risa irónica.

– ¡Akaashi, eres cruel conmigo! –exclamó el acusado, hinchando sus mofletes como lo podría hacer un niño de primaria. Bokuto tenía una personalidad un tanto infantil que iba perfectamente acorde con su inocencia, pero eso no le quitaba mérito al hecho de que fuera la estrella del equipo gracias a sus grandes remates.

–Parece que ahora mismo has vuelto a ser un poco más tú.

–Si ganamos el partido, espérame en la piscina.

–No podemos entrar sin permiso; primero porque no somos de este instituto, y segundo porque pertenecemos al club de vóley y no al de natación. Te esperaré en los baños si es que quieres un lugar privado.

Después de decir estas palabras, uno de los entrenadores tocó el silbato indicando que el partido iba a comenzar. Mantuve mi mirada en Bokuto hasta que asintió con la cabeza y me fui corriendo a hacer la formación de siempre antes de empezar a jugar.

Durante la hora y media que duró el partido lo único que se podía escuchar en el gimnasio era el sonido de las zapatillas chirriando contra el suelo y las voces de los jugadores alentando a los demás cuando hacían un buen pase o indicando que ellos iban a ir a por el balón. Mi posición era armador por lo que mi función principal en el equipo era colocar el balón de forma perfecta para el rematador, que en este caso era Bokuto. Llevaba haciendo esto para él durante años por lo que sabía que sus remates tenían mucha más potencia de la que él estaba empleando en este encuentro, de todas formas resultamos salir ganadores.

Tal y como acordamos nada más terminar el partido fui directamente al baño, donde estuve esperando a Bokuto por quince minutos, lo cual me impacientó tanto que estaba a punto de irme cuando apareció. Se veía realmente nervioso para acabar de ganar un partido.

–Has tard...

Quería decir que había tardado demasiado pero no pude. Bokuto había colocado sus manos en mis mejillas y había unido nuestros labios sin dejarme terminar mi frase. No sabía cómo reaccionar a aquel beso puesto que me esperaba cualquier cosa menos eso y nunca había estado en alguna situación parecida. En efecto, ese estaba siendo mi primer beso. Mis labios se movían con los de él e intentaba seguir su ritmo, no me desagradaba para nada aquello. Cuando nos separamos, Bokuto habló:

Be who YOU are {Bokuaka}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora