Capítulo 7

5.3K 660 363
                                    

El inicio de una nueva semana era como el comienzo de una nueva etapa, aunque realmente mi vida no cambiaba mucho cuando tenía la típica rutina de un estudiante como cualquier otro. Igualmente, este lunes intenté ver el lado positivo de todo lo que me había ocurrido hasta ahora. La gente suele decir que todo ocurre por una razón, así que nada es en vano.

O al menos con esa mentalidad me dirigía hacia el instituto, pero cuando vi a Bokuto hablando con una chica de segundo curso me quedé paralizado en la entrada sin saber qué hacer. Él estaba de espaldas a mí por lo que no podía verle, mientras que a su acompañante la podía ver con total claridad. Ella era una chica bastante mona, sin embargo puede que fuera demasiado tímida. Bokuto intentaba por todos los medios hacerla hablar, pero ella solía acabar mostrándole una amplia sonrisa y sus mejillas completamente teñidas de rojo. ¿Yo me veía así cuando me sonrojaba con él? No, seguro que era patético.

Pasé al lado de ellos dos esperando que Bokuto se diera cuenta de mi presencia y lo único que conseguí fue oír la forma en que mi amigo alagaba la sonrisa de Nanami, como él la había llamado segundos anteriores. ¿Quién demonios se creía que era para ignorarme de esa forma? Yo... No debería sentirme de esta forma, era mejor que se interesara por una chica, ¿verdad? A fin de cuentas le dije a Kuroo que no quería hacerle sufrir porque no sentía lo mismo que él.

– ¡Buenos días, Keiji! –el enérgico saludo de Mei me hizo volver a la realidad. Cerré la taquilla de los zapatos de un portazo y alcé mi cabeza a modo de saludo, no tenía ganas de hablar–. Creo que alguien está de mal humor.

–Yo creo que alguien está siendo una molestia.

–No seas tan antipático –se quejó ella, poniéndose de puntillas para pellizcar mi mejilla en un intento de hacerme sonreír. Solo consiguió que apartara su mano de un golpe y que acabara masajeando la zona pellizcada intentando calmar el dolor–. Estás tan raro desde hace unas semanas.

– ¿Raro? ¿Yo? Para nada –dije las palabras una detrás de otra, sin siquiera pararme a pensar en si tendrían sentido. En ningún momento se me había pasado por la cabeza decirle a Mei acerca del beso, prefería que no lo supiera.

–Lo que tú digas... Por cierto, ¿dónde te metiste el sábado después del partido? No he podido contactar contigo en todo el fin de semana, aunque no me preocupé mucho porque supuse que estarías estudiando.

Bokuto entró en el edificio sin aquella chica de segundo. Su mirada se centró en nosotros dos y me obligué a no apartar mis ojos de la pequeña figura que tenía delante o sería malo para mí. Él pasó por nuestro lado sin siquiera saludarme. En menos de una hora me había ignorado dos veces, ¿acaso se había enfadado conmigo?

–Me encontraba algo mal –mentí, poniendo otra penosa excusa.

–No daba esa sensación –comentó, rascando su barbilla, como si estuviera recordando mi apariencia aquel día–. Espero que no me estés mintiendo o te vas a arrepentir, Keiji.

– ¡Por supuesto que no! –Exclamé, sintiendo un mal presentimiento en ese mismo instante–. ¿Quieres decirme algo importante? Tengo que estudiar bastante, así que no quiero seguir perdiendo más el tiempo.

– ¡Es verdad, casi se me olvida! –Mei se dio un pequeño golpecito en la cabeza a la vez que sacaba su lengua. Esta chica se veía bien haciendo cualquier cosa–. Konoha me dijo que tenéis que hacer una cafetería maid para recaudar dinero y pensé en que podría dejarte a ti y a Bokuto un traje.

– ¿Por qué hablas tanto con Konoha? ¿Acaso te gusta? –inquirí, actuando demasiado protector quizás. Cualquiera que viera esta situación desde fuera podría sacar una conclusión equivocada de nosotros dos.

Be who YOU are {Bokuaka}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora