Capítulo 15

5.1K 601 701
                                    

La luz de la luna se filtraba tímidamente a través de la persiana, iluminando levemente el interior de la silenciosa habitación en la que estaba intentando conciliar el sueño antes de que Bokuto saliera del cuarto de baño de tomar una ducha. Hacía un rato que el sonido del agua cesó completamente, pero su abrumadora presencia seguía sin hacer eco en este espacio que lentamente me atosigaba cada vez más. Desde el principio sabía que sería una mala idea acudir a Tokio pero, ¿en serio mi padre tenía que irse nada más poner un pie en esta maldita casa? Seguro que ni siquiera tenía asuntos laborales que atender, sino que simplemente iba a visitar a esa mujer por la que nos abandonó tan repentinamente.

– ¡Mierda! –grité, apretando en mi puño las sábanas. Las lágrimas se acumulaban con fuerza en mis ojos amenazando con escaparse en cualquier momento, pero me esforcé de una manera sobrehumana por mantenerlas en su lugar de escondite. Aquí no lloraría.

– ¿Akaashi? –inquirió con inseguridad Bokuto. Levanté mi vista para encontrarle mirándome desde el umbral de la puerta–. ¡Mañana vamos a ir a visitar la ciudad pero sobre todo la torre de Tokio, ¿sí?!

–Está bien –contesté, sintiendo como ese pequeño comentario por su parte me devolvía la alegría mínimamente. Bokuto me dedicó una amplia sonrisa antes de dar media vuelta–. ¿Dónde vas?

–Pues al salón para dormir –respondió tranquilamente. Mis ojos se abrieron desmesuradamente ante esa respuesta. ¿No iba a dormir conmigo? Eso sería lo más adecuado pero... ¿Por qué demonios tenía esta sensación de decepción invadiendo mi pecho?–. No es buena idea dormir en una misma cama.

Bokuto esperó durante unos cuantos segundos que le diera una respuesta, pero mi mirada estaba enfocada en las sábanas de la cama mientras que mi mente procesaba el sentimiento tan devastador que me inundaba en ese momento. Justo cuando oí sus pasos sobre el suelo me levanté apresuradamente de la cama para agarrarle de la muñeca firmemente, obligándole a parar en mitad del oscuro pasillo.

Nuestras miradas se cruzaron momentáneamente. Sus ojos brillaban incluso más que de costumbre. ¿Por qué siempre que estábamos en la penumbra sucedía esto? Se asemejaban a dos faros que me guiaban a través de una brava tormenta en la mar. La pregunta ahora era: ¿a dónde se supone que estos faros me van a guiar?

–No –murmuré entre dientes. Conseguí ver como el ceño de Bokuto se fruncía por la confusión que esa negación le causaba–. No... –repetí nuevamente, solo que en esta ocasión alzando más la voz–. No tienes que dormir en el salón porque... Eres un invitado, ¿no?

Porque sin ti a mi lado probablemente me romperé ahora mismo, añadí en mi mente. Realmente el motivo era ese pero aparte de que sonaba demasiado patético en voz alta no podía decírselo.

–Pero Akaashi tú sabes cómo me siento –replicó Bokuto en un susurro. Sin echar en cuenta a sus palabras tiré de él hacia el interior de la habitación, cerrando la puerta detrás de nosotros como si así pudiera evitar que saliera–. Y por lo visto te da igual.

Una vez que nos sumergimos entre aquellas cuatro paredes nos consumió un silencio acogedor. Ninguno de los dos se atrevió a romperlo con algún comentario innecesario, por lo que cada uno eligió un lado de la cama y nos recostamos sobre el mullido colchón espalda contra espalda.

La distancia formada entre nosotros no era precisamente pequeña, pero igualmente era capaz de sentir a la perfección la calidez que emanaba su gran cuerpo. ¿Cómo se tendría que sentir dormir abrazado a él? ¡No, no! Esta clase de pensamientos estaban totalmente prohibidos en este momento. Solo debería de concentrarme en dormir para que este glorioso pero a la vez doloroso instante de mi vida pasara cuando antes posible.

Be who YOU are {Bokuaka}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora