Capítulo 24

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Hacía más de media hora que estaba sentado en la cama observando la pantalla del móvil con el chat de mi padre abierto. Eso era lo único que había hecho después de tomar una ducha y cenar a pesar de que tenía que hacer algunos deberes, pero la conversación con Bokuto que había tenido al salir de las prácticas me había hecho replantearme muchas cosas.

Todas las personas de mi alrededor me habían hecho saber que necesitaba mostrar un poco más de interés por aquellos que me importaban y, aunque lo había tenido que aprender a las malas, era consciente finalmente de que necesitaba cambiar con urgencia ese aspecto de mí. No obstante, esa noche no sería el momento en el que lo intentaría con mi padre. Sabía que tendría que hacerlo, pero necesitaba más tiempo porque me había hecho mucho daño a lo largo de toda mi vida. La única persona con la que realmente quería poner en práctica ese cambio de mentalidad era Bokuto, con el cual iba a almorzar mañana.

Ese pequeño detalle me hizo sonreír como un bobalicón a pesar de que no era ni de lejos la primera vez que lo hacíamos, pero el hecho de que en esta ocasión yo iría a buscarle a su clase lo hacía un tanto distinto porque hasta ahora él había sido siempre quien venía a buscarme a la mía.

Además, mientras me duchaba había estado dándole vueltas al tema de la cita que Kuroo sugirió el día de la fiesta y quería proponérselo al día siguiente mientras comíamos. El problema era que no tenía ni idea de qué podíamos hacer porque quería que fuera especial. Había considerado la idea de preguntarle a Kuroo pero... no me apetecía volver a hablar con él.

Sus palabras de que ahora era mi turno de tomar la iniciativa volvieron a resonar en mi cabeza. No tenía ni idea de por qué me había calado tanto esa parte de nuestra conversación, pero suponía que era porque necesitaba que alguien me lo dijera claramente.

Finalmente, le envié un mensaje a Bokuto, preguntándole si me podía enviar el número de Kuroo, pues obviamente no le tenía entre mis contactos. Fruto de mi nerviosismo, mientras esperaba la respuesta del peliplateado, fui al cuarto de baño para lavarme los dientes. Esperaba que Bokuto no me preguntara para qué quería su número porque no tenía ninguna excusa lo suficientemente convincente.

Cuando volví a mi habitación comprobé que, afortunadamente, Bokuto me había enviado el contacto de Kuroo sin siquiera preguntar el motivo. Eso me hizo sonreír una vez más porque me gustaba que fuera una persona tan inocente hasta el punto de nunca pensar en las segundas intenciones que pueden tener las acciones de la gente.

Después de darle las gracias a Bokuto, le envié un mensaje a Kuroo, dejándole saber que era Akaashi e informándole de que me gustaría hablar con él si tenía tiempo. Su respuesta llegó al instante, pero no era precisamente lo que me imaginaba: decía que estaba libre en ese momento así que me iba a llamar. No me dio tiempo de escribirle para decirle que no lo hiciera cuando apareció en la pantalla de mi móvil una llamada instante procedente de Kuroo. Con un gran suspiro descolgué el móvil y lo llevé hacia mi oreja.

- Deberías haber esperado a oír mi respuesta -dije, sin siquiera dejar que Kuroo hablara, lo cual pareció hacerle mucha gracia, porque empezó a reír. No le tenía delante ahora, pero estaba seguro de que una de sus estúpidas sonrisas estaba cruzando su rostro.

- ¿No puedes hablar ahora? -inquirió el chico.

- Sí que puedo.

- Entonces, ¿cuál es el problema con esta llamada? -volvió a preguntar.

- No me gusta hablar por teléfono.

- Pues tenemos un problema -replicó Kuroo-, porque a mí no me gusta hablar por mensajes. Supongo que tendrás que aguantarte porque eres tú quien me ha hablado porque necesitas mi ayuda con Bokuto.

Be who YOU are {Bokuaka}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora