Capítulo 17

5.9K 628 494
                                    

La sensación de paz que me invadía desde el momento en el que estallé como una bomba frente a Bokuto era extraña. Supuestamente debería sentirme inquieto o algo avergonzado de haberme mostrado de esa manera tan vulnerable frente a él pero... era todo lo contrario. Mientras hablaba con él era como si no necesitara vestir nunca más aquella máscara de fingida perfección que me había visto obligado a utilizar; por fin podía ser ese Akaashi que tenía tanto miedo de mostrar pero que él tanto se había empeñado en sacar a relucir.

En mi vida había pasado por muchos episodios tormentosos para tener tan corta edad, por lo que no sería nada nuevo para mí que una persona utilizara mi confianza hacia ella en mi contra. Sin embargo, Bokuto era como un libro abierto para mí. Y tal como dijo el entrenador varias semanas atrás: "nadie sabe leer a Bokuto mejor que tú". De forma que, ¿cómo podía siquiera dudar de su sinceridad cuando él se había desnudado metafóricamente hablando tantas veces delante de mí?

Al final los dos acabamos tumbados sobre el mullido colchón, demasiado cerca pero a la vez demasiado lejos. Hablamos sobre todas las cosas que nos preocupaban, que abarcaban desde qué haríamos una vez que acabara nuestra etapa escolar hasta qué sería de nuestra amistad barra relación amorosa sin definir. Llegamos a una especie de acuerdo en el que a pesar de que cada uno de nosotros se encuentre en la otra punta del mundo nunca perderíamos esa conexión especial que nos unía, conocida por Bokuto como hilo naranja del destino.

Sin que me diera cuenta caí rendido en brazos de Morfeo después de un día con tantas emociones como aquel. La calidez de su gran cuerpo acompañado del suave pero a la vez profundo sonido de su voz era mi pequeño paraíso privado.

No obstante, mi tranquilidad no perduró todo el tiempo que me hubiera gustado, puesto que unas cuantas horas más tarde desperté por una pesadilla en la que de repente todo Japón era sacudido por un gran terremoto.

Mi corazón palpitaba con mucha fuerza por la realidad del sueño, pero palpitó con más énfasis aun cuando descubrí el hueco vacío que se hallaba a mi lado. ¿Por qué Bokuto no estaba ahí durmiendo? ¿Tanto le había asqueado lo que acababa de descubrir? No, eso era imposible.

De repente caí en cuenta de un detalle: la puerta de la habitación estaba ligeramente abierta. El pequeño resquicio alumbraba tenuemente la estancia con la luz procedente del pasillo. Eso significaba que Bokuto estaba ahí fuera.

Estaba dispuesto a salir de mi escondite cuando oí la voz de mi padre:

-Por supuesto que no estás siendo impertinente. -Aseguró impasiblemente, como un témpano de hielo. Sentí al instante náuseas, pero mi sentimiento de curiosidad era superior a cualquier sentimiento de repulsión. ¿En qué momento me había convertido en una persona tan cotilla?-. Pero si quieres preguntarme o decirme algo solo hazlo, no empieces a dar rodeos inútiles.

- ¿Querías que Akaashi viniera o has sido presionado por alguna persona? -preguntó Bokuto directamente. No sé por qué me sorprendió oír su voz, a sabiendas de que no podría tratarse de alguna otra persona.

Esa misma pregunta había estado rondando por mi cabeza prácticamente desde el día en el que recibí su mensaje, pero no me atrevía a formulársela por miedo a su respuesta.

¿De verdad quería oírla ahora o simplemente debería cerrar los ojos e intentar conciliar el sueño nuevamente?

-Ya veo que tenía una imagen equivocada de ti -comentó entre risas mi padre-. Por supuesto que tenía ganas de ver a mi hijo, pero la iniciativa de hacerlo la he tomado gracias a la influencia de la persona con la que llevo saliendo un par de años.

Eso quería decir que solo había enviado ese estúpido mensaje porque esa mujer que consiguió que mi padre nos abandonara se lo había pedido para a saber qué. Lo más irónico de todo era que todavía no tenía ni idea de quién era, por no saber no sabía ni su nombre.

Be who YOU are {Bokuaka}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora