Capítulo 27

2.9K 285 146
                                    

A pesar de que no quería aceptar la propuesta de Bokuto porque sabía que no iba a ser una buena idea, cuando hasta su madre empezó a insistir, gritando por detrás de Bokuto que era demasiado tarde para que anduviera solo por la calle un viernes noche, no me quedó más remedio que dirigirme hacia la casa del chico. Así que, allí me encontraba en ese preciso instante, dejando mis pertenencias en la habitación de Bokuto mientras que sus padres preparaban la mesa en el piso de abajo para cenar.

- ¿Has llamado a tu madre? -Preguntó Bokuto detrás de mí. Al oír su voz repentinamente, di un pequeño respingo que ocasionó que él riera levemente. Cuando me giré para responderle sentí cómo mi corazón daba un vuelco una vez más: durante ese lapsus de tiempo que había estado con Kenma, a Bokuto le había dado tiempo de tomar una ducha, así que ahora tenía el pelo peinado hacia abajo y llevaba puesta una simple camiseta blanca de tirantas y unos pantalones de pijama holgados de color azul oscuro-. ¿Por qué me miras tanto, Akaashi? ¿Es por mi pelo? ¿Es raro verme así, verdad?

- Te queda bien.

- ¿De verdad? -Inquirió con incredulidad-. Estaba pensando en peinarme porque me daba vergüenza que me vieras así, pero has llegado antes de que pudiera hacerlo. Supongo que, si te gusta, no es necesario que lo haga ahora.

Movido por una fuerza sobrenatural, alargué el brazo hasta que deposité mi mano sobre la cabeza de Bokuto. Su pelo era suave, realmente suave. Nunca antes había sido capaz de apreciarlo debido a la cantidad de gomina que, normalmente, utilizaba para peinarse.

Bokuto parecía que iba a decir algo cuando oímos la voz de su madre informándonos de que la cena estaba lista. El chico no dudó ni un solo segundo en salir de su habitación corriendo. Esbocé una pequeña sonrisa antes de seguirle escaleras abajo hacia el comedor.

Cuando entramos en el comedor me quedé estupefacto al ver la cantidad de comida que había sobre la mesa. Mi reacción, al parecer, llamó la atención del padre de Bokuto, el cual explicó entre risas que estaban celebrando la nota del examen que Bokuto había hecho el lunes. Entonces, todo cobró sentido: el día anterior Bokuto entró en el vestuario canturreando que había sacado la nota más alta de todo el curso en ese preciso examen. Mientras que tomaba asiento al lado del chico no pude evitar pensar que, si tener una cita había tenido ese efecto tan positivo sobre él, quizás deberíamos tener una cada vez que tuviera un examen.

La cena fue mucho más agradable de lo que imaginaba. La verdad es que al principio tenía miedo de que el comportamiento de Bokuto no tuviera filtro alguno ni siquiera con sus padres delante, pero, afortunadamente, estaba completamente equivocado.

Aunque la comida desapareció de la mesa rápidamente, después estuvimos charlando durante una cantidad de tiempo considerable. Sin embargo, la conversación se vio interrumpida cuando la madre de Bokuto se levantó de la silla rápidamente al ver la hora que marcaba el reloj. Su madre era enfermera, por lo que algunos días, como precisamente este viernes, por ejemplo, tenía turno de noche. La mujer se despidió tanto de su marido como de su hijo con un beso cariñoso en la mejilla y, cuando llegó mi turno, me revolvió el pelo.

- Me ha alegrado mucho volver a verte, Keiji -dijo con una sonrisa casi tan brillante como la de su hijo; el tono de su voz también era cálido-. Por cierto, he llamado a tu madre para asegurarle que todo está bien.

En cuanto que la madre de Bokuto se fue, su padre comenzó a recoger la mesa. Intenté ayudarle simplemente por pura cortesía, pero me aseguró que no era necesario que hiciera nada porque esa noche era un invitado. Así que, antes incluso de poder rechistar, Bokuto tiró de mí hacia el piso de arriba nuevamente.

- Tengo que preparar el futón -anunció Bokuto con desgana cuando llegamos a su habitación.

- No lo tienes por qué hacer tú solo.

Be who YOU are {Bokuaka}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora