Capítulo 23

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La última vez que vi a Bokuto fue cuando nos despedimos en la puerta de mi casa después de la fiesta de año nuevo y, aunque era un poco patético, tenía que admitir que me ponía bastante nervioso la idea de volver a verle después de tres días. No sé quién tuvo la grandiosa idea de descansar hasta que las clases se reanudaran, pero podría habérsela ahorrado, a pesar de que era cierto que nos vendrían bien unos cuantos días libres después de haber estado entrenando sin parar durante todas las vacaciones de Navidad. Sin embargo, la cumbre de mi patetismo se hallaba en que me había tirado todo el día esperando encontrar por los pasillos su cabeza plateada o, al menos, oír su voz.

Era extraño que Bokuto no viniera a buscarme en los cambios de clases o para almorzar, pero debía recordar que no era su única prioridad. Además, las estúpidas palabras de Kuroo recordándome que ahora era mi turno para tomar la iniciativa seguían retumbando en mi cabeza. Quizás debería ir a buscarle mañana durante la hora de la comida.

Mis nervios iban en aumento a medida que el entrenamiento se acercaba. No sabía cómo debía comportarme con él porque no quería volver a ese punto en el que actuábamos como si todo siguiera igual que siempre entre nosotros.

- Relájate, Akaashi -me dijo Konoha, dándome una palmadita en la espalda cuando salimos del vestuario.

De verdad que me gustaría ser capaz de seguir su consejo, pero todavía seguía sin tener noticias de Bokuto. A pesar de que no era extraño que llegara tarde a los entrenamientos, las primeras semanas después de unas vacaciones solía intentar convertirse en una persona más aplicada, pero acababa fallando estrepitosamente siempre. No obstante, compensaba esos minutos de retraso, pues siempre era el último en irse a casa.

Como Bokuto no había llegado todavía, me tocó a mí poner al día al entrenador antes de empezar con los estiramientos. No estaba demasiado seguro de si debería haberle comentado que habíamos estado viniendo a entrenar durante las vacaciones, pero igualmente lo hice. La verdad es que no había ocurrido nada relevante durante esas sesiones, exceptuando el nuevo ataque que casi había perfeccionado con Bokuto y Konoha. Sin embargo, no lo mencioné porque todavía no me sentía demasiado seguro haciéndolo.

- ¡Siento llegar tarde!

La puerta del gimnasio se abrió con un gran estruendo, mostrando a un Bokuto sonriente. Mi corazón dio un vuelco en ese momento. Esa era una de las escenas que más se habían repetido a lo largo de los últimos años, ¿por qué tenía que reaccionar de esta manera?

- ¡Si lo sientes tanto deja de llegar tarde! -le recriminó Konoha.

Su comentario consiguió que todo el gimnasio se echara a reír, incluso Bokuto, aunque eso no era una tarea complicada. Desafortunadamente, el entrenador puso fin a nuestra distracción, comenzando con los estiramientos porque no nos podíamos permitir perder más el tiempo.

El nerviosismo que había ido acumulando en mi interior desapareció instantáneamente cuando Bokuto vino corriendo hacia mí para hacer los estiramientos juntos. A veces no entendía demasiado bien cómo funcionaba todo esto de estar enamorado de una persona, era demasiado confuso. Pero... suponía que por Bokuto valía la pena descubrirlo.

Diez minutos más tardes habíamos acabado con los estiramientos, así que el entrenador volvió a retomar la palabra:

- Antes de las vacaciones tenía mis sospechas de que no ibais a descansar, pero Akaashi me lo ha confirmado hace unos minutos -comenzó, con una sonrisa de diversión surcando su rostro-. Me alegra saber que al menos habéis tenido la cabeza de tomaros tres días libres porque ahora comienza la recta final para vuestro próximo partido. Akaashi también me ha comentado que los entrenamientos por vuestra cuenta han seguido el mismo ritmo que los ordinarios, así qu...

Be who YOU are {Bokuaka}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora