Changed my life ~

¡Qui andiamo Italia!

|Capitulo 5|

Tres semanas. Las peores tres semanas. Hacia tres semanas que estaba tapada de trabajo y del estresante. Hace tres semanas que no veo mas a mis amigas, he recibido invitaciones pero cuando pregunto si él estará ahí se produce un gran silencio y rechazo la oferta inventando una ridícula excusa. Mi madre y Anthony viajarían a Roma en tres días, me invitaron y rogaron que fuera. Al principio me negué pero en este momento no lo veo como una tan mala idea, creo que eso ayudaría mucho a mi humor.
Ese viernes llegue a mi casa y la luz de mi teléfono titilaba, las ignore porque sabia bien de quienes serian. Llame a mi madre y le hice saber que aceptaba su invitación. En mi habitación me deshice de toda la ropa del trabajo y me puse una remera holgada de la universidad y un short de jean. Baje la valija de mi placard y comencé a guardar ropa. Mi cámara y cosas personales también las empaque.
Hablé con mi jefe el orgulloso de mi arduo trabajo las ultimas semanas acepto sin problemas, una semana recorriendo las calles de Italia, Un sueño.

Llame a Stacie que cancelaba la cena de mañana porque viajaría, a decir verdad grabe un mensaje ya que cuando sonó por tercera vez me envió a la casilla de mensaje. No tenía ánimos de lidiar con sus preguntas.

Baje del taxi, el hombre me ayudo bajando las valijas y colocándolas a mi lado, le agradecí. En mi sobre revise mi pasaporte junto con el boleto, estaba nerviosa y sentía que algo me había olvidado. Camine lento esquivando a personas que se notaba que tenían prisa, vi a mi madre junto a Anthony en la cafetería del lugar.
- Pensé que no vendrías hija -dijo mi madre y luego me beso la mejilla seguramente dejando su labial impreso en mi piel
- Creo que es una buena idea, además nunca estuve en Italia -sonre - hola Anthony
- Hola Gwen, me alegra mucho que hayas aceptado la invitación creo que lo necesitabas además tu compañías se nos hace placentera -puse mi brazo alrededor de su espalda y bese su mejilla

Tras una hora de esperar sentados en la cafetería comiendo golosinas, por mi parte, en el altavoz se anuncio nuestro vuelo. Mi madre se puso algo histérica pero Anthony supo sobrellevarla. Entregamos las maletas, presentamos pasaporte y boleto, y por el largo pasillo A-3 salimos y abordamos el avión que nos llevaría a Italia.
- ¡Qui andiamo Italia!- dijo mi madre con un particular acento italiano

Un libro y una buena selección de música en mi I Pod eran mis acompañantes durante el viaje. Después de un momento desvié mi mirada hacia la ventanilla y lo único que pude ver fue el magnifico océano azul limpio y cristalino. Maravilloso.
Bajamos del avión y tuve un enfrentamiento con un encargado del aeropuerto debido a que mi segunda maleta no aparecía y a eso se sumo el no conseguir taxi; el viaje ya había empezado con el pie izquierdo, pésimo.

Luego de dos horas de malestar continuo por diversas cosas, nos encontrábamos cruzando las puertas del hotel. Rápidamente un botón se nos acerco y amablemente tomo nuestras maletas, el recepcionista pidió nuestros datos y nos entrego la llave de la suit. Constaba con un baño, dos habitaciones y un pequeño living o hall con unos pequeños sillones de gamuza o algo asi de color beige. Hermosa suit.
Deje las valijas al lado de la cama y me abalance sobre esta, sonreí al ver la comodidad y la seda contra mi piel. Si que necesitaba esto.
- Iremos a recorrer el hotel y averiguar donde sirven la mejor pasta de toda Italia ¿vendrás a cenar con nosotros verdad?
- Claro pero ahora quiero dormir un poquito me siento muy cansada
- No te preocupes hija, volveremos en la tarde para recogerte y llevarte a cenar - beso mi cabeza y sentí la puerta cerrarse. Lo que paso después no lo recuerdo, caí en un profundo sueño.