Tienes una sonrisa muy bonita.

14K 714 29
                                    

| Capitulo 11|

* * *

Llegue a casa después de un arduo día de trabajo. Agotador. Maneje tranquila sin apuro, estacione con tiempo. Baje, active la alarme y me encamine a mi casa. En la puerta otra vez su camioneta y el apoyado en ella con el pelo mojado, unos vaqueros con una camisa simple y los brazos cruzados sobre su pecho. Lo mire y bufe, ¿asi seria todo los días? Pensé que eso de que quería estar durante el embarazo era mentira o al menos no tanto asi. Sin dirigirle la palabra me dirigí a la puerta donde con la llave la abrí. Deje mis cosas en el perchero de la entrada y camine directo a la cocina.
- Buenas tardes -dijo el detrás mío cerrando al puerta
- Eran buenos ¿Qué haces acá? ¿Todos los días vas a estar acá? -asintió- Necesito mi espacio, vete Sydney
- No no quiero irme -dijo firme y dentro de mi la rabia hervía
- No te pregunte si querías, quiero estar sola no me hagas llamar a la policía
- Hazlo, llama a la policía... no me voy a ir
- Puedo hablar con mi abogado y ponerte una restricción y no podrás acercarte a mi a menos de cien millas -dije amenazante
- No me iré, es mi hijo también
- Lo se -bufe - lleguemos a un acuerdo ¿si? Algo que nos convenga a ambos - lo mire y el se dispuso a oírme con atención - yo quiero mi intimidad y tu quieres controlar el embarazo, pongamos días o horarios algo
- No lo se Gwen, ¿Qué te molesta de mi presencia?
- Me molesta y punto -dije fría
- Si ni siquiera me conoces como puedo molestarte -dijo tranquilo
- Ya, ¿sabes que? Haz lo que quieras, me cansé - hecha una furia entre a mi habitación y azote la puerta. Estaba enojada. Me senté en mi cama y con mis manos apreté mi rostro y segundos después ya estaba llorando. Mi madre tenia razón las hormonas se alteran, lloro todos los días desde hace un mes casi. No se bien porque lo hago pero pasa algo que me molesta por mas insignificante que sea, lloro.
No quise verle la cara así que me quede encerrada en mi habitación. Me dormí.
El ruido de la puerta cerrarse me despertó. Me senté en la cama y mi estomago rugió, tenia hambre. Despacio sin hacer ruido abrí la puerta y fui hasta la cocina. No había nadie y las luces se encontraban apagadas. Subí la llave y todo estaba en orden, en perfecto orden más de lo que me acordaba. Camine hasta la cocina y sobre la mesada había un plato con dos milanesas con puré de papas y una tarjeta. Busque cubiertos y ataque la comida, estaba rico. Recordé la tarjeta, la tome y la leí "Perdón por todo. Lleguemos a un acuerdo ¿si? Espero que lo comas, no te saltees ninguna comida. Sydney"
Debo admitir que es bueno, es una buena persona. Me cuida mas bien al bebe pero lo hace, creo que el bebe tendrá un buen padre... lastima que le faltara una madre.

* * *

Me estaba bañando. Eran las once de la mañana y Sydney había llegado a mi casa con una invitación para ir a almorzar, no me negué. Necesitaba salir por un rato, además estaba en nuestro acuerdo...
Elegí al simple y holgado, estaba algo traumada según Stacie. Para mi la panza ya se me notaba pero según Stacie estaba loca, igual no volví a usar ropa ajustada. Una remera larga negra y un pantalón blanco eran perfectos. Me aliste y cuando termine me asome por la ventana y me estaba esperando apoyado en su auto como siempre lo hacia, me fastidiaba pero ahora que lo pienso un poco mejor no se ve tan mal con su cabello húmedo y sus gafas de sol. Tome mi bolso y salí, cerré la puerta y camine normal hacia él.
- Buenos días - saludo él con una sonrisa
- Buenos días - me abrió la puerta y una vez que subí la cerro - gracias -musite, sonreí ante su caballerosidad o mas bien por lo atento que era. Rodeo el auto y subio en el asiento del conductor, encendió el motor y me miro
- ¿Lista? - asentí y luego le dedique una no tan pronunciada sonrisa.
Manejaba y manejaba. Manejaba con tranquilidad como si no tuviera apuro, lo hacia bien y me sentía bien sabiendo que esto no tenia horarios ni reglas podríamos ser libres sin preocuparnos de nada mas que disfrutar o al menos eso dijo el ayer por teléfono tratando de convencerme.
Estaciono en el centro comercial. Sonreí ante su decisión podría distraerme viendo algunas vidrieras.
- Perdón si no te pregunte a donde querías ir pero pensé que te gustaría
- Enserio me agrada, me sorprendiste -sonreí y el me devolvió la sonrisa. Entramos - te molestaría que comiéramos primero porque no desayune y muero de hambre
- Gwen ya te dije que no te saltees comidas no te hace bien -dijo con ternura y tono de reproche. Bufe
- Lo siento es que dormí hasta tarde...
- No te preocupes ¿una hamburguesa?
- Por favor -dije con ansias él solo rió y juntos fuimos a hacer le pedido.
Una vez con nuestro pedido listo fuimos hasta una mesa donde nos dispusimos a comer. Cruzábamos miradas al principio pero luego me concentre en mi hamburguesa. Me miro rió y me paso una servilleta, creo que me ruborice pero al final reí, tenia salsa en mi mejilla.
- Tu familia ¿esta todo bien?
- Si respondí y mas con este tema todos están mas que feliz -dije con pesadez, quise cambiar rápidamente de tema- tu familia...
- Mis padres y mis hermanos, solo ellos -dijo- además de mi tio, ese hombre es increíble ha viajado por todo el mundo; ellos están contentos y me ofrecieron su apoyo en absolutamente todo sobre el bebe y tu embarazo
- Ah -pude gesticular, cuando se nombraban esos temas mi humor cambiaba, no era algo de lo que quería hablar. Se hizo un silencio, un prolongado silencio.
- Nunca me contaste de lo que haces en tu trabajo Gwen -dijo con ánimos de escuchar
- Bueno soy publicista, en realidad no tengo una tarea puntual en realidad lo que mas me gusta es el diseño de las publicidades hasta hemos diseñado algunas revistas, lo satisfactorio es el final y verlo después por la calle y pensar yo ayude a lograr eso que la gente admira -sonrió- ¿y tu?
- Bueno yo me dedico a diseñar estrategias de ventas para la empresa, es algo estresante y más cuando debe presentarse ante las personas más importantes de la empresa - hizo una cara como si tuviera miedo pero fue graciosa y sospecho que esa fue su intención
- Es mejor cuando sonríes, tienes una sonrisa muy bonita Gwen - sentí algo en el pecho e inmediatamente mis modos de defensa se activaron. Me puse rígida y quería irme de ahí.
- Creo que es mejor que me vaya -tome mis cosas y me levante dejándolo solo en la mesa.
Subí por el ascensor, y comencé a caminar. Decidí perder mi atención en múltiples vidrieras, en prendas de diferente color y tamaño. Zapatos, joyas, abrigos, etc. Seguí mirando prendas y estudiándolas que me gustaba de ellas y que no. Oí unos pasos que se detuvieron en seco y luego una respiración neutra pero de pesadez si se puede describirla asi. Me di vuelta y ahi estaba parado Sydney observándome en silencio. No lo mire demasiado rápidamente volví la mirada a la vidriera siguiente. Seguí asi por un rato, por el rabillo del ojo en varias ocasiones lo observe y seguí mis pasos en silencio. No me iba a dejar sola, lo sabía y eso me hacía sentir algo segura.
- Perdón por lo de recién, por irme no se que me paso -dije por lo bajo y sin mirarlo
- No te preocupes -dijo él, solo eso.
Repetí mi acción por un tiempo más y me pare en seco al notar que los maniquíes eran diferentes, su contextura era diferente. Observe tiesa todo aquello y Sydney lo noto porque se incorporo de inmediato mi lado. Eran mamas, muchas mamas. Más bien futuras mamas. Lo maniquíes tenían panza, la ropa era grande para cubrir todo y la gente que se encontraba dentro del local también tenían panza y dentro de esa panza un hijo como yo. Me aterre y no se porque, tal vez por esa misma idea. Tenia un bebe dentro mío.
En segundo md encontraba subiendo y subiendo con prisa, Sydney venia detrás mi como siempre pero no trato de detenerme solo me seguía en silencio. Es como si tuviera asfixiando subía con mucha prisa hasta que abrí al puerta de la terraza que también era aparcamiento para autos. Me acerque a la baranda que rodeaba el edificio era como una cerca. Mire abajo y sentí vértigo, cerré los ojos y respire profundo.
- ¿Estas bien?- él se mostró preocupado
- No, no estoy bien... perdón pero no puedo decir si y fingir. No se como sentirme, no se si como me siento esta bien -suspire- me siento mal porque no soy lo que el se merece y no quiero esto para mi. No me gusta mi vida y menos ahora, se que soy una mala persona al hablar asi y una mucho peor al haber querido abortar - las lagrimas comenzaron a viajar desde mis ojos hasta mi remera o mi cuello - soy una mala persona que no tiene compasión por una criatura
- No no digas eso, no lo sos Gwen -susurro para que solo yo pudiera oírlo
- Oh si que lo soy, además de todo hago cosas que no debería hacer, trato mal a personas que no lo merecen -lo mire- no entiendo porque quieren esto para mi, yo no lo quiero y no siento merecerlo. Se que todo es confuso y que ni yo a veces me entiendo pero es asi, no quiero esta vida y no quiero este bebe -sentí su piel rozar su piel con la mía, estaba acariciando mi brazo en señal de apoyo. Lo mire y acto seguido seque mis lagrimas- y me odio porque hay personas que luchan cada día por un bebe y yo... y yo pienso asi
- Ya no llores, ven volvamos a tu casa - paso sus brazo por mis hombros abrazándome y deje caer mi cabeza en su hombro me acompaño hasta el auto y en silencio, no tan incomodo, volvimos a mi casa.
No pidió pasar y tampoco lo hizo, por un lado lo agradecí porque me daba mi espacio pero por otro lado me sentía vulnerable y no quería estar sola. Me despoje de la ropa y recibí un mensaje.
"Hace unos días compre varias cosas que según mi madre te ayudarían con esta sensibilidad que se intensifica con el embarazo, en la alacena primera puerta de la derecha. Ya no llores. Sydney"
Mire el mensaje extrañada, fui hasta donde me indico y habían tres barras de chocolate, golosinas, para preparar algunos postres y cereales. Un papel que también decía "helado". Cerré la alacena y abrí la heladera tres potes de helado de diversos sabores. Dios bendiga al que creo esto y gracias Sydney

Changed my life ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora