Capítulo 39- pensamientos del pasado.

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Quede enfrente de la puerta, inmóvil, con ambas manos sobre mis bolsillos.

Observe la puerta blanca, a su lado tenia un timbre el cual tengo miedo de presionar.
Parezco un cobarde, no he parado de pensar aquello que dice el sobre, mi frente al igual que mis manos no paran de sudar. Cuanto odio sentir miedo, me hace estar tan vulnerable.

Me armé de valor y presione por unos segundos el timbre a mi lado. Pasé mi mano sobre mi cabello e intente poner mi mejor sonrisa falsa, aunque solo saliese una llena de nerviosismo.

Es el momento. Vamos, no seas gallina Daniel -me repetía.

La rubia no parecía escuchar o quizá, esté revolcándose con Jimmy. La idea de que estuviese con el moreno me ardía la sangre, borre mi sonrisa cambiándola por un rostro serio y golpee la puerta con fuerza.

- ¡Abre la maldita puerta! -exclame al mismo tiempo que golpeaba la puerta.

La quise tanto que nunca pensaba en otra mujer que no fuese ella, que mal estoy...veo que tú si pensabas en otros chicos mientras estabas a mi lado.
Ahora esta Lily, ella es especial. Me hace sonreír con cualquier gesto, aun no sé si ella sea la indicada.

Me harté de esperar y saque el celular de mi bolsillo para marcar el numero de la rubia.

- No llames mas. Aquí estoy.

Levante mi mirada viéndola.
Se miraba terriblemente mal, su cabello estaba desarreglado y tiene una cara de pocos amigos.

Hace una hora que no la miraba, su maquillaje estaba corrido y su ropa la había cambiado.

Entre sin pedir permiso. Me cruce de brazos, ella cerró la puerta girándose lentamente hacia mi.

Tenía un short roto, estaba en sus medias favoritas y su camisa era corta... mostrando su barriga que ahora se miraba hinchada.

Fruncí el ceño.

JAY.

Jugueteaba con la mano de mi novia. Estábamos sentados frente a la piscina sin decirnos palabra.

Nuestras miradas hablaban de por sí, solas.

Clarisa estaba preocupada por lo de su ex, y no dejo de sentirme mal por haberle engañado diciéndole que lo habían atrapado cuando sigue suelto planeando en destruirnos. No quiero verla aterrada y por ahora no pienso comentarle nada.

- ¿En qué piensas, cielo? -preguntó con una cara aterrada.

- ¿Tan mala cara traigo? - reí - No es nada mi Isa. Ahora estoy pensando en que decirle a Mattias -comente, eso sí me estaba preocupando.

- No quería hablar con él hasta que llegarás, solo le contaremos todo y ya.

No creo que sea tan simple, y menos cuando tu hijo prefiere a un idiota que lo crió como padre que a su verdadero, vaya que esta difícil.

Suspire.

- Iré a buscarlo, quiero ir solo.

- Entiendo. Está con Luca en su lugar “secreto” -hizo comillas.

- ¿Sabes donde queda ese lugar? -ella negó.

Me levante, no sin antes darle un beso de despedida.

Mientras me iba alejando seguía pensando en Mattias y Luca. Ellos se estaban volviendo mejores amigos, no quiero sonar egoísta pero odio que se lleven tan bien. Si Mattias eligiera quien de la banda sería su padre, sin duda, sin duda sería Luca.

Me estaba cansando de recorrer toda la mansión, le pregunte a cada uno de los trabajadores si habían visto a alguno de los dos y nadie sabia nada.
Entre a la habitación de Elizabeth para saber si el pequeño estaba ahí.

My little sunshine.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora