Capítulo 29: El pasado

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Dyrian sonrió con cinismo al ver a Leah tan débil. "Parece que sigue bajo el hechizo al que nos someten para tener una apariencia más tierna e inofensiva ante otras razas, y juraría que tampoco es consciente de ello." Pudo ver en los entrecerrados ojos de ella odio, irritación, dolor y confusión.

-Tu pequeño dragón aún tardará en venir... -se acercó a ella, apoyando su mano derecha en el hueco entre su brazo y la cabeza.- Podemos hablar un poco más hasta que venga con el mediano.

-¿Por qué crees que vendrá con él?-gruñó reprimiendo gemidos de dolor, pues al tenerlo tan cerca quiso apartarse, pero la espada del druida, que la mantenía clavada a la roca, la dañó más, abriendo más la herida.

-Le ordenaste a tu mascota que se llevara a los enanos, y por la breve comprobación que pude hacer hace tiempo, el varón es de la compañía de Escudo de Roble. –rozó su cuello con la nariz, aspirando su aroma, una mezcla de sangre y miedo.- Ya te lo dije antes, no sólo verán el nerviosismo del dragón, también notarán tu ausencia y el joven enano informará de los hechos. –la pelirroja tragó saliva, provocando que la sonrisa en Dyrian se ampliara.- Ardo en deseos de contemplar la cara de ese hobbit.

-No va a venir... -insistió con un hilo de voz, sintiéndose más débil por momentos.

La sangre de sus manos resbalaba por sus brazos e incluso goteaba sobre su cabeza, también la herida del costado la estaba debilitando, pues al ser acero élfico impedía que pudiera curarse las heridas, o por lo menos que dejaran de sangrar.

-Sí... claro que vendrá, ¿por qué insistes todo el rato con lo mismo?-acarició su cuello con los labios, rozándolo después con los dientes.- Venga, tenemos mucho tiempo, ¿no quieres saber nada más?

Sólo se oía la fuerte respiración de Leah, fruto del dolor soportado y la situación en la que se encontraba. No sabía qué intenciones tenía exactamente Dyrian con ella, más allá de intentar manipularla para conquistar Érebor.

-De acuerdo, hablaré yo. –dijo tras una larga pausa y chasquear la lengua.- Antes me preguntaste por qué traicioné a Tyron... -la pelirroja le miró de reojo, con sus ojos totalmente rojos. Dyrian se relamió al verla así, ese brillo carmesí le atraía.- Él también quería poder, quería algo más fuerte en su clan. Si yo puedo manipular a los que sobreviven... como por ejemplo un istar... un comandante orco... trolls... dragones... sería muy rentable para formar un ejército, ¿no crees? –la druida le miró sin saber a dónde quería llegar. "Si sus objetivos eran similares ¿por qué lo hizo?" pensó.- Es simple, no quería ser un objeto de guerra. Vio un potencial excelente en mí, una poderosa arma a la que quiso controlar. Y yo no me doblego ante nadie, sea por el motivo que sea.

-¿Y por esa razón mandaste un dragón sobre todo el clan? Podrías haberte marchado simplemente, como ya he dicho antes. –el cuerpo de la druida tiritaba en una mezcla de rabia y frío, ya que el viento soplaba con fuerza sobre la montaña.

-Cómo se nota que siempre lo tuviste todo. –Leah le miró sin entender, pues su antiguo compañero de clan escupió con desprecio esas palabras y la miraba con frialdad.- Tu padre no te temía, el clan entero te admiraba, tenías amigos, varios druidas detrás de ti... Y yo no tuve nada. –la mirada de la pelirroja se suavizó, comprendiendo poco a poco lo que él sentía.- Todos me dieron la espalda porque mi don les causaba terror, no querían saber nada de mí, no querían ayudarme a potenciarlo. Sólo Tyron intentó estar cerca de mí, ganarse mi confianza, pero sólo para utilizarme en sus planes. –le dio la espalda a la ojiazul, paseándose la mano derecha por el pelo, peinándolo con torpeza.- La felicidad nunca llegó a mí, así que me dejé consumir por el odio. Ya sabes que un druida necesita muy poco para corromperse, tú te manifiestas con los ojos rojos, mostrando así que te queda nada para perder el control y arrasar con lo que se te ponga en medio, sin importarte el dolor que sientas. Sin embargo yo no me manifiesto de ninguna forma, porque he vivido así siempre, bajo tu sombra y la del resto del clan.

El Hobbit: La gran aventura de LeahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora