Capítulo 39: ¿Real o irreal?

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Os tengo que pedir mil disculpas y no me merezco perdón, lo sé. Lo siento muchísimo por haber tardado meses en actualizar y espero dos cosas:
1) que os guste... (ojalá)
2) y que no tarde en continuar... tengo mil historias en la cabeza y quiero terminar este fic de una vez en realidad xD
Pero hay días que la inspiración no está o hay situaciones que no me ayudan y me quitan las ganas de ponerme al ordenador a escribir algo que lo mismo ni me convence a mí...

No os doy más el coñazo, espero (nuevamente) que os guste!

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-Si llega el momento de elegir a quién salvar, deberás optar por Thorin.

Esa frase descolocó a Leah de tal manera que soltó una risa nerviosa, la cual fue desapareciendo al ver que él no cambiaba su triste expresión. Frunció el ceño y respiró hondo.

-Esa decisión en realidad no es tuya, Bilbo. –respondió manteniendo la mirada en la de él.- Thorin es el rey de esta montaña, sí, pero eso no significa que si su vida y la tuya están en juego, vaya a salvarle a él antes que a ti.-finalizó la frase y se levantó, saliendo de la bañera.

Esperaba que el mediano le dijera algo, incluso que se moviera, pero no hizo absolutamente nada, lo cual le extrañó muchísimo. Si conocía a Bilbo como lo hacía, sabía que eso no era normal. Tras cubrirse el cuerpo con una toalla, se acercó a él y lo miró. Dio un respingo y se horrorizó al ver que sus cuencas estaban vacías y su piel, ahora pálida como la nieve, comenzaba a deshacerse en el agua. Gritó su nombre con lágrimas en los ojos amenazando con salir, observando aterrorizada cómo poco a poco su Hobbit quedaba en los huesos. El peso del cráneo hizo que se soltara de la columna vertebral y rodó por el suelo. Leah retrocedió unos pasos hasta chocar con la pared y se dejó caer, sujetándose la cabeza con ambas manos, y sintiéndose incapaz de cerrar los ojos aunque se muriese de ganas.

-¡¡LEAH!!

La voz de Bilbo gritando su nombre la hizo despertar. Parpadeó varias veces y miró a su alrededor, temblorosa, con las manos todavía a ambos lados de su cabeza y el pecho agitado al ritmo de su violenta respiración. Estaba sentada donde se quedó en su visión, con Bilbo arrodillado frente a ella sujetándola por los hombros y una expresión preocupada en su rostro.

-Bilbo... -susurró con la voz entrecortada. Acercó a él su mano derecha y le acarició el pelo, averiguando así que era real.- ¿Qué ha pasado?

-En el mismo instante que te levantaste, te seguí pero tu cuerpo se puso rígido. Me acerqué a ti y te pregunté si te ocurría algo, pero no me hiciste caso, te pusiste la toalla y volviste a la bañera, a mirar... no sé... algo... quizás a mí. –tragó saliva y cerró los ojos.- Intenté llamarte, pero no parecías oírme, me disculpé por mi estúpido comentario y de repente comenzaste a retroceder y gritar... Hasta que me puse a zarandearte cuando estabas en el suelo y al final despertaste. –tras terminar la explicación, se acercó lentamente a sus labios, temeroso del posible rechazo por si estaba disgustada con él.

Ella suspiró, cerró los ojos y se abrazó a su cuello, apretándolo con fuerza contra sí misma.

-Mi Bilbo... -susurró una y otra vez en su oído, sintiéndose mejor cada segundo que pasaba y se hacía a la idea de que seguía vivo.

El mediano suspiró y le devolvió el abrazo. Se quedaron así hasta que la piel húmeda y la fría piedra les recordó que necesitaban secarse y vestirse, aunque ninguno quería separarse. Bilbo empezó a tiritar, y ella se levantó, llevándolo consigo en brazos, sin importarle que la toalla resbalara de su cuerpo y lo tumbó en la cama. Se tumbó sobre él sin chafarle y algunos mechones de su cabello se iluminaron, haciendo que cuerpo generara un acogedor calor que alivió al mediano en seguida. La humedad de ambos cuerpos se evaporó con rapidez y Bilbo lo agradeció con un largo suspiro de placer.

El Hobbit: La gran aventura de LeahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora