Capítulo 33: Tensión

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Un tenso silencio reinó durante unos instantes tras la pregunta de la castaña. Thorin se separó de Leah lentamente y se giró hacia Arä, la cual no dejaba de mirar a la druida y a él de manera furibunda. Llevaba días viendo tan decaído a su rey, y le molestaba muchísimo descubrir que era por culpa de ella. De otra mujer a la que él había abrazado de ese modo. Tan estrecho y cercano. Le habían explicado que era por otro miembro de la compañía, pero ninguno especificó que fuera una mujer.

-Soy Leah, un miembro más de la compañía de Thorin Escudo de Roble. –respondió la pelirroja al ver que nadie se atrevía a decir nada. Se alejó un poco del rey e hizo una reverencia.- Es todo un placer conocer a la futura reina de esta montaña.

-Le he preguntado a él, pero gracias por responder. –correspondió a su reverencia con un movimiento de cabeza.- Creo que tenías a mi futuro marido estos días muy preocupado. –alzó levemente la voz al decir la palabra "marido". Leah dirigió una rápida mirada de reojo hacia Thorin, el cual bajó brevemente la vista al suelo con incomodidad.- Parece que te tiene bastante estima.

-No es de extrañar, hemos pasado por bastantes aventuras en este viaje. –sonrió con inocencia, sin dejarse amedrentar por los celosos ojos de Arä.- Yo también le he cogido cariño a toda la compañía.

-¿Qué os parece si rememoramos toda nuestra travesía en un banquete esta noche? –sugirió Balin, dando un par de pasos hacia delante y mirando a Arä.- Buena comida, buena bebida y buena compañía.

-¡Y así también podemos celebrar que Leah ha vuelto! –añadió alegre Kili, chocando el puño con su hermano.

-No necesitáis realmente celebrar nada para daros un buen festín. –rio la pelirroja, pasando los brazos por detrás de la cabeza de ambos hermanos.- Pero suena bien. Comer, beber y relatar.

Arä suspiró consternada mientras la compañía rodeaba a la druida, celebrando entre gritos y risas que había vuelto sana y salva con Bilbo y su dragón. Thorin se acercó a ella e intentó acariciarle una mejilla.

-Sé que he estado muy distraído estos días y te pido disculpas, querida. –susurró con amabilidad.- Esta noche entenderás, espero, por qué todos la apreciamos tanto.

-Ardo en deseos de escuchar qué tenéis que contarme, ya que en mi estancia apenas se me ha dirigido la palabra... y tampoco he recibido muchos gestos cariñosos por tu parte. –susurró intentando ocultar su indignación.

Thorin suspiró y, tras posar una mano en su nuca, la besó con cariño, apretándola contra sí. La castaña poco a poco dejó su enfado a un lado y se abrazó a él. Llevaba mucho tiempo esperando ese beso.

Al poco rato la gente se dispersó. Los enanos se dedicaron a prepararlo todo para la cena, mientras Leah y Bilbo organizaban las cosas que habían traído desde Kaldrassil de la druida. Por otro lado, Sombra se dedicó a cazar peces, sumergido en el lago de Esgaroth. Thorin, ahora más relajado por la presencia de la pelirroja en la montaña, le dedicó a su prometida las atenciones precisas a modo de disculpa.

Pasaron las horas, en las cuales Arä aprovechó a darse un baño junto a su rey, al igual que Leah y Bilbo. El mediano, que estaba sentado en la bañera, detrás de su pelirroja, le acariciaba el vientre y los brazos mientras ella mantenía su mente ocupada en sus pensamientos.

-¿Puedo saber qué te tiene tan concentrada? –susurró con suavidad en su oído.

-Son varios asuntos... -giró el rostro y besó con suavidad los labios de su castaño.- El que más prioridad tiene es Dyrian. Quiere hacerse con la montaña y para ello tendrá que reunir un ejército. No es tan estúpido como para presentarse aquí él solo, sabe que tengo como mínimo a los enanos como aliados. –suspiró cerrando los ojos y depositó otro beso en esos finos labios que tanto le gustaban.- A raíz de eso, tengo que hablar con Thorin para darle la noticia e intentar convencerle de que debemos contar con ayuda.

El Hobbit: La gran aventura de LeahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora