Aidoru (2)

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Segunda parte.

Solía querer vivir
como si solo yo existiera.
Pero ahora, paso mi tiempo
pensando en una forma de sacarte de mi cabeza.
(...)
Todo lo que quiero
y todo lo que alguna vez quise, es ser alguien para ti.

•°•°•°•°•°•°•°

- Aidoru-san, ¿Podría explicarme esto?- Preguntó la profesora acercándose más a la mesa con la hoja en la mano, mostrando un detalle con el dedo para que entendiese mejor. Le hablaba con una amabilidad exagerada y con una sonrisa que lo delataba todo. El chico suspiró pesadamente y desvió la mirada a cualquier parte que no fuera ese trozo de papel, y al contrario que su profesora, se alejó buscando marcharse.

- ¿Explicarle qué?- Contestó con cansancio tocando su nuca con incomodidad.- Es lo que dice ahí.

- Es ese justo el problema... - Se quejó la mujer, ajustando sus lentes para ver nuevamente la ficha. Tosió un par de veces para observar por sobre la ficha como el rubio se balanceaba suavemente en la silla para ir deslizándose hacia la salida.- No has escrito nada.

Él sólo asintió, esperando a que su profesora se dignara a dejarlo ir, pero ella solo lo miró, esta vez con el rostro duro y estricto, esperando una respuesta.

- No se me ha ocurrido nada, así que dejé la hoja tal cual.- Comenzó a mover su pierna con impaciencia. Estaba atardeciendo y no tenía nada que hacer. Era el único día que tenía libre después de mucho tiempo, y no quería desperdiciarlo con la única presencia de aquella mujer y esa encuesta inútil. Cerró los ojos de manera fugaz y se imaginó su cabello, su piel, sus manos, espalda y pecho. Se sintió casi desesperado con las ganas que le dieron de estrecharla entre sus brazos.- ¡Mire la hora! Mis padres deben estar esperándome...

- No puedes simplemente dejar en blanco una pregunta como esta. Es tu futu- ¡¿Dónde vas!?- Sin aguantarlo más, tomó su bolso y corrió como pudo hasta salir del salón y seguir por los pasillos, vacíos y apenas iluminados por el atardecer. Soltó una risa cuando escuchó la voz de su profesora intentando seguirlo.- ¡Aidoru-san!

Llegó hasta la entrada con el aliento agitado. No necesitaba correr con rapidez, pero repentinamente, una energía inexplicable se hizo presente en él y con todas las ganas, tomó vuelo y no se detuvo ni bajó la velocidad en el trayecto. Se detuvo para recobrar la respiración a su ritmo habitual y una vez se estabilizó, se cambió el calzado y salió por la puerta.
El establecimiento estaba casi desierto. Había un silencio poco usual, y debido a la hora, comenzaba a pasar una corriente de aire que se filtraba por todas partes, llegando finalmente a acariciar sus cabellos.

Abrió una sonrisa absurda y radiante de felicidad al ver a (T/n) apoyada en la muralla que daba a la calle, con una mirada tranquila y paciente admirando cómo sus propios pies jugaban con la gravilla. La llamó mientras avanzaba hacia ella y al chocar sus ojos, levantó su mano para sacudirla en el aire, saludándola.

- Has tardado mucho.- Se quejó ella con las mejillas rosadas, con los labios curvados hacia arriba en un pequeño puchero. Aidoru se regocijó con aquella bienvenida, y controlando sus ganas de apretarla, tomó su mano con fuerza y la fue guiando hasta donde quiso. (T/n) se sorprendió un poco, pero no se negó, y sólo lo siguió.

Desde que comenzaron a salir, casi no habían podido pasar tiempo juntos. Aidoru tenía un millón de tareas por hacer y lugares a los cuales asistir, todos los días de toda la semana. Era obvio que estaba comprometido con su trabajo como artista y siguiendo lo básico, pudo predecir un poco su horario, pero para cuando lo contempló oficialmente, (T/n) casi se atragantó con su propia saliva. Incluso llegó a preguntarse cómo es que siquiera le quedaban energías para asistir a la escuela. Admitía que lo había subestimado en ciertas circunstancias.
Para cuando habló con él para avisarle de que en realidad ella no necesitaba de gran atención y que podía hacer sus planes tranquilamente, quedó sin aliento al ver que él le restaba importancia como si no fuese nada complicado. Ella preocupada insistió, pero Aidoru la calmó acariciando sus hombros y besando su frente.

Types of Anime Boys (One-Shots Lemon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora