Types of Anime Boys (One-Shots Lemon)

Kuudere-kun (4)

ADVERTENCIA:

holi, quería dejarles una nota al principio de este capítulo porque toca un tema bastante sensible. Si tienen problemas o cualquier tipo de inconveniente con la mención del suicidio y detalles ligados a este, por favor absténganse de leer. 

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Cuarta parte.

"Después de mucho tiempo, siento que hoy va a ser un buen día.

No pude despertar bien y ya tenía la primera llamada. Pensé que ibas a ser tú, tenía ese pequeño presentimiento. Pero para mi sorpresa, fue mamá quién llamó primero. Me saludó y felicitó. No recordaba la última vez que me había dirigido la palabra con tanta energía y con tanto amor. Estaba muy contento, pero como era de esperarse, sentí que algo malo estaba pasando. Las cosas no podían estar sucediendo así nada más, tan bien. Pero como todos estaban haciendo un esfuerzo por hacerme sentir mejor, yo también di mi parte, y me propuse olvidar todo lo que me hiciese dudar. Mamá me pidió volver a casa para cenar, pero era día de semana y debía ir a la universidad. No insistió mucho más y luego cortó. Sinceramente, esperaba que persistiera más en su invitación. Hubiese ido si al menos lo proponía una vez más. Pero tampoco puedo culparla; yo parecía querer tener mi espacio.

Luego, sin equivocarme, contesté la segunda llamada y fuiste efectivamente tú quien me saludó con emoción desde el otro lado de la línea. Es increíble toda la energía que tienes. Me siento muy feliz de que siempre tengas algo nuevo que contar con una sonrisa en el rostro. Me dices que estás en periodo de exámenes, pero que estás ansioso por verme. Preguntaste si volvía a casa, y te di la misma escusa que a mamá; pero tu respuesta fue diferente.

Aún siento la alegría del momento cuando me dijiste que tomara un bus de todos modos. Tokio es un lugar deprimente, me dices, y yo apoyo tu comentario. Decido seguir tu consejo y armo una maleta a lo rápido. Compré los pasajes por internet, y no deja de sorprenderme lo eficiente que es todo. Vas a ser tú quien me espere en el terminal, así que solo me visto con un buzo deportivo sin esperar a nadie más.

Como puedes adivinar, papá no me llamó.

Pero recibí un mensaje de nuestra tía. Nunca deja de ser insoportable, siento como me estira las mejillas a través del teléfono.

Hay una chica en la universidad que me envió un regalo por correo. Son una caja de chocolates y un peluche de perro. No quiero decirte nada aún, pero es bellísima. Es muy risueña, y cuando veo sus ojos siento que brillan un montón.

Aunque es un buen día, y estoy esperando la hora para partir y verte de nuevo, siento mucho decirte que ésta es una carta más de esas. Aún no cambio mi opinión, Kuudere.

Lo siento mucho."

Para cuando sintió ese tacto frío en su cintura, ya había apagado la pantalla y se había acomodado en la silla del escritorio mirando a la pared. Le buscaba algún significado al mensaje, pero como era de esperarse, no podía encontrarle explicación alguna.

Se sobresaltó cuando la atrajo y suspiró en su cuello con excitación. Había despertado por alguna razón, y buscaba su calor de manera desesperada. Lo podía saber por la agitación de su respirar, la torpeza de sus movimientos. Besó su hombro y lo mordió con suavidad. Su torso estaba desnudo, y podía percibir la leve capa de sudor que aún lo cubría de hace momentos atrás, no habían pasado ni treinta minutos. Había sido pura suerte que no la pillara inspeccionando los mensajes en su computadora. Miró por el rabillo del ojo donde antes había estado tan insistente luz. Estaba apagado, y lo continuaba estando desde que había abierto el buzón de entrada. Pero para cuando marcaron las doce, volvió a titilar con la misma constancia, no dejaba que apartara la mirada de ella.