Dandere-senpai (3)

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Tercera parte.

(T/n) miró fijamente la pantalla de su celular, de inmediato sintiendo un profundo vacío algo agobiante en el centro de su pecho. Acostada sobre el sillón, descansaba la cabeza cerca del posabrazos y dejaba su cuerpo en la extensión del mueble, menos sus piernas, que se encontraban sobre el cuerpo de Fuuto, quien algo enfadado se dedicaba a cambiar los canales del televisor con el control remoto en su mano. Notó cuando se tensó, y con una ceja alzada, desvió su mirada de la televisión y le dedicó su atención, esperando a que dijera algo.

Pero ella estaba demasiado preocupada en ver las letras en el teléfono, revisándolas una y otra vez como si quisiera encontrarles un significado oculto. Sus ojos, brillantes por el reflejo de la luz de la pantalla, temblaron y por interminables minutos, su expresión sorprendida se entristeció, finalmente intentando evitar pensar demasiado en el tema bloqueando el teléfono, dejándolo reposar en su pecho.

- ¿Te sucede algo, enana?- Preguntó Fuuto con la mirada seria mientras le pellizcaba una mejilla. Ella se quejó, pero no apartó su mano por esa intolerable sensación en el pecho que pedía a gritos el tacto de otra persona.

- No, no pasa nada.- Mintió volviendo su vista a la película en la que su hermano se había detenido, hasta el momento solo había servido para generar ruido en el ambiente. Aunque intentaba concentrarse, no entendía nada de la trama ni de lo que hablaban los personajes, el mensaje de su novio seguía grabado en su mente creando dudas, y la insistente y fija mirada de Fuuto no ayudaba en nada. 

- No me mientas. ¿Dandere ha dicho algo que te ha molestado?- (T/n) formó un puchero resignada; después de todo no podía mentirle a su hermano. La conocía tan bien que aunque estuviesen separados por kilómetros, él sabría qué pasaba por su mente. Lo volvió a mirar y se mordió el labio cuando sintió un pequeño temblor. 

- En realidad no es nada malo. Solo canceló otra cita, eso es todo.- El castaño asintió lentamente para tomar el control nuevamente y cambiar los canales sin detenerse a mirar ningún título, ni siquiera a escuchar alguna frase. Se sentía increíblemente incómodo con todas las vibras que rodeaban a (T/n) desde hace un par de semanas atrás. Siempre llegaba con esa cara preocupada evitando llorar por la desesperación. Conocía muy bien a Dandere, y sabía que era una persona difícil con la que tratar. No frecuentaba el mostrar sentimientos porque no estaba acostumbrado a ello, mucho menos a manifestar su afecto. Su hermana era mucho más sensible y expresiva, era obvio que en ese punto de la relación esperaba que estrechara su mano en público o la abrazara por la espalda con naturalidad, al menos que iniciara un beso con ternura.

A pesar de toda esa falta de comunicación, ella estaba dispuesta a comprenderlo sin que se lo pidieran. Quería estar junto a Dandere con tantas ganas que le daba igual todo eso. Pero últimamente el chico le cancelaba las citas y hacía ya tiempo que no tenían un tiempo a solas como es debido. 

- ¿Por qué ha sido esta vez? ¿Ella?

- Ella.

- Ya veo.- Asintió una vez más y detuvo el pulsar de su dedo en los botones del control remoto cuando se dio cuenta de que ya había llegado al final de todos los canales, la pantalla estaba negra y la habitación en silencio. (T/n) se removió intranquila, esperando alguna respuesta del mayor, pero este solo se quedó viendo el inerte color con una mueca de ojos entrecerrados. Chasqueó la lengua y maldijo por lo bajo.- No hay nada que hacer.

ººº

- Lo siento mucho.- Se disculpó Dandere con aquel rostro inexpresivo de siempre, su claro cabello se mecía con el viento y sus labios se unían en una fina línea, miraba sus zapatos apoyados en el polvo del suelo, incapaz de ver a (T/n) a los ojos. Ella presionó con fuerza la tela del short del uniforme deportivo y lo observó con incredulidad. Recordaba cuando eran niños y él desviaba sus ojos, la ignoraba y rechazaba todo el tiempo. Pensó que eso ya había quedado atrás y era más que nada la vergüenza de entrar en contacto con la chica que le gustaba. ¿O acaso nunca fue así? ¿Estaba ya aburrido de ella? No podía entender qué pasaba por su mente, y eso la dejaba tan desorbitada que no podía pensar con claridad.  De repente, le dieron unas enormes ganas de salir corriendo para esconderse y jamás salir del rincón que escogió para ello. Temía que la dejara, pero más que eso, temía que la ignorara y la odiara por algo.- No puedo salir hoy contigo.

Types of Anime Boys (One-Shots Lemon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora