Tsundere-kun (4)

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Cuarta parte.

A veces a (T/n) no le resultaba para nada fácil adivinar las cosas que pasaban por la mente de su novio. Ya había comprendido muchos de sus gestos y acciones y a partir de ellos, siempre lograba determinar una respuesta que tenía sentido. Como era un chico que cuando hablaba en realidad no decía las cosas que realmente sentía, entonces recaía en ella esa responsabilidad de traducir sus palabras brutas y convertirlas en la verdad de su corazón.

Pero si Tsundere se quedaba sentado sin mirar a ningún lado, con esos ojos grises oscuros y perdidos, sin decir palabra y sin hacer gestos o acciones, entonces (T/n) quedaba a la deriva de sus sentimientos y no había manera de que en su técnica quedara algo para comprender y traducir. Ella sentía la derrota mucho antes de que llegara, se frustraba porque ya no era capaz de entender lo único que realmente le importaba. 

Lo miraba desde donde estaba con la cabeza inclinada intentando hurgar en su inmovilidad y en su rostro sin expresión. Cuando se topaba con sus ojos fijos en el suelo, la tristeza que la invadía la llenaba de unas ganas de llorar incontrolables. Había algo en él que no hacía más que llenarla de escalofríos, malos presagios y dolor. Pero a ella no le bastaban las emociones, quería saber qué, dentro de su mente atormentada, lo había dejado así justo frente a ella, sin poder hacer nada al respecto. 

- Tsundere-kun.- Lo llamó con la voz suave, porque no quería sobresaltarlo por una entonación alta y repentina. Pero él apenas si se inmutó, balanceándose en la silla del escritorio y asintiendo con la cabeza tan delicada y lentamente que podría perfectamente no haberlo hecho por lo poco que se notaba.- Tsundere-kun.

- ¿Si?- De sus labios salió un gruñido que parecía más un sonido animal que las palabras que pretendía decir. Era como un lamento gutural que vibraba primero en su garganta y que reverberaba en el resto de la habitación hasta los oídos de (T/n). Ella tragó saliva más preocupada que antes por como le había hablado. Estaban en la habitación del chico desde hace ya unas horas y él no parecía encontrarse donde estaba. Muy en el fondo de sus pensamientos, navegaba en un agua densa y turbia que no lo dejaba ver los alrededores. Muy sumido en sus preocupaciones, ignoraba cuanto tiempo había pasado meciéndose en esa silla mirando las olas de la alfombra que parecían cambiar cada cierto tiempo. 

(T/n) se levantó de la cama y se acercó a él lentamente, cuidando que no se fuera a sorprender con movimientos rápidos. Tenía ese tipo de cuidado aunque él parecía completamente ausente. Le tocó el hombro cuando llegó a estar al frente y se hincó, dejando su rostro muy cerca del de Tsundere. Éste suspiró cuando sus ojos ya no reposaban en la monotonía de los dibujos que se formaban en la alfombra gris, sino en la piel suave y sonrosada de los pómulos de (T/n).

Ella le acarició las mejillas y besó sus labios cortamente, sin recibir nada a cambio.

- No pretendo que me confieses qué es lo que pasa.- Declaró incapaz de mantener la mirada, así que observó sus manos que descansaban en su regazo y fue con una de las suyas a tocar sus dedos fríos.- Pero al menos déjame hacerte olvidarlo. 

El chico pareció terminar de desmoronarse cuando escuchó sus palabras. No había una explicación certera de por qué se le salían las lágrima tan delicadamente. (T/n) besó sus mejillas húmedas y le acarició el cabello mientras se acercaba cada vez más a su cuerpo y se daba cuenta de que el frío que le transmitía se iba convirtiendo en un ardor envolvente. Tsundere quizá sentía culpa más que otra cosa; esa opresión inquietante y dolorosa en el estómago y en el pecho eran una mezcla de su melancolía y el arrepentimiento de arrastrar a (T/n) con él. El amor que sentía por ella crecía tanto y con tal descontrol que no podía sentir más que miedo ante aquel futuro incierto. A menudo pensaba en que su relación terminaría pronto al igual que todas las demás que existen en el mundo: ella se cansaría de retenerlo en sus brazos mientras llora desolado de enamoramiento. Porque claro, a esas alturas él sentía que no podría ser él, ni en un millón de años, quien se cansaría de ella. Jamás. 

Types of Anime Boys (One-Shots Lemon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora