Capítulo 10. "Miedo e Impotencia"

182K 7.7K 2.6K
                                    

Narra Ezequiel.

Me levanté como todas las mañanas, con los ojos pegados, arrastrando los pies hacia el baño. Abrí la canilla de la ducha y espere hasta que se adaptara a la temperatura que me apetecía. Me duché rápidamente, y me lavé los dientes . Me cambié con un pantalón de algodón negro, una remera y un suéter fino de color rojo. Bajé hacia la cocina y ahí se encontraba mi mamá, desayunando.

 -Hola, mamá–dije con mi voz de dormido-

-Hola, bebé –besó mi mejilla- Comé una galleta.

-Sí, gracias. - tome un sorbo de mi Té-

-Hijo, yo esta semana voy a viajar al pueblo – donde yo vivía antes-

-¿A qué? –mi cara se había desfigurado, con solo pensar en eso me retorcía en estómago-

-Tengo una semana libre porque hubo un problema en el trabajo y quiero aprovechar para ir a visitar a tus abuelos, ¿quieres venir?

-No, no quiero volver a ese lugar nunca más, mamá –murmuré-

-Mi bebé –se levantó y me abrazó, le correspondí rápidamente.- Está bien, no vayas –me acariciaba la espalda suavemente- Pero, ¿vas a estar bien acá, vos solo?

-Si Má, tengo a Valentín acá enfrente, a Nicky. No te preocupes – ella volvió a sentarse en su lugar.-

-Mmm, últimamente estás pasando mucho tiempo con Valentín – me sonrió picara. Enrojecí violentamente- Que pasa ahí, ¿eh?

-¿Que va a pasar? –Pregunté nervioso, miré para un costado-

-No se bebé, decime vos- me miraba sonriendo.-

-Lo que te voy a decir es que –reí histérico- Que me voy, llego tarde. Llámame cuando llegues a ese lugar. Te quiero.

Besé su mejilla y salí disparado hacia la calle, escuché como se reía antes de cerrar la puerta de la calle. Hoy tenía que buscar a Valentín, así que crucé la calle y toqué su puerta. Al cabo de unos minutos se abrió la puerta, mostrándome a un hombre alto, de semblante serio, con unos ojos negros que me miraron fijo, pelo castaño que se asomaban algunas canas. Supuse que era su padre.

 -¿Que quieres, nene? –su voz era fría, casi con desprecio. Quedé mudo, estaba demasiado sorprendido para articular alguna palabra. – No tengo todo el día.

-¿E-esta Valentín? –tartamudee nervioso.-

-Así que buscas al bastardo de mi hijo –mis ojos se abrieron de la impresión- no sabía que tenía amigos. Pensé que era un marginado de mierda –no podía creer lo que escuchaba, su voz transmitía asco-

-E-ste, ¿él está? -

-Nene, déjame que te de un consejo. Por tu bien, alejate de mi hijo. Él no sirve para nada, solo es un estorbo en este mundo. –su voz era tan fría que asustaba- ¿Entendiste, nene?

-Sí, señor. –dije algo asustado-

-Si quieres seguir juntándose con este bastardo, allá vos. Yo ya te advertí.-sonrió arrogante- Ya llamo a esa cosa que dice ser mi hijo.

Se fue cerrando la puerta, me quedé parado como un estúpido, no podía asimilar la palabras que acababa de escuchar. Como un padre puede hablar así de un hijo, sobre todo de Valentín, él es simplemente maravilloso. No sé por qué me sorprendía, en realidad.

 -Vamos –fue lo  primero que me dijo Valentín apenas salió por la puerta, arrastrándome del brazo. No paró hasta que estuvimos a una cuadra de distancia.- Hola, amor –me sonrió tiernamente-

Algo InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora