Capítulo 28. "Mariposas encabronadas"

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Narra Valentín

La canción “Happily” de One Directión comenzó a sonar, estiré mi brazo y la apagué rápidamente. Ezequiel la eligió como despertador porque es una de sus canciones favoritas y tiene un ritmo bastante pegadizo, se le hace que es muy alegre y que te despiertas con buen humor. Que por cierto yo opino lo mismo, y de la letra ni hablar, me fascina. Miré el celular y marcaban las seis y media de la mañana. Tenemos que levantarnos para ir al colegio otra vez. Por suerte es viernes y nos queda todo el fin de semana para descansar y hacer de vagos.  Ezequiel duerme abrazado a mí, su cabeza apoyada en mi hombro y su piernas enredadas a las mías, para así mantenernos a los dos caliente. La frazada azul, caliente y suavecita, nos tapa hasta casi llegando a nuestras bocas, manteniéndonos abrigados. Quiero seguir acostado y abrazado a mi morocho, pero es necesario levantarme para ir al maldito colegio. Salgo de la cama lo más despacio posible para no despertar a mi novio, que sigue durmiendo sin inmutarse. Un escalofrío pasa por mi cuerpo al sentir lo helada que está la pieza, apuesto a que afuera hace menos de cero grados. Busco la ropa que me voy a poner y me cambió lo más rápido que puedo.  Cuando ya estoy bien abrigado y mi cuerpo entró en calor me dirijo al baño para lavarme los dientes y lavarme la cara, hago todo lo necesario y bajo las escaleras, encontrándome a Lucia desayunando.

-Hola Valen –me sonríe.-

-Buen Día Lucía –Le dejó un beso en su mejilla- Que frio hace.

-Sí, en la madrugada se apagó la calefacción. Pero ya la volví a prender. ¿Mi bebe? –Sonreí ante el apodo, uno que Ezequiel odia que su madre se lo diga-

-Duerme, le iba a llevar el desayuno –Sonreí algo avergonzado. Ella solo se rio-

-¡Qué lindo de tu parte!. Ahí tienes la bandeja –me señaló una alacena- Abríguense que hace muchísimo frío.  –Busqué la bandeja y preparé dos Chocolatadas Calientes y tostadas que Lucía nos había hecho-.

-Se nota que hace frio. ¿Sabes cuánto grados hay?

-Estamos bajo cero. –Contestó y tomo un poco de su café-

-Mierda, ni ganas de salir. –murmure y llené un vaso de agua fría- Me voy a despertarlo.

-Vaya Tranquilo.

Subí las escaleras con cuidado para que no se caiga nada. Dejé la bandeja en la mesita de luz y me dirigí al baño para prender la ducha con agua caliente. Busqué ropa de Ezequiel y se la dejé en el baño. Me voy a vengar como él hizo ayer, soy muy vengativo cuando quiero. Lo destapé y él se quejó en sueño. Se veía muy lindo con sus labios entreabiertos, largando ronquidos muy adorables. Sus ojos hinchados por tanto dormir y su cuerpo hecho bolita por el frio. Me dio algo de lástima, pero igual lo hice. Le tiré toda el agua helada. Ezequiel se levantó de golpe y pegó un grito muy gracioso. Me empecé a carcajear mientras él me miraba sin entender nada.

-Dulce Venganza, bebe - Se lo dije apenas pude parar de reír.-

-¡Serás Hijo de puta! –Me gritó tiritando por el frío- ¡Maldito Cabrón! – Se paró bruscamente de la cama para pegarme pero agarré sus muñecas riendo-

-Te lo merecías –le dije acariciando mi nariz con la suya-

-¡No! – se quejó- vos ayer no te levantabas.  –Hizo puchero-

-¡No podes ser tan adorable, Joder! –Quise imitar otra vez la tonada Española, y como siempre no me salió. Algún día me va a salir. Besé su puchero-

-Odio que me levanten así. Me pone de mal humor –se quejó cruzándose de brazos.-

-Lo siento, pero vos me lo hiciste ayer –Me miraba con el ceño fruncido. Lo abracé para que entre en calor.- Y como sabía que te ibas a poner así, te traje el desayuno - señalé con la mirada la mesita de luz y él volteo a cabeza para donde le señale con la mirada. Vi como ocultaba su sonrisa-

Algo InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora