Capítulo 13 "La primera vez"

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Narra Valentín.

Me desperté porque sonaba  " Maroon 5" del celular de Ezequiel, miré el reloj de mi muñeca y marcaba la 3 pm . El peli-negro me daba la espalda y abrazaba una almohada de color verde. Agarré el celular rápidamente y decía "Mamá llamando".

-Eze –lo moví apenas- Tu mama en el teléfono. –lo volví a mover-

-Déjame –murmuró enterrando su cara en otra almohada-

-Dale Eze –lo zamarreé más fuerte-

-No –me gritó todavía con la cara puesta en la almohada. Miré su espalda sorprendido- Quiero dormir te dije.

-Malhumorado –murmuré-

Conversación Telefónica.

-Eze, ¿por qué no me atendías el teléfono? –Gritó su mamá del otro lado-

-Este.. –Susurré- Señora, soy Valentín –sonreí nervioso. Por qué mierda sonría si ella no me veía. Sí, recibía el premio de idiota-

-¿Valentín? –me preguntó sorprendida-

-Si –me reír nervioso-

-¿Por qué no contesta el teléfono mi hijo?

-Porque..-me quedé callado unos segundos- Estábamos durmiendo y no lo escuchamos.

-Pero ¿están bien? –En su voz se notaba preocupación-

-Si.. si, no se preocupe. Es solo que salimos a bailar y volvimos tarde.

-Ah, es verdad. Me lo había dicho Eze. ¿Y qué haces  ahí?

-Me quedé a dormir –volví a sonreírle al teléfono.- ¿Le molesta que me haya quedado?

-No niño, me encanta que se lleve tan bien con Ezequiel. Él necesita un amigo.

-Si, un amigo –murmuré –

-¿Qué? No te escuché.

-No, nada Lucia.

-¿Ezequiel, dónde está?

-Sigue durmiendo todavía. Lo intenté despertar pero no quiso levantarse. ¿Quiere que lo vuelva a llamar?

-No, no déjalo. Solo llamé para ver si estaba bien.

-Él está bien.

-Bueno mandale saludos y decile que me llame después. Besos.

-Adiós, Lucía.

Fin de la conversación.

Dejé el teléfono en la mesita de luz y volví a mirar a Ezequiel. Su cara ya no se encontraba enterrada en la almohada, ahora estaba de costado con la boca entreabierta y largaba unos ronquidos que apenas se escuchaban. Sus ojos estaban algo hinchados de tanto dormir. Su torso se hallaba al descubierto, la sabana solo le cubría de la cintura para abajo.  Me acosté de costado en la cama, apoyando la cabeza en mi mano. Me gusta mirarlo cuando duerme, él es tan perfecto, delicado.

Solo con las yemas de los dedos empecé a acariciar suavemente su pecho desnudo, fui bajando lentamente, haciendo un recorrido hasta llegar a su ombligo y apoyar mi mano entera allí. Acaricié de derecha a izquierda, abarcando toda su panza. Su piel es suave y calidad, dan ganas de seguir,  seguir tocando y no parar nunca. Escuché como ronroneaba entre sueños a causa de mis caricias, sonreí ante ello.

Algo InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora