Capítulo 18 "Dolor"

122K 5.4K 1.5K
                                    

Narra Valentín

Miré por mi ventana, estaba anocheciendo. El sol se escondía dejando el cielo amarillo y naranja, se podría decir que era un paisaje realmente bonito pero mi día había sido un asco. Una lágrima tímidamente descendió por mejilla cuando empecé a recordar lo que había pasado horas antes, quería que todo sea una pesadilla, quería despertar. Pero no iba a despertar, esto me estaba sucediendo, sin darme tiempo de estar preparado a lo que venía. Cuando yo pensaba que nada me sacaría de esta felicidad, en segundos la felicidad se fue a la mierda.

Estaba encerrado en mi habitación, una bandeja con comida y agua  estaba en mi escritorio sin tocar, el apetito no quería aparecer, si llegaba a comer algo, directamente al retrete iba a ir lo ingerido. El bastardo – mi padre- me prohibió la salida de mi cuarto, solo entraba mi Nana para traerme comida. Me dirigí al baño que se encontraba en mi habitación, me miré en el espejo y vi mis ojos hinchados por el llanto y los golpes que el bastardo me hizo anteriormente en el colegio  y cuando ingresamos a mi casa. Todo se fue a la mierda, él se había enterado  y no lo tomó nada bien, me sacó el celular, no puedo ver a Ezequiel, tengo prohibido salir a la calle, solo ir al colegio.

Horas antes.

Cuando me volvió a golpear por tercera vez, Ezequiel se metió entre medio de mi padre y yo. Mis lágrimas nublaban mi vista, dejándome ver todo borroso.  Mi papá empujó a Ezequiel sin delicadeza, tirándolo al piso y volviéndome a agarrar a mí por la camiseta. Vi su mirada de furia, asco, desprecio. En este preciso momento tuve miedo de verdad, como jamás lo había tenido antes. Me pego un cachetazo, haciéndome girar la cara para un costado.

-Eres repugnante, me das asco –habló mi padre con su voz tan fría como hielo- Eres solo mierda –se rió con desprecio- Un hijo maricón ¿yo? –Se preguntó a él mismo- con un hijo maricón, antes de tener uno así, lo prefiero muerto

-Vos sos repugnante –dije como pude, mis lágrimas se contenían en mis ojos.-

-Callate gay de mierda –me golpeó otra vez- Encima llora el maricón. Sé hombre – se rió solo otra vez-

-Soy mejor hombre que vos –dije con desprecio-

-¿Vos? – se rió- hombre? No me hagas reír. Sos una decepción para la familia –me miró con desprecio, sus ojos negros eran fríos- Tu madre estaría muy decepcionada, te odiaría como te odio yo a vos.

-Mentira –grité, un dolor en mi pecho apareció cuando nombró a mi madre-

-¿Mentira? Tu madre odiaba a los maricones, los quería muerto –negué con la cabeza- Te digo que sí bastardo –me empujó haciéndome caer al piso-

-Mentira- volví a murmurar- ella me aceptaría.

-Que ingenuos sos, tu madre te echaría a la calle, solo como un perro. Ella no te quería, era solo un estorbo.

-No –grité otra vez- Ella si me quería maldito estúpido.

-No me hables así, que soy tu padre –me levantó del cuello para darme una bofetada- Vos andate de acá maricón –le gritó a Ezequiel cuando se quiso volver a meter. – Ándate de mi vista si no quieres que te pegue.

-A él no lo tocas –lo quise empujar pero me agarró más fuerte del cuello- Ándate, Eze –mire a Ezequiel, y sus ojos estaban llenos de lágrimas, vi su preocupación y dolor, él negó con la cabeza-

Algo InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora