Narra Ezequiel.
Me encontraba tirado en la cama, sin ganas de nada. Solo en la espera de que aparezca Valentín y me diga que me ama y que no nos vamos a separar en la vida. Sí, he fantaseado toda la maldita noche con eso, no he pegado un ojo a causa de estar soñando cosas que ahora me parecen imposibles. Extraño sus ojos miel pero a la vez verde, que puedo jurar que depende de su humor, cambian. Su pelo suave y brillante como el sol. Y su maravillosa sonrisa que me hace derretir cuando sonríe. La voz tan sensual y cálida que me llena completamente cuando me dice cosas. Todo en él es malditamente perfecto.
Me sentí incómodo en la cama, me levanté y comencé a caminar por la habitación como un estúpido. Estaba ansioso esperando a Nikky por alguna noticia, ella me dijo que vendría y ya eran las dos de la tarde del domingo, y ninguna maldita noticia de la enana. Me estaba poniendo nervioso y sé que debo tranquilizarme pero simplemente no puedo. Tengo la ilusión de que venga ella y me diga que todo es una farsa y que va a sacar a Valentín de ese infierno en donde vive. Aunque él me haya dejado, presiento que no la está pasando bien ahí y lo quiero rescatar cueste lo que cueste.
Una cabecita negra se asomó por mi cuarto, yo seguí caminando e ignoré totalmente a la persona que me sonreía con cariño maternal. Mi mamá paso bufando y revoleando los ojos, se acercó hasta donde yo estaba y me sentó en mi cama a la fuerza.
-Eze, bebe, me pones nerviosa caminando así. –Acarició mi mano-
-Bueno, bajá a la cocina y no me vas a ver caminar –le respondí de mala manera-
-Bueno, si me vas a tratar así.- se quiso levantar pero la agarré de la mano rápidamente-
-No, pará. Perdóname, Má. –solté un suspiro- En que estoy esperando a Nikky y estoy algo ansioso.
-¿Y para qué la esperas bebe? – Solté un bufido, ella y sus apodos- ¿Qué? –me sonrió y su hoyuelo se marcó, heredé eso de ella. – Te queda bien ese apodo, sos mi bebito –me apretó los cachete y revolee los ojos- Muchas veces lo escuché a Valentín decirte "bebe"–me ruboricé y ella río- decile que se busque otro apodo porque ese es mío –me la quedé mirando-
-Mamá ¿sos o te haces? –Me quejé lastimosamente- Que no lo puedo ver. –me crucé de brazos dolido.- y me dejó –susurré lo último-
-Perdón, beb. Perdón. Se me olvidó. –me abrazó y mis ojos se aguaron- Tranquilo, todo se va a solucionar –me sonrió maternal- ¿Y Para qué viene Nikky.?
-¡Ah sí! Es que ella va a tratar de ver a Valentín y me va a traer noticias.
-Bueno. Pero espera pero tranquilo ¿si?.
-Lo voy a intentar. –le sonreí, me correspondió-
-Yo te quería preguntar, bebé ¿si vas a ir a la escuela mañana?
-Este –lo pensé unos segundos.- sí, voy a ir mamá.
-¿Seguro? Yo te dejo faltar si quieres.- me miró preocupada-
-Tengo que ser valiente, Má. Voy ir. Ahora tengo amigos que me apoyan –sonreí apenas-
-Así me gusta –me abrazó apretándome fuerte, le correspondí encantado-
-Gracias, mami – me separé- por estar siempre.
-Siempre voy a estar, mi amor. Te amo y todo de vos me hace feliz –Me miró con sus ojos aguados-
-Yo también, te amo –nos volvimos a abrazar y lloramos juntos de la emoción-
-Me voy a bañar, bebé. Espero que estés mejor. –Me acarició la espalda-
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Algo Inesperado
RomansaAlgo inesperado pasó ¿algo del destino? Nadie lo sabe, pero lo que sí se sabe es que dos chicos totalmente opuestos se enamoran. ¿Podrá llevarse a cabo su amor sin ningún problema? ¿Podrán permanecer juntos a pesar de todo? Eso lo veremos a lo largo...