Capítulo 6

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Siento que alguien me sacude un poco.

-Anna, por favor despierta. Debes tomar la pastilla, son las doce de la noche.- dice susurrando mientras me sacude un poco más.

¿Las doce? Justo hoy y a esta hora trae la medicina. Pero ... no, solo debo consumirla en caso de que aparezcan los síntomas de mareo y fiebre alta.

-Papá, no estoy con mareos ni fiebre. Solo déjame seguir durmiendo.- murmuro

-¡Anna!- baja mis pies de la cama y me levanta de la muñeca apaciblemente haciendo que me siente- estas hirviendo, toma la pastilla y bebe mucha agua.

Puedo sentir ahora mucho frío, ¿como voy a estar con fiebre?

-Entiende que tengo frío. Y no tengo fiebre- mi voz sale ronca.

-Eres testaruda igual a tu madre. Venga ya Anna ¡mira el termómetro! treinta y nueve de fiebre.- me sacude hasta que abro nuevamente los ojos, pero es tanta la fatiga que tengo que los vuelvo a cerrar.

-¡Toma ya la pastilla jovencita.!- exclama y hace que despege mis ojos de inmediato.

Cogo la pastilla y bebo toda el agua del vaso.
El asiente, hace que vuelva a acostarme, me tapa con la frazada y parte de la habitación con el recipiente dejando la puerta entre abierta.
Es tanta mi pesadez que en un segundo cierro mis ojos y sigo durmiendo.

~*~

-¡Anna! despierta hija, es hora de comer. Mamá está esperando a que te levantes.- mi padre me sacude suavemente.

En un segundo ya estoy en el comedor abranzando a mi madre que también lo hace, mi padre solo sonríe bajando escalón por escalón moviendo la cabeza de un lado hacia el otro.

-Te amo mi bebé. ¡Vamos a comer!- ella me sonríe y me besa la frente.

Cuando giro y estiro mi cabeza tratando de observar a que fue a la cocina mi padre, veo que es él esta vez quien trae la comida, seguro debe haberla hecho. Puedo reconocer que no preste atención y es probable afirmar que si, él cocino, posible distinguirlo por lo que mi madre tiene su cabello como un león y ¡¡¡daaaaaa!!! lagañas en sus ojos, aunque imaginandome debo estar peor.
Mi padre nos sonríe y saca la tapa de la olla, deja al descubierto un pollo rodeado con rodajas de papas y patata, saborizado con condimentos surtidos.
Comenzamos a comer, pero tan solo con el olor uno se imagina lo delicioso que está, un sabor único, hacía mucho no cocinaba papá y realmente lo hace apetecible. No digo que mamá no cocine bien, pero cuando uno se acostumbra a los mismos gustos, cuando otro lo hace el gusto cambia.
No hablamos en ningun momento solo comemos y repetimos los tres dos platos, estaba tan sabroso que si fuera por mí lo comía sola. Al concluir la sobre mesa mi padre se retira rumbo a su habitación, seguro para cambiarse e ir al trabajo, ambos trabajan en la misma empresa de construcción y sus horarios son de lunes a viernes 6 a.m y los sábados 14 p.m. Pero mi madre tiene carpeta médica por tres días por lo tanto no irá hasta el martes. Mi padre nos saluda y parte hacia su trabajo.
Al acabar de limpiar mi madre me me llama desde el living haciendo una seña para que me siente a su lado.

-Anna quiero hablar contigo.- me dice muy segura- sobre por que estuve internada. No es nada por que preocuparse, solo es estrés, pienso solo en trabajo que olvidé que tenía una vida mas allá de mi labor, el doctor me ha recomendado que pida unas vacaciones o días para relajarme, y he estado pensando... ¿te gustaría que visitemos a la abuela Nilda?

Agradezco tanto que no fue algo peor, solo estrés. Pero ¿visitar a la abuela Nilda? es la única abuela que me queda sería lo mejor que podría pasarme, lo único que vive al otro lado del planeta, incluso me acuerdo la última vez que fuimos mi papá discutió con ella y al otro día estabamos de nuevo en Londres.

¿ORGULLO O AMOR?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora